Bolsa, mercados y cotizaciones

¿Vuelve la montaña rusa de 2018 con Trump? Wall Street teme los grandes paralelismos que tumbaron al S&P 500

  • Al igual que entonces, el choque con la Fed y los aranceles entran en escena...
  • ... unas dominadoras 'tech' se vieron amenazadas y las acciones 'infladas'
  • De momento el consenso de analistas apuesta por subidas del 8,6% para 2025

Los principales índices del mundo, y en particular los de Wall Street, están viviendo días de gran volatilidad. Desde que arrancó febrero, el S&P 500 cede casi un 2% en un baile cargado de vaivenes a medida que el fuego de los aranceles de Trump va llegando. Previamente, la irrupción de la IA china, DeepSeek, desencadenó grandes movimientos en todos los sentidos, con firmas como Apple subiendo con fuerza y gigantes como Nvidia hundiéndose. Estas primeras semanas con Donald Trump al frente de la Casa Blanca están cargadas de emoción y agresivos cambios para las cotizaciones.

Esta situación, con un Trump cargando contra diversos países del mundo con sus aranceles, ha recordado a los analistas lo ocurrido en un año clave para la bolsa: 2018. En esta fecha el republicano, que había estado picoteando con acuerdos comerciales con sus vecinos en su primer ejercicio, pisó el acelerador y emprendió una gran ofensiva, principalmente contra China. Aunque también llevó el fuego del proteccionismo a México, Canadá y la UE.

En ese sentido, los expertos de Mirabaud han señalado a este año como referencia y han apuntado que las consecuencias para la renta variable pueden ser razonablemente parecidas. "El S&P 500 experimentó un aumento de la volatilidad en 2018. Los temores a la guerra comercial provocaron descensos puntuales". Esto también afectó a "un dólar robusto por las tensiones comerciales, presentándose como un refugio". Los bonos cayeron también "llevando el rendimiento a zona de máximos en noviembre".

Entrando más específicamente en lo ocurrido con el S&P 500, la mejor forma de definir lo que pasó aquel ejercicio en las bolsas de Nueva York es hablar de una montaña rusa. El índice terminó cayendo un 6,2% marcando una notable excepción y siendo la peor cifra desde la crisis financiera de 2008. Desde el año 2010 solo había habido una caída anual más, la de 2015, pero apenas fue del 0,73%. Sin embargo la práctica totalidad de las pérdidas se dieron desde octubre, firmando el peor diciembre desde 1931… pero con jornadas de ganancias récord como la del 26 de diciembre, en la que el Dow Jones subió 1.000 puntos en un solo día. En resumen, un año cargado de agitación y volatilidad.

Ahora los analistas no esperan ni mucho menos bajadas. De hecho, el consenso de Wall Street apunta a una revalorización del 8,6% para finales de 2025, con el S&P 500 conquistando los 6.500 puntos y haciendo historia. Sin embargo, hay numerosos factores que hacen recordar a aquel 2018 más allá de los aranceles y que prometen un año de emociones fuertes. La Reserva Federal, unas empresas 'sobrevaloradas', grandes peligros se manifestaron sobre unas tecnologías muy influyentes en los índices… y todo esto con la economía creciendo a marchas forzadas.

Los aranceles

El principal elemento que une 2018 con 2025 son los aranceles. El pasado sábado Donald Trump anunció gravámenes del 25% para los productos canadienses y mexicanos. Una medida que ya se ha pospuesto por las decisiones de ambos de enviar 10.000 efectivos (cada uno) a sus fronteras para controlar la inmigración y el tráfico de drogas, al tiempo que negocian en las próximas semanas sendos acuerdos comerciales. Sin embargo, el plato fuerte es China, a la que ha impuesto un arancel del 10%. En este caso, lejos de negociar, el gigante asiático ha contraatacado con un 15% de gravámenes y una investigación contra Google.

Desde Mirabaud comparan esta situación con la guerra comercial con China que llegó a su punto álgido en 2018. En aquel entonces "la administración Trump lanzó una serie de medidas arancelarias agresivas que marcaron un giro significativo hacia políticas comerciales proteccionistas". La primera oleada se centró en los paneles solares (30%) y las lavadoras (20-50%) en enero, seguida de aranceles generalizados sobre las importaciones de acero (25%) y aluminio (10%) en marzo. Posteriormente ya centrado únicamente en China llegó a imponer aranceles valorados en 250.000 millones de dólares frente a los 110.000 millones con los que respondió el gigante asiático.

Este precedente hace que piensen desde la firma que esta escalada puede repetirse este año. "Es probable que esta escalada empeore, ya que las órdenes de Trump incluyen cláusulas que prevén un aumento de los aranceles aduaneros en caso de represalias, lo que allana el camino para un estancamiento económico explosivo". En aquel momento China relajó los precios del yuan para "compensar el efecto de los aranceles y apoyar las exportaciones", una jugada que podría repetirse.

