
La ambición del Gobierno de Polonia por hacerse con Talgo y fusionarla con su fabricante estatal, Pesa, choca con la compleja situación comercial y financiera de ambas empresas. La propuesta polaca de crear un nuevo campeón europeo que compita internacionalmente nacería ya con una importante desventaja: un lastre financiero superior a los 330 millones de euros heredado de los incumplimientos en dos de sus mayores contratos de los últimos años, y que tienen como reclamantes a empresas totalmente controladas por los dos estados implicados.
A las sanciones por más de 170 millones reclamadas por Renfe a Talgo al retrasar la entrega de sus trenes Avril y otros pedidos, habría que sumar varias demandas del operador ferroviario polaco, PKP Intercity, a Pesa por valor de 163 millones de euros, en respuesta a la demora de entregas y fallos de fabricación en el pasado, según ha revelado el medio Gazeta Prawna.
En el mismo se apunta a que la Renfe polaca, PKP Intercity, ha presentado varias demandas en los últimos años por un valor conjunto de 691 millones de zlotys (163,4 millones de euros al cambio actual) al considerar que el fabricante propiedad de su Estado había incumplido sus compromisos de fabricación.
La operadora ferroviaria, también estatal, habría exigido estos fondos debido a la demora en la entrega de 20 trenes Dart, producidos por Pesa en su planta de Bydgoszcz entre 2014 y 2016, que tenían defectos de fabricación y llegaron a estar parados durante varios años por fallos técnicos, dando lugar a un lucro cesante a la compañía.
Así lo reveló el presidente de PKP Intercity, Janusz Malinowski, en una reciente comisión parlamentaria de infraestructuras, donde llegó a declarar que las demandas "podrían matar a esta empresa", en referencia a Pesa. En la comisión también participó el ideólogo de la operación Talgo, el viceministro de infraestructuras de Polonia, Piotr Malepszak, quien lidera las negociaciones a varias bandas para tratar de crear un 'campeón estatal' de los trenes.
En busca del 'ok' de Moncloa
La idea de su Ejecutivo pasa por que una empresa del país sea la encargada de suministrar las unidades para su futura red de alta velocidad, sin tener que recurrir a compras de otros actores extranjeros como la alemana Siemens o la francesa Alstom. Por ese motivo, Polonia ha activado una operación basada en múltiples acercamientos al Ejecutivo de Pedro Sánchez a todos los niveles.
La semana pasada fue su ministro de Asuntos Exteriores, Radoslaw Sikorski, quien hizo público su interés por adquirir Talgo ante su homólogo español José Manuel Albares. "La oferta de Pesa y PFD por comprar Talgo es competitiva y la apoyamos. Hemos hablado de ello y esperamos que se considere seriamente", explicó ante los medios en una rueda de prensa conjunta.
Jako zwolennik ambitnych projektów rozwojowych, a prywatnie entuzjasta kolei, wspieram proces nabycia udzia?ów hiszpa?skiego Talgo przez Polski Fundusz Rozwoju i bydgosk? Pes?. M. in. o tym rozmawia?em dzi? z @jmalbares pic.twitter.com/EAL11d0QB5
— Rados?aw Sikorski ???? (@sikorskiradek) January 29, 2025
Esta semana, durante la cumbre informal del Consejo Europeo, está prevista una reunión entre el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y su homólogo polaco, Donald Tusk, para desbloquear un posible acuerdo entre ambas partes que permita la entrada de los polacos en el accionariado de Talgo, según ha revelado El Confidencial. En Varsovia tratan de evitar un enfrentamiento entre países que dé lugar a un nuevo veto como el formulado a la húngara Magyar Vagon, cuya opa fue tumbada por razones de "seguridad nacional".
El máximo accionista de Talgo, el fondo británico Trilantic, ha puesto como fecha límite el 14 de febrero para recibir las ofertas de los tres interesados: el consorcio vasco liderado por Sidenor, apoyado por la SEPI y el fondo regional Finkatuz; la india Jupiter Wagons, y el Gobierno de Polonia, a través de PFR.
Polonia ofrece sus fábricas a Talgo
Coincidiendo con el encuentro entre mandatarios, tanto PFR como el ejecutivo polaco revelaron sus cartas y reconocen abiertamente que Talgo "es una compañía muy interesante con una oferta de productos complementaria a la de PESA". Más allá del acuerdo de colaboración sellado por ambos fabricantes el pasado septiembre, el fondo estatal reconoce que "la cooperación con PESA, independientemente de la forma o estructura de propiedad de ambas entidades, fortalecerá la posición competitiva de ambas empresas y aprovechará las oportunidades de mercado relacionadas con las inversiones planificadas en ferrocarriles de alta velocidad en Polonia y la región de Europa central y oriental".
Además, dado que sus fábricas están llenas, PFR ofrece a Talgo sus centros de trabajo para deslocalizar algunas fases de su producción, un modelo similar al ofertado por la checa Skoda el pasado verano. "PESA podría ayudar a Talgo a abordar problemas de disponibilidad de capacidad industrial", expresa el fondo estatal, además de "aumentar y utilizar de forma óptima la capacidad de producción para grandes contratos" como el que tiene activo con la germana Deutsche Bahn, y por el que también se esperan sanciones.
"El desarrollo podría llevarse a cabo en paralelo en ambos países, teniendo en cuenta la naturaleza local española de las operaciones y las competencias únicas de Talgo desarrolladas a lo largo de los años, así como el pleno apoyo para un mayor desarrollo en los mercados internacionales", reconocen desde PFR, que ha abierto la puerta a incorporar a socios como Sidenor. Este, en cambio, asegura no tener noticias de ningún posible socio.
"PFR sigue siendo flexible en su enfoque de la cooperación, guiado por el objetivo de crear un líder europeo que pueda competir eficazmente en los mercados globales", expresó el fondo a los medios polacos. Ese campeón continental que Polonia quiere crear estaría basado en "el uso conjunto de recursos tecnológicos y capacidades de producción", que "podrían convertirse en la base para el desarrollo de soluciones de transporte modernas y el fortalecimiento tecnológico del sector ferroviario en Europa", apuntan.
En caso de llegar a formularse, la asociación Talgo-Pesa alcanzaría a la vasca CAF en volumen de negocio y dejaría muy atrás a otros fabricantes menores como Skoda o Tatravagonka —accionista de la india Jupiter Wagons— y miraría más cerca a Siemens o Alstom en un mercado donde nuevos actores como la anglojaponesa Hitachi Rail, la coreana Hyundai Rotem o la china CRRC se han hecho con una buena parte del mercado mundial durante los últimos años.