Transportes y Turismo

Sidenor cierra la compra del 29,8% de Trilantic en Talgo tras subir la parte variable de su oferta

Formalización del acuerdo entre los socios vascos. / Cedida

Se acabó el culebrón. Sidenor y Trilantic han cerrado un principio de acuerdo para la compraventa de las acciones del fabricante de trenes Talgo en manos del fondo británico, que pasarán al consorcio vasco conformado por la siderúrgica vasca, las fundaciones bancarias BBK y Vital, y el fondo público vasco Finkatuz, a cambio de 5 euros por título, unos 184,3 millones de euros, según ha confirmado el consorcio en un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Para convencer a los vendedores, el consorcio vasco elevó la parte variable de su oferta y acordó un bonus de 0,85 euros, frente a los 0,65 iniciales, en caso de que el fabricante cumpla ciertos hitos financieros en 2027 y 2028, y que todavía están pendientes de refrendar.

La parte fija se mantiene en 4,15 euros, lo que supondría cerrar el primer traspaso de fondos en 153 millones de euros, importe al que se añadirá a futuro el abono de otros 31,3 millones de euros a abonar no antes del 2029, hasta alcanzar la suma final de 184,35 millones.

El acuerdo comercial está pendiente de aprobación por los órganos de gobierno de las distintas partes implicadas, y a la espera de que se desarrolle la documentación correspondiente. Según han comunicado al mercado, está previsto que la transacción se formalice en los próximos días.

Los socios del consorcio destacan que su operación "permite mantener en manos locales la propiedad de una compañía estratégica, que dispone de una tecnología puntera en el sector ferroviario y que tiene un gran futuro por delante".

Mudanza de la sede fiscal a Euskadi

El pacto incluye el traslado de la sede social de la compañía ferroviaria de Madrid al País Vasco, como reclamó el Ejecutivo regional para participar en la operación. Para que saliera adelante ha sido necesario el apoyo explícito del Gobierno de España, quien de la mano del Ejecutivo vasco, reiteró su predilección por la oferta de los inversores nacionales, lo que frenó las opas por el 100% de la compañía que pretendían lanzar el fondo polaco PFR y la compañía india Jupiter Wagons, que optaron por no confrontar con el Ejecutivo.

Moncloa logra, no sin desgaste político a nivel comunitario, cumplir sus pretensiones de que la compañía continúe en manos de inversores españoles tras catalogarla como estratégica, hacer uso del 'escudo antiopas' para tumbar la opa de Magyar Vagon y buscar un inversor afín, como es José Antonio Jainaga, dueño de Sidenor. Una vez cerrada la transación, el empresario vasco tendrá que diseñar un nuevo plan industrial para el fabricante de trenes, afectado por la saturación de sus plantas y la necesidad de acelerar sus entregas.

Hasta llegar a este punto, los distintos actores implicados han tenido que hacer malabares con sus participaciones accionariales. El más destacado lo protagonizó Torreal, el fondo de la familia Abelló y propietario de un 3% de Talgo, que formalizó este viernes su salida del capital de la sociedad que compartía con Trilantic, Pegaso Transportation. El futuro de ésta, en la que participan socios minoritarios como el propio presidente de Talgo, Carlos de Palacio y Oriol, parece sentenciado con la enajenación de la parte de Trilantic.

Refuerzo del tejido industrial vasco

La primera reacción política recayó sobre el diputado general de Álava, Ramiro González, quien calificó de "extraordinaria noticia para Álava" el acuerdo alcanzado, "que supone reforzar nuestro tejido industrial, beneficia al conjunto del territorio y especialmente a los proveedores alaveses de Talgo, unas 400 compañías, y abre nuevas oportunidades para nuestras empresas".

Asimismo, el diputado general indicó que "esta operación tiene un enorme simbolismo para Álava. Talgo es una empresa con corazón y alma alaveses y el retorno del centro de decisión a nuestro territorio supone recuperar una de nuestras señas de identidad industriales". La compañía abandonó el territorio en los años setenta por las amenazas terroristas de la banda ETA.

González también quiso destacar la fórmula con la que se ha abordado esta operación, a través de la colaboración público-privada, el liderazgo institucional del Gobierno vasco y la participación de las fundaciones. "Esta fórmula de colaboración es el camino para abordar los importantes retos a los que se enfrentan en estos momentos nuestras empresas y seguir avanzando en el fortalecimiento de nuestro tejido industrial", señaló.

Vital aportará 20 millones

La Fundación Vital confirmó su participación en el consorcio vasco de Talgo con el fin de garantizar el arraigo del fabricante de trenes en Álava. "Mantener el arraigo de la empresa ferroviaria con la sociedad alavesa ha sido, en todo momento, nuestro compromiso para afrontar nuestra primera operación estratégica de inversión industrial. Álava refuerza aún más si cabe su posicionamiento como territorio líder en el sector industrial", destacó su presidente, Jon Urresti.

La apuesta de Vital se materializa en una inversión de 20 millones de euros y ha estado condicionada por tres premisas: que la sede social y fiscal de Talgo se establezcan en el territorio alavés; que se garantice la continuidad de los 750 empleos de la planta de Rivabellosa; y que se apueste por un desarrollo futuro de la empresa que genere nuevo empleo. Además de los empleos directos, la fábrica alavesa de Talgo genera cerca de 5.000 indirectos.

Por su parte, el consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad del Gobierno vasco, Mikel Jauregi, ha señalado que "estamos en un momento de celebración", y ha aplaudido que la compra de Talgo "significa un cambio de paradigma": "ahora somos nosotros, con nuestro propio capital, quienes estamos sacando al capital extranjero que venía por otros motivos". "El compromiso por la industria y por el arraigo que hemos demostrado todos los socios del consorcio vasco está para quedarse y para hacer más cosas", ha añadido.

Desde CCOO, sindicato mayoritario en la planta alavesa de Talgo han afirmado que el cierre de la operación supone un alivio sobre el futuro de la fábrica, tras más de un año sonando los tambores de venta. Además, esperan que la entrada del consorcio vasco y la vuelta del centro de decisión a Álava se traduzca en más inversiones para Rivabellosa.

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