"Los aranceles de 2018 provocaron pérdidas significativas para la economía estadounidense, estimadas en unos 7.800 millones de dólares al año"

Y, al igual que entonces, esperan que se repita la fortaleza de la economía estadounidense, a pesar de contar con un importante lastre. "En general, los aranceles de 2018 provocaron pérdidas significativas para la economía estadounidense, estimadas en unos 7.800 millones de dólares al año e impacto directo al PIB y en 68.000 millones en aumentos de precios a los consumidores". Ahora, dado que las proporciones son mayores, el impacto de los mismos podría ser aún mayor. Por su parte, esto no sirvió para reducir el déficit comercial. De hecho, este aumentó a un récord de 891.000 millones de dólares aquel año.

En ese sentido, los aranceles podrían llevar a repetir esa volatilidad en el S&P 500 dado que el impacto es muy parecido. "Los aranceles que se introdujeron en 2018 introdujeron una importante volatilidad en los mercados financieros, en todos los índices y en muchos sectores económicos". Sin embargo, reconoce que la mayor parte del tiempo "pese a la mayor volatilidad y los descensos con la guerra comercial, el S&P 500 mostró una notable resistencia".

Pulso contra la Fed

Sin embargo, más allá de los aranceles hubo otro factor determinante en aquel 2018. Un verdadero pulso con la Reserva Federal. Aunque las declaraciones más contundentes se dieron un año después, con Trump alegando que Powell era "el peor enemigo de EEUU" por encima del presidente chino Xi JinPing, la realidad es que el gran problema para los mercados vino aquel año.

En aquel momento la Reserva Federal elevó hasta en cuatro ocasiones los tipos de interés en un movimiento que provocó auténtica tensión en el Dow Jones. El entonces debutante presidente, Jerome Powell, nombrado precisamente por Trump en enero de aquel año, tomaba la decisión junto al Consejo de la institución debido a que la fortaleza de la economía iba de la mano de una inflación que había superado el objetivo de estabilidad de precios (2%), alcanzando el 2,44% de media durante todo el año. Entre los motivos destacan, precisamente, las medidas 'inflacionarias' del republicano, como las rebajas de impuestos o los mismos aranceles. Esta decisión de elevar el precio del dinero llevó a que el mismo Trump buscase la forma de dar un volantazo y destituir a Powell.

Trump y Powell durante el nombramiento del presidente de la Fed en 2018 (Bloomberg)

Ahora no hay proyectadas subidas, pero si bien entonces los tipos alcanzaron el 2,5%, ahora están en el 4,5% y, lejos de bajarlos, la Fed parece ahora prepararse para mantenerse en este territorio una larga temporada. Tras las últimas ruedas de prensa de Powell y decisiones de mantener el precio del dinero inalterado, señalando precisamente a la incertidumbre que genera en los precios la entrada del republicano, el pulso vuelve a estar servido. Tal es la confianza en el mercado de una Fed restrictiva que el consenso de los analistas apunta como opción más probable a un solo recorte de tipos para diciembre.

Desde US Bank tienen claro que este giro hacia una Fed 'hawkish', al igual que en 2018, traerá cierto dolor al S&P 500 que sumará volatilidad a los aranceles. Eso sí, creen que será la contraparte de una economía fuerte y unas ganancias corporativas resistentes. "Una Fed menos acomodaticia genera preocupaciones en el mercado de valores", dice Haworth. "Es una indicación de que los costes de endeudamiento corporativo no bajarán tan rápido como se esperaba, lo que podría tener implicaciones para las ganancias corporativas".

Problemas en las tecnológicas

Pero aquí no acaban los paralelismos. En aquel momento había una preocupación de que las entonces cinco grandes tecnológicas, la entonces Facebook (Meta), Apple, Amazon, Netflix y Google, tuvieran un protagonismo demasiado relevante en los índices. Solo estas firmas contaban con un 11% del peso total en el mismo sin embargo no mostraban grandes síntomas de fatiga en sus resultados… pero se vieron incluidas en la gran volatilidad de 2018.

El motivo fue la política, pues los principales líderes de algunas de ellas, como Zuckerberg y Sundar Pichai tuvieron que desfilar por el Congreso de EEUU un año después. El motivo era una investigación que arrancó en 2018 sobre su papel respecto al mal uso de la privacidad de los datos de todos los ciudadanos. Esto se sumó a la demanda por antimonopolio contra Apple y Amazon, con el presidente Donald Trump cargando abiertamente contra ellas en su cuenta de Twitter. El ejemplo paradigmático fue la caída del 4% en un solo día de la empresa de Jeff Bezos en marzo con el republicano alegando que "he manifestado mi preocupación por Amazon. Pagan muy pocos impuestos a los gobiernos locales y usan nuestro sistema postal. Al mismo tiempo dejan fuera del negocio a miles de minoristas".

