Año 1917, la revolución bolchevique triunfó en Rusia y el nuevo gobierno declara las deudas del Zar de Rusia como ilegítimas. Este fue el último default que ha tenido Rusia, consciente de las importantes consecuencias que seguir este camino puede tener para su economía. Actualmente los expertos asumen que dadas las sanciones actuales el impago es inminente. De Hecho S&P Global ya ha rebajado la nota del país a suspensión de pagos selectivos después de que Moscú aceptase pagar la deuda, pero solo en Rublos. Además, Estados Unidos ha impuesto sanciones por las cuales el Kremlin ya no puede realizar pagos en deuda externa denominada en el país. Fitch y Moody's siguieron el mismo camino rebajando su calificación prácticamente al mínimo y por lo tanto un escenario distinto al impago ya se antoja complicado.