
El fabricante de trenes español Talgo, enfrascado en un cambio de accionariado que no acaba de llegar, tampoco entregará a tiempo el mayor pedido de su historia. Los retrasos acumulados en su ciclo de producción desde la pandemia, que ya afectaron a la entrega a Renfe de sus nuevos trenes de alta velocidad de la serie 106 se han extendido del macropedido encargado por la alemana Deutsche Bahn, el segundo mayor operador ferroviario del continente europeo.
En el año 2019, el gigante germano y Talgo refrendaron un acuerdo marco para la producción de hasta 100 trenes del modelo Talgo 230, que al mismo tiempo, implicó la firma de un primer pedido de 23 trenes, incluida su tracción, por unos 550 millones de euros.
Este pedido se amplió en 2023 con un segundo pedido de 56 unidades más, elevando el pedido global hasta los 79 trenes, que una vez entregados llevarían el nombre de ICE L. Con ello, el valor total de ambos pedidos ascendía hasta los 1.400 millones de euros, convirtiéndose así en el mayor de la historia del fabricante español.
Según desvelaron entonces ambas partes, la entrega de las primeras unidades estaba prevista para 2023, de manera que las operaciones comerciales pudieran iniciarse a finales de ese año. Pero según reconoció Talgo ante Renfe, la pandemia y su posterior crisis de suministro rompieron todas las previsiones y obligaron al fabricante a reformular sus plazos de entrega. La compañía fundada por Goicoechea y Oriol trató de evitar las penalizaciones del operador español con ambas justificaciones, sin que de momento hayan resultado efectivas.
Más de un año de demora
La nueva fecha para que Talgo entregue los trenes del primer pedido de Deutsche Bahn ha pasado a ser 2025, después de que ambas partes hayan reformulado los planes de entrega. "Debido a retrasos en el proceso de pruebas y aprobación. Talgo no entregará los trenes ICE L encargados por DB hasta 2025 según la nueva planificación", confirma un portavoz del operador germano a elEconomista.es. Preguntado por si estas demoras conllevarán penalizaciones o sanciones al fabricante, han declinado comentar más detalles del pedido.
También desde Talgo aseguran que "la producción de los 23 trenes encargados en el primer pedido avanza a pleno rendimiento y ya hemos completado con éxito las primeras pruebas". En la misma línea, la empresa española confía en poder entregar el primer tren listo para su puesta en servicio en 2025.
Así, explican que las primeras unidades llegaron a las vías alemanas el pasado verano, y desde entonces están realizando pruebas y testeos en "decenas de subsistemas, incluidas pruebas de frenado, aerodinámicas y acústicas. Este proceso común garantiza el más alto nivel de seguridad, calidad y confiabilidad antes de la puesta en servicio", justifican.
Dinamarca confía en Talgo
Los nuevos trenes ICE L serán utilizados por Deutsche Bahn para sustituir progresivamente a los antiguos trenes interurbanos que todavía circulan en la ruta Berlín-Ámsterdam. Aunque el cambio estaba previsto para este otoño, se ha pospuesto al año que viene debido al aplazamiento de las entregas.
Pero pendientes de Talgo no sólo están los alemanes, sino también sus vecinos daneses, En concreto, su operadora estatal DSB, quien en el año 2020 selló un contrato de su ministro de ocho trenes del mismo modelo 230, a cambio de unos 134 millones de euros. Ese acuerdo contemplaba la ampliación del mismo hasta un valor máximo de 500 millones, algo que aplicó en abril de 2023, cuando pidió extenderlo con otros ocho trenes más, hasta hacer una flota total de 16.
Retrasos en toda la industria
Las demoras en la entrega de nuevos trenes no solo son cosa de Talgo. La apuesta por el ferrocarril de las principales economías accidentales ha disparado las carteras de los fabricantes de trenes, que compiten entre sí en un mercado cada vez más amplio pero muy limitado por la capacidad de producción de cada uno. El otro fabricante español, CAF, ha anunciado el retraso de su entrega de 12 trenes del modelo Oxygène para el operador francés SNCF. Estos trenes, destinados a cubrir los servicios entre París y las ciudades de Limoges y Clermont, estaban previstos para 2024 pero su entrega se producirá entre finales de 2025 y principios de 2026, según medios franceses.