La crisis de la vivienda puede marcar la vida de miles de jóvenes para siempre. Los elevados precios de los inmuebles hipotecan 'sine die' a buena parte de los que deciden comprar, mientras se comen gran parte de la renta de los que optan por el alquiler. No hay opción buena en los puntos calientes de España (grandes ciudades y alrededores). Además, la situación podría agravarse en los próximos años. La escasez de mano de obra en un sector en el que los españoles ya no quieren trabajar está provocando un rápido aumento de los salarios en el sector. Los sueldos en la construcción han subido un 46% desde 2019, lo que se suma al creciente coste de los materiales, la falta suelo finalista, financiación... parece ya una expresión manida, pero la vivienda está viviendo una auténtica tormenta perfecta.