Las fresas son uno de los frutos más apreciados de la primavera, tanto por su sabor como por sus múltiples beneficios para la salud. Sin embargo, su conservación puede ser un verdadero reto. Estas frutas tan delicadas tienden a estropearse con facilidad si no se almacenan correctamente, lo que genera desperdicio y frustración en la cocina. Por eso, un sencillo truco compartido por la cuenta especializada en alimentación saludable @myrealfood_app ha captado la atención de miles de personas en redes sociales: se trata, según explican, de la única forma verdaderamente efectiva de conservar las fresas frescas durante más tiempo.
La técnica es muy simple, pero requiere precisión en cada paso. Primero, lava las fresas con agua abundante, sin retirarles el rabito, y sécalas con un paño limpio hasta que no quede humedad. Una vez secas, coloca una capa de papel de cocina en la base de un táper de cristal, preferiblemente hermético. Luego, añade las fresas con cuidado de que no queden unas encima de otras, o al menos que no se presionen entre sí. Tapa el recipiente, asegurándote de que la tapa no aplaste las frutas, y colócalo en el frigorífico. De esta forma, se evita la proliferación de humedad y moho, alargando su vida útil varios días más.
El truco funciona porque el papel de cocina absorbe el exceso de humedad, uno de los factores clave que acelera el deterioro de las fresas. Además, usar un recipiente de cristal ayuda a mantener una temperatura más estable y a proteger las frutas de los cambios bruscos del ambiente de la nevera. Eso sí, es importante abrir el táper con frecuencia para revisar su estado y cambiar el papel si ya está húmedo.
A tener en cuenta
Al margen de su fragilidad, las fresas son un auténtico tesoro nutricional. Son ricas en vitamina C, fibra y antioxidantes como los polifenoles, que contribuyen a reducir el daño celular y a fortalecer el sistema inmunológico. Además, tienen un bajo contenido calórico, lo que las convierte en una opción ideal para dietas equilibradas. También contienen potasio, un mineral que ayuda a regular la presión arterial, y compuestos antiinflamatorios naturales. En resumen, conservar bien las fresas no solo ayuda a evitar el desperdicio, sino que también permite aprovechar al máximo sus múltiples beneficios para la salud.