Escribiendo cosas económicas desde 2018, pero ya he pillado unas cuantas crisis. Di mis primeros pasos en Europa Press y luego en El Confidencial. Ahora sigo el rumbo del dinero y los mercados en El Economista.

Donald Trump está obsesionado con lograr una rebaja de la factura energética en EEUU. Los hogares americanos son grandes consumidores de energía (grandes coches, grandes casas…) y el precio de la gasolina influye en la popularidad de los presidentes del país. Por ello, el nuevo presidente de EEUU busca vías para rebajar el precio del crudo aunque por ahora sus movimientos han sido como mínimo contradictorios (aranceles al petróleo canadiense, amenazas a Irán…). Por ello, algunos analistas creen que si Trump quiere un petróleo barato es mejor que no haga nada, que deje que las fuerzas del mercado actúen por sí mismas y el crudo caerá por su propio peso. La OPEP está deshaciendo sus recortes, la producción de crudo en América (EEUU, Canadá, Guyana, Argentina…) está en máximos históricos y la demanda global muestra un crecimiento tibio. Si Trump quiere un petróleo barato, solo tiene que adoptar una postura observadora y esperar. De hecho, creen que los movimientos actuales pueden limitar esta tendencia y ser contraproducentes.

Los principales índices del mundo, y en particular los de Wall Street, están viviendo días de gran volatilidad. Desde que arrancó febrero, el S&P 500 cede casi un 2% en un baile cargado de vaivenes a medida que el fuego de los aranceles de Trump va llegando. Previamente, la irrupción de la IA china, DeepSeek, desencadenó grandes movimientos en todos los sentidos, con firmas como Apple subiendo con fuerza y gigantes como Nvidia hundiéndose. Estas primeras semanas con Donald Trump al frente de la Casa Blanca están cargadas de emoción y agresivos cambios para las cotizaciones.

Los mercados clavan su mirada en Donald Trump y sus aranceles, pero la OPEP se prepara para una decisión clave que puede afectar de forma decisiva al mercado petrolero. Este lunes el cártel se ha reunido para evaluar su estrategia de cara a los próximos meses y analizar el mercado petrolero. Si bien la salud del mercado petrolero se ha focalizado en la demanda china, las sanciones a Rusia y la monstruosa producción de EEUU, la realidad es que hay un factor que puede entrar en la ecuación los próximos meses. Este grupo de exportadores está restringiendo cerca del 5,7% de todo el suministro mundial de crudo para mantener los precios elevados y todo parece indicar que, tras retrasar una y otra vez el 'aterrizaje' para volver a producir como antes, está vez ya será la definitiva.

Trump ha iniciado su guerra comercial a gran escala. Tras anunciar un 25% de aranceles contra México y Canadá y un 10% contra China fue preguntado por si impondrá otros sobre Europa. "Definitivamente se implementarán. No se llevan nuestros coches ni productos y nosotros nos llevamos todo". Este problema se perfila como una de las grandes amenazas sobre el Viejo Continente. La misma Christine Lagarde, presidenta del BCE, ha dejado claro que para la recuperación de Europa es necesario que se recupere la demanda externa. Por lo tanto, la francesa reconoció que Trump es la gran amenaza sobre el futuro del Viejo Continente. "Si las tensiones comerciales aumentan, se podría frenar nuestro crecimiento y haría mucho más inciertas todas las perspectivas macro y de inflación de la zona euro".

El mundo se ha embarcado en un renacimiento nuclear sin precedentes. Ante una demanda eléctrica 'in crescendo' los países buscan fuentes de energía que les permitan incrementar la oferta de su mix energético, al tiempo que siguen dejando atrás las energías más contaminantes. La nuclear está llamada a jugar un papel importante en ese nuevo mundo, pues sus bajas emisiones se complementan con un suministro estable. Países como EEUU están rehabilitando plantas malditas como la de Three Mile Island, al tiempo que proclaman que intentarán convertir todas sus centrales de carbón en nucleares. Japón también incrementará su capacidad y extenderá la vida de sus centrales, que estaban destinadas a desaparecer tras Fukushima. China y los países europeos (excepto España y Bélgica) están deteniendo sus planes de cerrar centrales e incluso mirando opciones de expandir su infraestructura. En ese sentido, los ojos del mundo se han posado en Francia, el gran adalid de la nuclear que debería estar siendo recompensada su apuesta histórica… pero que la realidad es que está atrapada en un gran problema con sus plantas.

