
La división inmobiliaria del antiguo grupo Marina d'Or, la sociedad Comercializadora Mediterránea de Viviendas (Comervi) que levantó la popular ciudad de vacaciones en Oropesa de Mar (Castellón), quiere una compensación multimillonaria por sus dos grandes proyectos inmobiliarios que no se han llegado a finalizar en Rabat y Tánger.
La sociedad, a través del despacho de abogados B. Cremades & Asociados, ha presentado una solicitud de arbitraje ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI) contra el Reino de Marruecos por una reclamación que cifra en más de 400 millones de euros. La empresa fundada por Jesús Ger considera que el Estado marroquí no cumplió sus compromisos para el desarrollo de dos nuevos barrios.
El primero es el denominada "Nueva Ciudad de Tamesna" a las afueras de Rabat, en la que según el acuerdo el Estado marroquí dotaría de todos los equipamientos e infraestructuras necesarios para hacer posible la nueva ciudad, que quedaría conectada a Rabat por autovía, tren y demás servicios de transporte necesarios. De hecho, parte del campus de la Universidad de Rabat se trasladaría a la "Nueva Ciudad de Tamesna". Marina d'Or recuperaría su inversión mediante la venta de los complejos inmobiliarios construidos.
Para la inmobiliaria, la inacción del Gobierno marroquí para la dotación de los equipamientos e infraestructuras, unida a la modificación de la ordenación urbanística de la ciudad, han abocado a que aquella nueva ciudad actualmente se reduzca a unos cuantos edificios aislados, que ni siquiera cuentan con servicio de recogida de basuras, rodeados de mercadillos ilegales.
La Perla de Tánger
Marina d'Or también había acordado con la administración pública marroquí la construcción de otro complejo inmobiliario denominado "La Perla de Tánger" en la ciudad Tánger. Esta inversión fue igualmente concebida para su venta a terceros, financiándose la construcción mediante la venta de los nuevos inmuebles a los nuevos residentes.
Durante la ejecución de este proyecto el inversor español asegura que fue víctima de un bloqueo administrativo resultante de conflictos internos entre las autoridades marroquíes, reconocido por el propio Tribunal de Cuentas marroquí en su informe especial de 2014, que se ha traducido en la pérdida irremediable y total de la inversión proyectada.
Antes de presentar la solicitud de arbitraje, Marina d'Or ha tratado de negociar con el Gobierno marroquí una salida a sus inversiones en la "Nueva Ciudad de Tamesna" y en la "La Perla de Tánger" sin éxito. Todas las negociaciones con el Gobierno marroquí han sido inútiles y frustradas por las propias autoridades marroquíes involucradas.