Ahora de momento no hay pistas de que Trump vaya a cargar contra determinadas empresas, pero la realidad es que esa élite tecnológica se ha vuelto mucho más dominante en Wall Street, haciendo al índice más sensible a sus caídas. Las Siete Magníficas, que incluyen a las ya citadas más Microsoft y Nvidia, suponen cerca del 33% del peso de todo el S&P 500.

En ese sentido, la volatilidad puede estar servida por otro motivo muy diferente. Los cambios que plantea la IA. Con la llegada de la plataforma china DeepSeek ya se vio lo sensible que pueden ser valores como Nvidia a cambios en las perspectivas. Esta firma vivió un descenso del 6% en un solo día, borrando 600.000 millones de dólares de la renta variable de una tacada. En ese sentido, desde Goldman Sachs consideran que las siete magníficas serán menos magníficas que nunca, superando solo en siete puntos porcentuales al resto de valores del S&P 500. Se trata del margen más estrecho en siete años.

En ese sentido, Peter Oppenheimer, analista del banco norteamericano explica que no creen que los últimos descensos sean la norma. "En nuestra opinión, se trata de una corrección y no del comienzo de un mercado bajista sostenido". Sin embargo, los expertos de Goldman dejaban claro que el ya alto crecimiento de los últimos años deja menos gasolina en el tanque para mantener su gran desempeño y los deja expuestos a situaciones de alta volatilidad. "Los mercados han tenido un gran rendimiento, lo que los deja vulnerables a las decepciones".

Un índice 'sobrevalorado'

Y aquí es precisamente donde entra otro elemento en común entre ambas fechas. Tanto en 2018 como en 2025 los múltiplos PER (ratio precio-beneficio) fueron más altos de lo habitual. En aquel entonces esta estadística llegó a ser de 25 veces, frente al promedio histórico de 17. Esto marcó una subida importante desde los 24 del año pasado y no se veía un mercado tan 'inflado' desde 2003. Ahora la situación es incluso peor con un PER de 29,97 veces, cifras cercanas a los años posteriores de la burbuja de las puntocom (descontando el año 2009, donde la enorme caída del 38% en el S&P 500 del año anterior alteró esta estadística y 2021, alterado por las caídas del covid).

"Los niveles generales de valoración habían alcanzado niveles muy altos, particularmente en Estados Unidos, y los múltiplos han aumentado significativamente desde el cuarto trimestre de 2023", comentan desde Goldman Sachs. Pero es que además Oppenheimer señala que esto no responde solo a las grandes capitalizadas. En "Si bien gran parte de esto refleja las empresas tecnológicas más grandes, el mercado de acciones sigue siendo caro en relación con su historia, incluso si excluimos a estas firmas".

Una economía resistente

Ya fuera del mercado la economía marca importantes parecidos también. Pues el PIB creció en EEUU en 2018 un 2,97% respecto al año anterior. Actualmente la fortaleza de EEUU sigue presente con un avance del 2,3% en el tercer trimestre cifra idéntica a la previsión para todo 2025 de la Conference Board. Una tendencia que seguirá regando las cuentas de las compañías. "Se espera que los beneficios del S&P 500 aumenten un 12% este trimestre y que el impulso continúe todo 2025, impulsado por unas condiciones económicas favorables y una posible desregulación" comentan desde Mirabaud.

Sin embargo, al igual que entonces los aranceles tendrán un importante impacto. La firma especifica que en 2018 "los aranceles costaron a los consumidores y las empresas estadounidenses más de 68.800 millones de dólares en 2018 debido al aumento de los precios de importación, que actuó efectivamente como un impuesto sobre los hogares estadounidenses".

¿Qué valores fueron los más perjudicados? ¿Y los beneficiados?

En cualquier caso, todas estas elecciones del pasado, han provocado que los expertos apuesten por un cambio en las empresas que pueden verse más beneficiados del contexto actual. "La renta variable debería rotar hacia los sectores más defensivos y menos expuestos al comercio mundial, como los servicios públicos o el sector inmobiliario", comenta Enguerrand Artaz, Analista, La Financière de l'Échiquier.

Por su parte desde Mirabaud señalan a las empresas que más dependen de bienes importados como las grandes perjudicadas a este 'retorno a 2018'. En ese sentido señalan que "las firmas industriales dependen de metales que vienen del extranjero y verán un aumento de costes y, por tanto, unos márgenes de beneficios afectados". También señalan a las tecnológicas dado que "tienen cadenas de suministro mundiales y están expuestas a perturbaciones y aumento de costes". Por último, señalan a todas las firmas expuestas de una u otra manera al sector agrícola, que es uno de los que más sufrirá el golpe de una batalla con China.

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