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Transaminasas altas: qué debes hacer para reducirlas y mejorar la salud general de tu hígado

Foto: iStock

Los análisis de sangre y las revisiones periódicas de salud resultan fundamentales para detectar a tiempo cualquier posible enfermedad o factores de riesgo que hayan surgido o no se hayan identificado anteriormente. Lo ideal para la mayoría de adultos sanos es que se realice cada uno o dos años, aunque a partir de los 40 años es preferible un mínimo de una vez al año.

En este tipo de chequeos pueden identificarse marcadores como el colesterol, el nivel de azúcar en sangre, la cantidad de glóbulos rojos y blancos, los triglicéridos y las transaminasas, entre otros muchos. En lo que refiere a estas últimas, se trata de una enzimas del hígado que repercuten en el buen funcionamiento del organismo en general.

Los niveles ideales

Los dos tipos de transaminasas son la alanina aminotransferasa (ALT) y la aspartato aminotransferasa (AST). Los valores normales de ambas deberían estar entre 7-56 U/L y 10-40 U/L, respectivamente. Por encima de estos puede considerarse unos niveles excesivamente elevados y podrían ser el indicio de problemas del hígado.

Las transaminasas elevadas pueden ser consecuencia de hepatitis B o C, consumo frecuente de alcohol, hígado graso, algunos tratamientos médicos o un exceso de ejercicio intenso. Si bien, este resultado en tu análisis no siempre tiene que ser un motivo de preocupación y pueden llegar a sus niveles normales si se cambia el estilo de vida o se suspende el tratamiento médico que las causa.

Qué comer para bajar las transaminasas

Si un nivel elevado de transaminasas está causado por una mala alimentación, un cambio en el estilo de vida es fundamental. De esta manera, los expertos recomiendan reducir el consumo de grasas, limitar los alimentos procesados y, especialmente, los fritos e incluir en el día a día al menos cinco piezas de frutas y verduras. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda practicar media hora diaria de ejercicio y cinco días por semana.

Si a pesar de los cambios en la alimentación, las transaminasas siguen elevadas, lo normal es que tu médico te solicite otras pruebas adicionales, como una ecografía hepática o una biopsia de hígado.

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