El dólar se acerca a protagonizar un sorpasso histórico al euro. Lo que parecía una opción completamente imposible es ahora un escenario factible para múltiples expertos. La ofensiva de Rusia en Ucrania mantiene a la defensiva a un euro que esperaba que este 2022 volviese a escalar tras verse envuelto en una espiral bajista frente a la divisa de Estados Unidos. Con la incertidumbre que ha generado el conflicto y los problemas económicos que plantea para Occidente (especialmente ligados a la subida del precio de la energía), se está postergando lo que todos esperaban que sería una remontada de la moneda común.
El euro, que ahora cotiza en los 1,083 dólares, ha cedido un 1% esta semana y está en zona de mínimos que no se veían desde el comienzo de la pandemia. La caída comenzó a gestarse en verano de 2021, cuando el precio de la divisa alcanzó los 1,2 dólares, desde entonces ha cedido más de un 10% y la guerra ha acelerado esta tendencia. Desde que Putin anunció que comenzaba su ataque contra Ucrania, la cotización del euro frente al dólar descendió un 5%. Las bajadas con otras divisas más alejadas de este conflicto son incluso más sensibles. Desde sus máximos de 2021 (en julio), el euro se deja frente al yuan un 16% y un 5,3% desde febrero de 2022.
Simon Harvey, director de Análisis de Mercado FX en Monex Europe, explica que desde la segunda mitad de 2021, "se hizo evidente que las presiones inflacionistas derivadas de los problemas de la cadena de suministro se estaban afianzando, lo que dio lugar a una ampliación de los diferenciales de rendimiento entre los Estados Unidos y la zona del euro. Esto ejerció presión sobre el euro". Además, Harvey añade que "La preocupación por el crecimiento, debida al aumento de la inflación pero principalmente al estallido de la guerra en Ucrania, ha desarmado al BCE y ha dejado la política monetaria en Europa en una posición mucho más precaria que en otras economías del G10. Esto ha ampliado aún más los diferenciales de rendimiento y ha aumentado el descuento por riesgo en el euro, ya que la probabilidad de una recesión en las naciones de la zona del euro ha aumentado materialmente".
Debido a ello desde ING apuntan a que esta tendencia bajista seguirá presente y señalan que una subida de los tipos en Estados Unidos puede acelerar el proceso. "El endurecimiento anticipado de la Reserva Federal es positivo para el dólar (la Fed aumentará 50 puntos básicos en mayo, junio y julio), lo que significa que el euro/dólar podría acercarse a 1,05 este verano" defienden los analistas. Esto supondría alcanzar mínimos de 2016 y, de superar esta marca, tocaría el nivel mínimo de la misma, cifras solo vistas en 2003 cuando el euro no era más que un proyecto que había empezado a andar.
Este sorpasso del dólar tendría importantes consecuencias en la balanza exportadora de países de la Unión Europea como España, que es muy dependiente de Estados Unidos tanto a nivel exportador como en nuestras importaciones. Desde Monex Europa destacan que "el debilitamiento del euro frente al dólar aumentará la competitividad de las exportaciones de la eurozona, pero esto probablemente se verá compensado por el aumento del coste de la energía. Con una mayor depreciación del EUR/USD, el aumento de los precios de la energía se verá compensado por unas condiciones de crecimiento más débiles a corto plazo". Esta situación para los analistas agravaría de forma importante el problema actual de la inflación al encarecer las importaciones.
Por ello destacan que cobra especial importancia la próxima cita del Banco Central Europeo este jueves. Aunque los expertos no esperan que Lagarde anuncie importantes cambios en el rumbo de la institución monetaria, sí que creen que dará pistas sobre sus políticas en el medio plazo, lo que puede cambiar el destino de un euro que, de momento, parece encaminado a nuevos descensos.