Televisión

El crítico Andrés Arconada nos dice por qué 'El 47' es la película que debemos ir a ver: "La historia de un hombre bueno"

Hoy comienzo una colaboración semanal en elEconomista, algo que me hace ilusión y me gusta. Ésta sólo pretende recomendaros, o no, una película que se estrene cada semana.

Creo que la 'no recomendación' también es buena, ya que a veces hay un tipo de cine que viene respaldado de una inversión publicitaria y una avalancha de imágenes, y hasta tráilers engañosos, que confunden al espectador. Eso hace que pasen por taquilla y se encuentren con algo malo de difícil digestión y que les hace salir de la sala con un sabor amargo. Al menos, intentaré, cuando hable de este tipo de películas, dejar muy clara mi opinión aunque luego cada cual tomará su propia decisión, y por supuesto, opinará lo que quiera sobre lo que acaban de ver. Como dicen en mi pueblo, para gustos colores.

En esta ocasión quiero debutar en este espacio con un film que me ha gustado mucho, que no tiene un gran presupuesto para publicitarla y tiene el hándicap de que a los españoles no nos gusta revisar nuestra historia reciente ya que retroceder en el tiempo nos da cierta pereza. Os pido que hagamos un pequeño esfuerzo porque seguro que lo que nos cuenta El 47 no sólo os va a gustar sino que además sabremos reconocer una historia en la que veremos reflejadas la vida de algunos de nuestros antepasados. El 47 está dirigida por Marcel Barrena, al que le debemos películas como Mediterráneo o 100 metros, títulos de gran calidad. En esta ocasión se ha querido adentrar en una historia real que recuerda cómo en los años 60 y 70 el transporte metropolitano todavía no estaba modernizado y es ahí donde se fija en Barcelona, una ciudad cuya periferia estaba constituida por aquel entonces por inmigrantes del sur del país.

Entre chabolas, sin electricidad ni agua corriente, la vida de estos vecinos cambió por completo gracias a personas como Manolo Vital, el conductor de autobuses que logró transformar la capital catalana con su tesón y valentía. Harto de que las autoridades prohibiesen una y otra vez el transporte público en el barrio periférico de Torre Baró, supuestamente por el estrechamiento e inseguridad de sus calles, demostrará al volante de su autobús de línea, el 47, que todos se equivocaban. Era imprescindible que el actor que encarnara a Manolo no fuera simplemente bueno, tenía que ser impresionante. Y así lo demuestra Eduard Fernández: impecable, humano y sincero durante todo el metraje de El 47 que te lleva por este viaje emocionante sin ninguna duda a la hora de encarnarlo.

Estoy seguro de que su interpretación conmoverá a todo tipo de espectadores. No lo dudes, esta es una buena película a la que no le falta de nada: buenas interpretaciones de todo su elenco, una espléndida fotografía, banda sonora magnífica, dirección de arte perfecta… pero lo más importe, que cuando uno sale de la sala de proyección lo hace con una sensación de haber visto algo real, algo que sucedió, algo que hizo que cambiase la tozudez de algunos políticos que miraban hacia otro lado y saber hacerlo con un lenguaje sencillo y directo que conmueve. No te la pierdas, porque en el cine también tienen cabida las historias de hombres que simplemente son buenos, que no es poco ¿eh?

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