
La sentencia de Gürtel ha desbarajustado la falsa calma que iba a traer la aprobación de los Presupuestos Generales el Estado. Falsa porque aunque en la generalidad se haya escenificado un acuerdo por el bien del país, en las particularidades siguen primando los intereses de cada partido. La condena al PP como partícipe a título lucrativo en la trama corrupta pone en una situación comprometida a Mariano Rajoy, a quien tanto PSOE como Ciudadanos (Cs) quieren fuera, cada uno a su forma.
El PSOE disipa las dudas
Desde las filas socialistas han disipado las dudas y han registrado este mismo viernes una moción de censura en el Congreso de los Diputados. Este paso adelante del PSOE se tenía que discutir en una Ejecutiva Federal extraordinario convocada para hoy a las 11:00 horas, sin embargo la presión existente ha llevado al partido a adelantar la decisión.
El propio líder socialista, Pedro Sánchez, ha aparecido esta mañana ante los medios para defender la iniciativa y pedir el apoyo de todos los diputados de la Cámara, incluso los independentistas. El secretario general del PSOE también ha asegurado que, de prosperar la moción, su primer objetivo será dotar de estabilidad al país y después -sin concretar plazo- convocar nuevas elecciones.
La decisión de los socialistas llega después de 24 horas de numerosas presiones en torno al partido y dentro del mismo. Las ejemplares condenas de la sentencia por Gürtel y el hecho de que el PP haya sido condenado a pagar en calidad de partícipe a título lucrativo de la trama volvieron a traer al debate pública la idea de la moción.
El primero que la esgrimió fue el líder de Podemos, Pablo Iglesias, quien esta tarde en rueda de prensa ha ratificado que apoyará sin condiciones a los socialistas. A partir de su llamamiento de ayer, otras fuerzas como el PDeCAT mostraron su predisposición y no pocos cuadros del PSOE empezaron a cabilar si merecía la pena. Las mayores dudas se concitaban en el propio Sánchez, escarmentado de su fallido intento de investidura.
Sin embargo, federaciones y dirigentes cercanos al líder le animaron a impulsar una moción que le devolvería al púlpito del Congreso y que reforzaría la línea argumental seguida en Madrid con Cristina Cifuentes. En la Asamblea el socialismo madrileño no dudó en impulsar una moción contra la ya expresidenta debido a sus escándalos.
Cs sólo quiere elecciones
El planteamiento de Cs, a su vez, sólo pasa por elecciones, o convocadas por Rajoy (que aunque quisiera no podría hacerlo mientras haya una moción registrada) o a través de una moción de censura puramente instrumental (un formato que ya valoraron para quitar a Pedro Antonio Sánchez en Murcia pero al que no tuvieron que llegar).
Si el Gobierno sacara las urnas antes de tiempo, el partido de Albert Rivera tendría lo que quiere sin apenas batallar. Pero esta opción no parece muy viable. El escenario más realista es el que lleva a Cs a tener que decidir en ausencia de esa convocatoria si apoyaría la moción del PSOE o no, aunque ahora mismo no es la opción que más agrada al partido 'naranja'.
Sánchez podría no aceptar la condición de elecciones de Rivera y aquí llega la mayor encrucijada: apoyar la moción es abrir el gobierno a la izquierda con la 'línea roja' añadida de estar respaldado por independentistas y nacionalistas. Pero no apoyarla es mantener a Rajoy en Moncloa. Ambos casos generan incongruencias con el discurso de Cs.
Rechazo de Rajoy y del PP
El Partido Popular, el más afectado, es sin embargo quien parece que menos tiene que decir. Tiene que manejar estas presiones con muy poco margen de maniobra; una de ellas, la de sacar a Rajoy de la Presidencia no se les pasa por la cabeza. Y la otra, la de convocar elecciones por el momento tampoco está sobre la mesa en Génova.
En este sentido se ha manifestado el presidente del Gobierno en una comparecencia en la que ha abordado exclusivamente este asunto. Rajoy ha cargado duramente contra Sánchez por impulsar la moción y ha amenazado con las consecuencias económicas para España tras esta maniobra política.
En ningún momento el presidente ha deslizado otra posibilidad que no sea continuar al frente del Ejecutivo y se ha aferrado al argumento de que las legislaturas han de ser de cuatro años, "como marca la Constitución". Rajoy también ha acusado a Sánchez de "carecer de autoridad moral" y ha ironizado con el hecho de que "algún día pactará con Puigdemont".
Desde el PP, el coordinador general del partido, Fernando Martínez-Maillo se ha empleado con bastante dureza contra Sánchez afirmando que "no se es más hombre de Estado por ponerse la corbata". Maillo se ha quejado de que los socialistas presenten una moción en pleno momento de recuperación económica y de debate sobre la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña.
El apoyo de los nacionalistas
El PNV, partido clave en la geometría parlamentaria, como se ha visto con los Presupuestos, ha expresado su disposición a hablar con Sánchez sobre la moción para conocer "cuál es su planteamiento". El portavoz parlamentario de la formación, Aitor Esteban, ha dicho que para ellos es clave saber si Sánchez "tiene soluciones para la crisis a la que se enfrenta el Estado español".
Desde el PDeCAT han reiterado su predisposición a apoyar a Sánchez, aunque le han pedido que "vaya en serio". No obstante, los independentistas catalanes también se han quejado de que el líder socialista haya cargado duramente contra el nuevo presidente, Quim Torra, y de que Cs llegase a apoyar la misma moción que ellos.
ERC también se ha mostrado dispuesta a apoyar a Sánchez, pero le ha reprochado la "tardanza" en impulsar la moción he igualemente ha reprochado al líder socialista sus duras palabras contra Torra.
Números y condicionantes de la moción
Para que la moción prospere se requiere la mayoría absoluta del Congreso, que se traduce en el apoyo de al menos 176 diputados. Los 350 escaños del hemiciclo están divididos ahora así: PP 137, PSOE 84, Unidos Podemos 67, Cs 32, ERC 9, PDeCAT 8, PNV 5, Compromís 4, EH Bildu 2, Coalición Canaria (CC) 1 y Nueva Canarias (NC) 1.
Las cuentas saldrían más holgadas si el PSOE, además de con Podemos, contara con Cs. Entre los tres sumarían 183. Si bien el 'no' que de primeras los de Rivera darían a Sánchez -quieren una garantía de que habrá elecciones inmediatas- haría que el éxito de éste en la moción quedase -siempre que los independentistas suscribieran su apoyo final- en las manos del PNV, que se muestra cauteloso.
Contando con los votos de Unidos Podemos (67), los de Compromís (4), el de Nueva Canarias (1), los de PDeCAT (8) y los de ERC (9), Sánchez sumaría 173 escaños frente a 170 que ahora mismo votarían 'no' (PP, Cs, CC y Bildu). En esa tesitura es donde volverían a ser claves los 5 votos del PNV.
Hay que recordar en este punto que toda moción de censura que se tramite en el Congreso -registrarla como ha hecho hoy el PSOE sirve- impide al presidente del Gobierno convocar elecciones. Se trata de un mecanismo constitucional que otorga fuerza al Parlament al evitar que un Gobierno que se vea en peligro en la Cámara pueda convocar fugzamente unas elecciones que lo relancen.