
Uno de los alimentos que más temen los padres implementar en la dieta diaria de sus hijos son los frutos secos, ante el temor de que provoquen alergias mortales o incrementen el peso, ya que suelen tener gran cantidad de grasa. No obstante, según explica el nutricionista Nick Fuller a The Independent, en realidad evitar este alimento puede hacer más daño que bien.
La continua promoción sobre la importancia de llevar a cabo dietas bajas en grasas ha hecho creer a todo el mundo, especialmente a los padres, que todas las grasas son igual de malas. Pero nada más lejos de la realidad, puesto que en el caso de los frutos secos estos favorecen la salud cardiovascular y digestiva, ayudando a reducir también la inflamación.
Tal y como explica este experto, su alto contenido en ácidos grasos omega-3 son el nutriente esencial para el correcto desarrollo del cerebro de los más pequeños. Asimismo, son una fuente de polifenoles, cuyas características antioxidantes ayudan a la prevención del cáncer.
Además, su alto contenido en fibra y proteína permite prolongar durante más tiempo la sensación de saciedad, evitando así las comidas entre horas que pueden conllevar un aumento de peso y de los niveles de azúcar en sangre. De hecho, según los investigadores, comer más frutos secos está relacionado con un menor riesgo de sufrir sobrepeso.
Qué pasa con las alergias
A pesar de que las alergias a los frutos secos son algo cada vez más frecuentes, por lo que las preocupaciones de los padres son lógicas. Si bien, las investigaciones sugieren que si se proporcionan frutos secos a los más pequeños desde edades tempranas, puede reducir considerablemente la probabilidad de desarrollar alergias a estos, incluso en los casos en los que haya antecedentes familiares.
De hecho, según explica Fuller, otro estudio comprobó que ofrecer de forma regular durante la infancia cacahuetes reduce la posibilidad de padecer alergias a este durante la adolescencia en un 71%. Para comprobar sin riesgos si los menores son alérgicos, se debe poner una pequeña cantidad de mantequilla de cacahuete en el interior del labio y observar, pasados 30 minutos, si surge algún tipo de reacción. Con el tiempo, puede ir repitiéndose esta prueba incrementando la cantidad.
En caso de antecedentes familiares, lo ideal es consultar a un médico previamente. En caso de que comience a observar algún tipo de reacción, lo más aconsejable es que se dirija lo más pronto posible a los servicios de emergencias.
Lo ideal es comenzar con variedades suaves, como los anacardos, las almendras o los cacahuetes, ya que estos tienen un sabor más atractivo para los más pequeños.
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