Televisión

El crítico Andrés Arconada nos dice por qué 'Justicia artificial' es la película que debemos ir a ver: "Un thriller que a mí me atrapa de principio a fin"

Sí, de nuevo vuelvo a recomendar una película española. Vista la cartelera, en la que observamos hasta cinco títulos con participación francesa de los que sólo se salvan dos, además de una película norteamericana de la cual no merece la pena ni recordar su nombre de lo infumable que es, he decidido recomendar Justicia Artificial. Una película que está de plena actualidad ante las distintas aplicaciones que pueden traer consigo la llamada Inteligencia Artificial (IA). Yo, que soy un asustadizo por naturaleza, me da un miedo enorme pensar hasta dónde puede llegar este invento que, a pesar de lo que digan, no sólo no va a cambiar nuestras vidas para bien sino, a mi parecer, todo lo contrario. Y de eso va Justicia Artificial.

Estamos en un futuro próximo en España donde la IA ya se aplica en distintas áreas, como en los juicios para ayudar a los jueces a sentenciar a posibles culpables a pesar de que esta aplicación puede llevar a errores, al igual que las sentencias emitidas por humanos. No obstante, el Gobierno ha propuesto un referéndum para saber si los españoles queremos la implantación total de este sistema para sustituir a los jueces y, de esta forma, y según los convocantes, agilizar los juicios y que sus responsables no puedan prevaricar y el Poder Judicial no sea politizado. Eso al menos es lo que afirma la empresa responsable de la aplicación. Lo que no cuentan es que este programa tiene fallos y, por lo tanto, no debería aplicarse.

Así lo afirma la responsable del proyecto que intentará contactar con una jueza muy mediática para frenar el peligro que conlleva. Esta creadora, y éste es el principio de la película, aparecerá muerta y la jueza empezará a tener serias dudas. Así arranca Justicia Artificial, donde el espectador seguirá todos los pasos de la protagonista que no lo tendrá claro, convirtiendo la historia en un thriller que a mí me atrapa de principio a fin. Os preguntaréis por qué. Primero, porque su protagonista, Verónica Echegui, está una vez más inmensa interpretando a la jueza, un personaje que llena de matices, desde el desconcierto pasando a su inseguridad y llegando, a su pesar, a convertirse en la heroína de esta historia. Está magistral y confirma que es una de las mejores de su generación.

El resto del elenco (Alberto Ammann, Tamar Novas, Alba Galocha...) cumple de sobra; la fotografía, siempre en tono gris, ayuda a engrandecer la narración y la dirección, por parte de Simón Casal, sin ser magnífica, es correcta. Tampoco hacía falta nada más. Es verdad, y por ponerle un pero, que el tercio final de Justicia Artificial está un poco acelerado o atropellado dejando un final un tanto confuso donde el espectador deberá rellenar los puntos suspensivos. La decisión como siempre es de aquellos que vais al cine, así que si os apetece una historia que puede ser real antes de lo que pensáis, si os gusta el misterio, los buenos diálogos y las narraciones inquietantes, Justicia Artificial puede ser vuestra opción.

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