Opinión

Sordera ante las alarmas económicas

El programa de coalición entre PSOE Y UP, propone, entre otras, a limitar el precio del alquiler

La situación económica de nuestro país presenta síntomas desaceleración, perceptibles tanto en la evolución del consumo de las familias, como de la inversión y las exportaciones de las empresas.

En consonancia con el debilitamiento de la actividad, se ralentizan también el ritmo de creación de empleo en el sector privado y la reducción de la tasa de paro a la vez que empeora el saldo por cuenta corriente y la productividad del trabajo.

A éste escenario, hay que unir la inestabilidad política en la que se ha visto inmerso nuestro país desde el años 2015; inestabilidad, que de por si, ha generado una notable penalización sobre nuestra economía. Que se frene la desaceleración del PIB y del empleo, o que se corrija el déficit público en la nueva legislatura, dependía en buena medida de la orientación de la política económica del próximo gobierno.

Pero el programa de coalición cerrado entre PSOE y sus socios de UP, va justo en la dirección contraria. No sólo se desaprovecha la orientación expansiva de la política monetaria para implementar una política de austeridad, eliminar el déficit público, y poner en marcha una política de reformas que consoliden el crecimiento económico, sino que tampoco se prima impulsar la economía privada con el fin de generar actividad, empleo y rentas antes que se produzca un cambio de tendencia del ciclo economico. Todo lo contrario, nos encontramos con un documento que entre otras cosas propone aumentar la presión fiscal mediante subidas en el IRPF a las rentas altas, establecer un tipo mínimo en el Impuesto sobre Sociedades para las grandes empresas, o implantar las tasas Google y Tobin para gravar los beneficios de los gigantes tecnológicos y las transacciones financieras. Amen de subir el salario mínimo, o derogar aspectos relevantes de la reforma laboral, que como sabe el lector, fue tan determinante para evitar el cierre de muchas empresas españolas durante los años más duros de la crisis.

Además, el documento propone, eliminar el copago, limitar el precio los alquileres, subida de las pensiones, y un sin fin de propuestas, mas cercanas al populismo que a la ortodoxia económica. Medidas en definitiva que propugnan soluciones fáciles a problemas complejos y que sin lugar a duda, no permitirán a las empresas anclar sus expectativas de crecimiento en políticas fiables, a la vez que complicaran la situación de una economía como la nuestra que se encuentra en plena desaceleración.

La propuesta estrella de subir el Salario Mínimo al 60 por ciento del salario medio, supondrá para las empresas superar la barrera de los 1.300 euros mensuales por trabajador, frente a los 900 actuales, lo que supone una subida del 45por ciento. La medida en cuestión puede que en tiempos de bonanza económica no tenga un impacto inmediato en el empleo, pero la subida del SMI llevará aparejada un incremento del empleo a tiempo parcial y de los contratos temporales. Ambos se incentivan cuando las subidas del SMI son desorbitadas. Como tampoco hay que olvidar que en la actual fase de desaceleración del ciclo económico, dicha medida impactara negativamente en la competitividad de las empresas al tener que soportar un aumento de sus costes , hecho que repercutirá negativamente en la creación de empleo a tiempo completo y elevara el paro estructural. La subida afectará a los sectores más vulnerables de la sociedad como son los jóvenes y trabajadores poco cualificados. Seria bueno recordar que la moderación salarial y la reducción de las cotizaciones no son demandas que se hacen para perjudicar a quienes están empleados sino para aumentar la probabilidad de que abandonen el paro los trabajadores que están buscando un puesto de trabajo. En igualdad de circunstancias, resulta evidente que cuantos más puestos de trabajo se creen, mayor será la probabilidad de los parados de salir de su situación y menor el tiempo que los parados permanecen en paro. Es hora de prestar atención a los más desfavorecidos. Todo ello sin tener en cuenta que pasara con los mandos intermedios que tienen un salario por debajo de 1.500 euros . ¿Cómo se va a resolver esta papeleta?

Existe en nuestro país una imperiosa necesidad de corregir el déficit estructural y la elevada deuda pública, pero no por la vía de los ingresos aumentando la presión fiscal, sino por la vía del gasto. Hay que ser mas eficientes a la hora de gestionar el gasto publico. Aumentar la presión fiscal daña el crecimiento económico, en especial, si se sube el Impuesto sobre Sociedades. Justifican la subida al grito de que los ingresos impositivos de nuestro pais (33,3 por ciento del PIB), están por debajo de la media de la UE (38,9 por ciento PIB). Pero obvian que no hay que guiarse por una mera comparación con un conjunto de países que, no solo son mas ricos que nosotros, sino que tienen una realidad económica diferente. Nuestro país tiene una renta percapita inferior en un 8 por ciento a la media de la UE y en un 25 por ciento inferior a la de los países mas avanzados de dicho conjunto, por lo que seria un sin sentido converger con los niveles impositivos de países mas ricos que el nuestro, antes de conseguir la convergencia en términos de renta per cápita.

El programa económico del Gobierno va en contra del PIB, del empleo y del déficit

Una subida de Sociedades perjudicará en gran medida a los trabajadores, tanto por la disminución de la inversión en capital fijo, cómo por el aumento los costes salariales. Y es que cuando un empresario tiene que dedicar más dinero a pagar un impuesto, toma decisiones para compensar ese gasto, ya sea por la vía de repercutir el incremento de costes a sus clientes, lo que hace subir el precio del producto, o por la vía de los empleados mediante ajustes de plantilla o congelación de contrataciones.

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