Las palabras de un toxicólogo sobre los efectos del moho negro en la salud: "Puede desencadenar o agravar ataques de asma"

El moho es un elemento antiestético y que causa malos olores, además de que está estrechamente relacionado con diversos problemas de salud. Algunos pueden resultar particularmente graves, tal y como explica el toxicólogo Ian Musgrave en declaraciones a The Independent.

De hecho, hasta ahora numerosos estudios han relacionado el moho con algunas enfermedades pulmonares graves en niños, como es el asma. El moho es el término general que se emplea para una variedad de hongos, sin embargo, el que es habitual en las casas es el Stachybotrys chartarum, uno de los "diez más temidos por los expertos".

Las sospechas por esta especie de organismos tuvieron su auge en la década de los 90, al haber detectado enfermedad pulmonar hemorrágica en varios bebés. Una enfermedad rara provocada por esta intoxicación que se filtra a los pulmones y puede llegar a ser mortal.

Las micotoxinas

Se trata de sustancias químicas naturales, en este caso presentes en los hongos venenosos y aquellos asociados con el moho negro. Además de en superficies, este tipo de mohos suelen crecer en numerosos alimentos como cereales, frutas desecadas, frutos secos y especias. Por este motivo, más allá de la inhalación de estas en el ambiente, la intoxicación puede darse también debido a la ingesta de alimentos infectados con esto.

A pesar de que la intoxicación se produce por la inhalación, la realidad es que es complejo que lleguen a liberar esporas en cantidades necesarias para que resulte muy perjudicial, según explica el experto. En cualquier caso, el moho negro sí puede desencadenar o agravar ataques de asma en personas alérgicas.

Cómo eliminar el moho negro

Tal y como explicábamos en elEconomista, este hongo se produce generalmente por las condiciones de falta de ventilación y humedad en los hogares. Ante posibles riesgos, los expertos advierten de la importancia de tratar de eliminarlo lo antes posible. Esto puede darse fácilmente con agua y jabón o con una mezcla de agua y lejía. Igualmente, este último producto puede sustituirse por amoniaco, alcohol o vinagre.