ANÁLISIS
La crisis económica por la que atravesó España puso de relieve las debilidades del modelo laboral español. Un mercado de trabajo muy rígido, con altos costes de despido, muy por encima de la media de la OCDE, y segmentado por las grandes diferencias que se daban entre los trabajadores con contrato indefinido y antigüedad acumulada (insiders), y los que tenían contrato temporal, o parados (outsiders), cuya tasa del 24,9% doblaba la media. Esta dualidad entre temporal y fijo, insensibilizaba al mercado de trabajo respecto a la coyuntura empresarial, pues eran los grupos mas protegidos, los que controlaban y fijaban las condiciones de negociación colectiva en detrimento de los outsiders cuyos costes de despido eran mas bajos.