El Banco Central Europeo (BCE) sigue a lo suyo. Pese a que la Reserva Federal ha decidido congelar las bajadas de tipos ante la fortaleza de la inflación, el BCE ha anunciado la cuarta bajada de tipos consecutiva de 25 puntos básicos, lo que supone el quinto recorte desde junio, dejando el precio del dinero en el 2,75% (la tasa de depósito, donde los bancos guardan su exceso de liquidez), según reza el comunicado. El tipo principal de refinanciación (donde los bancos aparcan su exceso de liquidez) se reduce hasta el 2,90% y el la facilidad marginal de crédito (donde los bancos acuden urgencia a pedir prestado) cae hasta el 3,15%. De este modo, el spread entre los tipos de la zona euro y EEUU se amplía ya por encima del punto porcentual. La Fed ha mantenido los tipos entre el 4,25 y el 4,5%.

Después de tres jornadas de bolsa en las que los mercados han digerido el impacto de la irrupción de DeepSeek, hay una tendencia clara que se puede apreciar en las firmas del S&P 500: las grandes perdedoras en los primeros días tras la presentación de la nueva IA china están siendo las firmas del sector eléctrico, una industria para la que los inversores habían depositado una gran confianza de cara a los próximos años. La IA necesita enormes centros de datos para poder desarrollarse, y estos, a su vez, generan una demanda de energía eléctrica descomunal. Tanto, que se ha llegado a descontar un consumo de electricidad tan grande como el de una ciudad entera para los centros de datos más importantes. Esto, para muchos analistas, era un problema grave, y ahora parece que la compañía china puede solucionarlo. Por el camino, muchas empresas del sector eléctrico están sufriendo las consecuencias en bolsa.

La llegada de la inteligencia artificial 'made in china' plantea una la revolución, en la corta vida de la IA. Según la empresa asiática solo han necesidado 5,58 millones de dólares para entrenar su modelo, hasta un 95% de ahorro respecto a OpenAI. Esta disrupción supone menores costes generales, menos demanda energética, la necesidad de chips menos sofisticados… etc. Las grandes tech relacionadas con la infraestructura tecnológica de la IA se desplomaron el lunes (con el Nasdaq 100 cayendo casi un 3%) ante la idea de unas perspectivas recortadas en toda la cadena de valor. Esto se vio particularmente bien en Nvidia, que cayó un 17% en una sola jornada, marcando un descenso histórico. La realidad es que todavía se están procesando poco a poco los grandes inconvenientes de una industria que ha invertido a espuertas pensando en grandes rentabilidades. Sin embargo, con el golpe aún reciente, el giro de los acontecimientos está llevando ya a los inversores y expertos a plantearse quiénes pueden ser los ganadores de esta nueva fase.

Depósitos y cuentas corrientes en máximos históricos, la tasa de paro en niveles inimaginables hace unos años, la economía creciendo a un buen ritmo y unas perspectivas mejores que las de buena parte de Europa. Sin embargo, el consumo, muy dependiente de todos los factores anteriores, no termina de arrancar, un misterio que ha llevado al Banco de España a intentar analizar qué está pasando, quiénes son los culpables y por qué. Todo apunta a que no hay un solo factor ni una explicación sencilla ni absoluta, no obstante hay varias pistas que pueden arrojar luz sobre este misterio que trae de cabeza a los economistas.

México es, sin duda, uno de los grandes perdedores del ascenso de Donald Trump. Con los aranceles y política antiinmigración apuntando directamente al país azteca, el daño potencial es claro. El magnate neoyorquino ya ha amenazado con gravámenes del 25% a los productos de su vecino que aplicará el mismo 1 de febrero si no hay una respuesta que considere adecuada a la situación del narcotráfico y la migración. En ese sentido, la nación latinoamericana se encuentra con una situación imposible: desde los inicios de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) llevaban preparándose para protegerse de este golpe en su punto más sensible, la energía. La realidad es que un plan demasiado ambicioso, cargado de retrasos y problemas, ha llevado que llegue el momento decisivo con miles de millones de dólares gastados para que el 'gran plan falle' cuando más necesario era.