Televisión

Andrés Arconada recomienda 'La infiltrada': "Una película más necesaria que nunca para no olvidar lo que ocurrió con ETA"

Quiero empezar estas líneas felicitando a Arantxa Echevarría, directora de La infiltrada, por su valentía a la hora de afrontar una historia como la que cuenta en la película. Haciéndolo además con toda honestidad y verdad en unos tiempos, como son los de ahora, en los que da la sensación de haber un blanqueo de la banda terrorista ETA y de todos los actos terribles que cometió. Hay unos productores, guionistas y la propia directora que enfocan su mirada en esta historia basada en hechos reales. Una joven policía es reclutada por los mandos antiterroristas para infiltrarla en ETA sin apenas protección e informar en el día a día de los actos de los terroristas intentando impedir algunas de sus barbaries a costa de su propia vida, ya que tendrá que abandonar a su familia y a sus amigos.

Cualquier fallo podría ser letal, no sólo para ella, sino para todos aquellos que forman el aparato policial. Sin demasiados medios y totalmente desamparada, la protagonista tendrá que mantener la cabeza fría, actuar en muchos momentos en contra de lo que le dicta su mente y, por supuesto, ocultar sus sentimientos hasta un grado escalofriante. La infiltrada te agarra desde la primera secuencia y no te suelta hasta el final. De la mano de la protagonista vamos a hacer un viaje doloroso que refleja lo que muchos policías, hombres y mujeres, tuvieron que realizar para evitar algunos de los atentados con los que tiñeron de sangre no sólo su territorio, el País Vasco, sino cualquier punto de España donde actuaba la banda sin ningún tipo de piedad.

Yo que viví, como muchos españoles de mi generación, esa barbarie contemplo con emoción toda la historia que me cuenta la película. Reivindico que no olvidemos lo que ocurrió y pienso en el miedo de tantos y tantos en esa época que fueron silenciados con un tiro o una bomba perpetrado por una organización criminal que se llamó ETA. Era imprescindible que los actores que dieran vida a esta historia fueran fundamentalmente creíbles y todos ellos lo logran con creces, en especial Carolina Yuste que da vida a la infiltrada. Una actriz que crece con cada película y con cada interpretación. En esta ocasión roza la perfección más absoluta. Desde el primer momento no sólo es el personaje, sino que sabe adentrarse en lo más profundo de su ser mostrándonos en su cuerpo y su mirada todos los matices que podemos imaginar sin hacerle falta las palabras. Magnífica, insisto.

Como muy buena es la dirección de Arantxa Echevarría, una cineasta que ha ido tocando todos los géneros, que no quiso quedarse en el llamado cine social después de su debut en el largometraje con Carmen y Lola para introducirse en otras historias de las que siempre sale airosa.

En este caso su trabajo no sólo es eficaz, sino profundo, como la historia que le ha tocado en suerte. Resumiendo, La infiltrada es una película totalmente recomendable y necesaria, fundamentalmente para no olvidar lo que se nos cuenta y que desgraciadamente formó parte de la vida de muchos. Y lo que es peor, de la muerte de otros tantos.

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