
Jesús Ger, el empresario que diseñó y levantó la ciudad de vacaciones Marina d'Or en Oropesa del Mar (Castellón), sigue estrechamente vinculado a esa macrourbanización pese a que desde hace años no tiene la propiedad de la empresa que gestiona la marca ni sus establecimientos turísticos.
De hecho, Hoteles Marina d'Or, la propietaria de los alojamientos hoteleros, el balneario y parques de ocio, está a punto de pasar a manos de Grupo Fuertes y Magic Costa Blanca después de que Competencia haya dado luz verde a la venta por parte del fondo Farallon, que se quedó con los activos al hacerse con la deuda de la época de Ger.
El creador y constructor de la mayoría del complejo sigue exprimiendo la idea básica con la que creó su concepto de ciudad de vacaciones y la que ha sido su auténtica mina de oro: las viviendas de segunda residencia junto a la costa. La fórmula clásica de los apartamentos fue la que permitió el boom de la ciudad de vacaciones antes de que estallase la burbuja inmobiliaria, gracias a una red con cientos de puntos de venta a pie de calle y de centro comercial en toda España y grandes capitales europeas, además de sus campañas de anuncios masivos con caras populares.
Las ventas de los pisos en los bloques alargados del complejo, no sus hoteles, fue lo que permitió a Ger levantar un imperio que llegó a facturar cerca de 500 millones de euros al año con sus propios aviones para atraer posibles compradores de otros países cuando el aeropuerto de Castellón aún no operaba. Una infraestructura que también intentó asumir cuando salió a concesión.
El polémico empresario mantiene la pata inmobiliaria de la antigua Marina d'Or a través de Comercializadora Mediterránea de Viviendas (Comervi). Una sociedad que pese a que estuvo en concurso de acreedores entre 2014 y 2018, a día de hoy sigue levantando promociones de apartamentos en los terrenos de Oropesa. De hecho, la empresa de Ger ingresó el año pasado 27 millones de euros, de los que casi 21 millones correspondieron a la escritura de las ventas de la promoción Ciudad Jardín I, con 193 viviendas.
Esta fue la segunda que Ger puso en marcha tras el parón por la crisis, ya que la primera la asumió Inseryal, una sociedad a nombre de su mujer, que utiliza la propia marca de Marina d'Or. A ellas ya se ha sumado la construcción del segundo bloque de Ciudad Jardín, con otras 201 unidades y el inicio de la comercialización de la tercera, con otras 196 más, además de tener prevista una cuarta y quinta.
Ger, que si por algo se ha caracterizado siempre es por hacer los planes a lo grande como siempre ha querido dejar claro con sus colosales maquetas de proyectos, no se queda ahí. Comervi cuenta aún con "suelo disponible en el área del complejo Marina d'Or Ciudad de Vacaciones libre de cargas para el desarrollo y promoción de nuevos proyectos para más de 1.500 viviendas", según recoge el informe de gestión de las últimas cuentas anuales de 2022 de la propia empresa. Además de en lo que califica como su "área natural de actuación", Comervi también es agente urbanizador de un proyecto urbanístico anexo en Torre de la Sal, en la costa del municipio vecino de Cabanes, una zona que quedó a medio urbanizar por la crisis.
Beneficio con sombras
Curiosamente, mientras Hoteles Marina d'Or acumulaba pérdidas tras la pandemia, su antiguo hermano mayor inmobiliario logró cerrar 2022 con un beneficio de 4,1 millones de euros, aunque con varias sombras en sus cuentas, como su inversión fallida en Marruecos, la deuda con Sareb y el pago del convenio de acreedores durante 15 años.
El empresario incluso ha sobrevivido a algunos de sus grandes acreedores, como las cajas valencianas o el Banco Popular, que llegó a hacer con sus activos una operación bajo investigación judicial, y ha demostrado una capacidad de resistencia a prueba de bombas. En pleno cambio de aires políticos en la Comunidad Valenciana, con la puerta abierta a cambiar la norma (Pativel) que frena nuevos proyectos en la costa, incluso podría tener otra oportunidad para otra ciudad de vacaciones.
Litigios, ¿otra fuente de ingresos?
En 2022 Comervi anunció que iniciaba un arbitraje ante el Centro Internacional de CIADI contra el Reino de Marruecos por una reclamación de más de 400 millones de euros por la pérdida "irremediable" de su inversión en dos proyectos en ese país.
No es la primera vez que intenta esta vía. Ya reclamó sin éxito 600 millones a la Generalitat Valenciana después de que los tribunales tumbasen su proyecto estelar: Marina d'Or Golf también en Castellón.