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Una experta en salud metabólica explica por qué unas personas son más propensas a ganar peso que otras

Foto: iStock

Un fenómeno que suele darse frecuentemente es cuando dos personas que conviven bajo la misma casa, con hábitos alimentarios similares y un estilo de vida parecido tienen una masa corporal distinta. El motivo de esto lo explica la doctora Cristina Petratti a Europa Press: "La propensión a ganar peso con mayor facilidad es el resultado de la interacción compleja entre factores genéticos, hormonales, metabólicos y comportamentales".

La genética, más allá del metabolismo

Entender estas diferencias es esencial para abordar problemas relacionados con el peso de una forma más efectiva y personalizada. Por esta razón, la predisposición genética juega un "papel crucial" en la regulación del peso corporal.

Según la experta, algunas personas heredan ciertas variantes genéticas que no solo afectan al metabolismo, sino también a la distribución de la grasa o al apetito, lo que hace que se acumule más cantidad de grasa. "Junto a esto, están los desequilibrios hormonales que pueden influir con facilidad para ganar peso", sostiene la experta.

Los efectos de la microbiota

Más allá de los factores genéticos, otros como la microbiota intestinal juegan un papel clave, pues los desequilibrios de esta pueden conllevar una predisposición a aumentar de peso. Por otra parte, la respuesta cerebral y el comportamiento alimentario también son determinantes.

Algunas personas con sobrepeso sufren alteraciones en las señales de la saciedad, debido a la difusión de la señalización cerebral, lo que conlleva que ingieran muchos más alimentos y tengan más dificultad para percibir cuando están satisfechas.

En cuanto a los factores externos, el estrés crónico también contribuye a la obesidad, a través de la activación sostenida del eje hipotálamo-pituitario-adrenal (HPA) y alteraciones hormonales que provocan un aumento del apetito, así como una preferencia por alimentos apetecibles, que interaccionan con los circuitos de recompensa que promueven la adicción a la comida.

Otros factores externos

La privación del sueño o una mala calidad de este también pueden contribuir a la obesidad. "La calidad del sueño afecta significativamente a la regulación de las hormonas del apetito, como la grelina y la leptina. Dormir poco o mal se asocia con niveles elevados de grelina y a niveles reducidos de leptina, lo que puede aumentar el apetito y contribuir al aumento de peso", indica Petratti.

Otros aspectos como los horarios de las comidas o la falta de ejercicio también pueden ser la clave. Llevar a cabo cualquier comida más temprano contribuye a metabolizar mejor los alimentos, de ahí que se aconseje evitar cenar demasiado tarde. "Cuando la última comida del día es muy abundante y cercana a la hora de dormir, el cuerpo tiene menos tiempo para metabolizarla antes del descanso; lo que puede contribuir a la ganancia de peso".

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