Política

La investidura está cerrada y la ingobernabilidad es el precio a pagar

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones desde el mes de febrero. Foto: Efe.

La investidura "está cerrada. Salvo imprevistos que no se esperan el acuerdo está hecho". Con esta rotundidad se pronunciaban en las vísperas del día de la Constitución, dirigentes socialistas próximos a la negociación con ERC, aunque advertían de que el precio a pagar por la abstención de los independentistas catalanes es el de "la ingobernabilidad" del país que nos aboca "a una legislatura corta, de un año o año y medio máximo" y con un ejecutivo sometido "al chantaje permanente".

En Esquerra se han impuesto las tesis de la línea pragmática del partido, liderada por Oriol Junqueras, Rufián y Pere Aragonés, frente al ala radical de Joan Puigcercós y Sergi Sabriá, y darán el "sí quiero" para facilitar la investidura, especialmente tras la visita de los secretarios generales de CCOO y UGT a Junqueras en la prisión de Lledoners para plantearle la urgencia de un gobierno "progresista", como le denominan.

Sin embargo, quieren ser ellos quienes marquen las condiciones y los tiempos del acuerdo para dar imagen ante el electorado catalán de que es ERC quien maneja y condiciona el gobierno del Estado. "Saben que –como ya dijo Rufián–, Sánchez está débil, que les necesita y que cederá en prácticamente todo lo que pidan". Por eso no espera el anuncio de la fumata blanca hasta después del 21 de diciembre, fecha del congreso de los republicanos catalanes.

Ferraz apunta que Sánchez estaría dispuesto a pactar una fórmula de financiación mixta entre la general y el cupo vasco para Cataluña

Y respecto a las condiciones existe ya acuerdo para "activar la vía política" como solución al "conflicto" en Cataluña, y en ERC interpretan que esa vía política incluye el derecho de autodeterminación. Así lo venderán ante sus bases y así piensan contrarrestar los ataques, que ya se están produciendo vía Twitter, de los radicales de JxCat y de la CUP.

Otro elemento que está sobre la mesa de negociación y que en Moncloa están dispuestos a pagar es una reforma ad hoc de la financiación autonómica. Voces autorizadas de la sede socialista de Ferraz apuntan que Sánchez estaría dispuesto a pactar una fórmula de financiación mixta entre la general y el cupo vasco para Cataluña que permitiría a ERC ofrecer otro triunfo ante las cada vez más inminentes elecciones autonómicas y pactar un gobierno bipartito con el PSC de Iceta en esa comunidad.

El referéndum quedaría en segundo plano y la salida de los presos no es imperativa. "Viven a cuerpo de rey en las cárceles catalanas y en breve van a acceder al tercer grado penitenciario", me dicen, por lo que estarían ya en condiciones de casi libertad.

Supone un rejón de muerte al principio de igualdad entre los españoles consagrado en la Constitución

Una carta, la de la financiación que, unida a las concesiones a los minoritarios, supone un rejón de muerte al principio de igualdad entre los españoles consagrado en la Constitución, y que no parece ser obstáculo para un Pedro Sánchez que convocó unas elecciones para gobernar en solitario y que se encuentra ahora con tres diputados menos y sin mayoría absoluta en el Senado "Se ha pegado un tiro en el pie y sólo mantenerse en La Moncloa le garantiza su supervivencia en el partido", apuntan en Ferraz.

Socialistas a la fuga

Si, como todo apunta, el pacto se concreta y en los términos en que se está planteando, en la sede socialista de Ferraz se preparan ya para el abandono de la militancia en el partido de nombres históricos del socialismo reciente. Los expresidentes de Madrid y Extremadura, Joaquín Leguina y Juan Carlos Rodríguez Ibarra, el exministro José Luis Corcuera, o el exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra son, entre otros, los nombres que más se repiten entre los dirigentes y la militancia.

Son conscientes también de que existe una fuga de votos socialistas hacia Vox, al menos un 8% de los nuevos votantes del partido de Abascal el 10-N procedían de antiguos votantes del PSOE y la sangría, aunque controlada, continúa. 

Se descarta, sin embargo, una ruptura del partido desde dentro, al menos por ahora, aunque son muchos también los que esperan un movimiento a última hora de barones como el aragonés Javier Lambán y el castellanomanchego Emiliano García-Page que evite ese "Gobierno Frankenstein" y reconduzca la investidura hacia un acuerdo con el Partido Popular y Ciudadanos.

La muerte política de Díaz

Un movimiento éste que tiene muy pocas posibilidades de llevarse a cabo. Los mismos que desde dentro del partido promueven esta opción, "que sí garantizaría la gobernabilidad y la estabilidad que precisa este país", recuerdan que Lambán gobierna en Aragón con el apoyo de Podemos, que García-Page "no se atreve", y corroboran que Susana Díaz "está muerta políticamente".

Su salida del gobierno andaluz, la sentencia de los Expedientes Reguladores de Empleo (ERE) y las informaciones que implican al marido de la expresidenta, José María Moriche, en el cobro de dos subvenciones millonarias concedidas por la Junta de Andalucía a la federación andaluza de UGT en las que el juez instructor ha detectado importantes desvíos de fondos públicos, hacen que su posición "sea insostenible" y se esté trabajando ya en su sucesión al frente de la federación andaluza del Partido Socialista, la mayoritaria en el partido.

Una sucesión para la que desde los opositores al sanchismo apremian a Felipe González y al citado exvicepresidente, Alfonso Guerra, para que promuevan una candidatura que impida "el desembarco de sanchistas" en la dirección del socialismo andaluz. Pero esa sea otra historia de índole política.

La veda contra García Egea

Y mientras Sánchez progresa adecuadamente para su investidura, en el Partido Popular ha levantado ampollas la elección, el pasado martes, de los miembros de la Mesa del Congreso. El resultado de "una pésima negociación" de la que una mayoría de dirigentes populares culpan exclusivamente al secretario general. Un Teodoro García Egea al que responsabilizan también del "no es no" a un acercamiento hacia el PSOE para impedir el gobierno de "socialcomunistas con los que quieren destruir España" y que está en el punto de mira de los barones regionales.

Si hubiera hoy elecciones generales el partido de Santiago Abascal rozaría los 60 diputados, estaría a sólo 2,5 puntos del sorpasso al PP

"O Casado abandona a Egea o va al fracaso", comentaba un dirigente popular, para añadir que el partido está "desorientado y sin un liderazgo firme a ojos de la opinión pública", mientras Vox sigue creciendo. 

Los datos del Electopanel, de Electomanía, del 28 de noviembre, muestran ya que si hubiera hoy elecciones generales el partido de Santiago Abascal rozaría los 60 diputados, estaría a sólo 2,5 puntos del sorpasso al Partido Popular, mientras que socialistas y populares perderían ocho y siete escaños, respectivamente.

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