Salud Bienestar

El pan congelado es más beneficioso para la salud, pero la mayoría de la gente lo hace mal

Foto: iStock

Si existe un alimento más consumido en prácticamente todo el mundo probablemente sea el pan. Fibra, vitaminas del grupo B, fósforo, magnesio, calcio y potasio son algunos de los nutrientes más característicos. Una de las particularidades que se ha popularizado del pan es el incremento de sus beneficios cuando se toma después de haberlo congelado.

Numerosos nutricionistas, a través de sus redes sociales, explican por qué es mejor congelar el pan. Y es que, gracias a este proceso se consigue modificar la estructura del almidón, debido a la retrogradación, que hace que se convierta en un tipo de fibra que contribuye a mantener una correcta microbiota intestinal, ya que no se absorbe por completo.

Además de sus efectos positivos en la microbiota, también contribuyen a regular los niveles de glucosa en sangre, ya que evita los picos de insulina y mantiene durante más tiempo la sensación de saciedad. Una de las curiosidades de este es que no vale congelarlo de cualquier forma, puesto que los efectos son más positivos si se congela una vez se ha cocido y se vuelve a calentar antes de consumirlo.

Cómo congelar el pan correctamente

En primer lugar, a la hora de congelar el pan, no todo vale. Lo ideal es congelarlo el mismo día que lo compramos y en caso de que todavía esté caliente, hay que dejarlo enfriar. Para facilitar su consumo, puede almacenarse en porciones individuales, eso sí, envolviéndolo adecuadamente para evitar que acumule moho o se estropee.

En cualquier caso, siempre es mejor optar por panes integrales y combinarlos con alimentos buenos nutricionalmente hablando en el desayuno, como es el aceite de oliva virgen extra, el aguacate, el humus, el tomate o el jamón serrano, entre otros.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky