
La oposición cargó este jueves con fuerza en Les Corts Valencianes contra Ximo Puig por su inversión disparada en los medios de comunicación (20 millones entre 2015 y 2018, el cuádruple que las cifras oficiales de los cuatro años previos del PP); por su condición de accionista de El Periódico Mediterráneo y socio de Prensa Ibérica; así como por su entrevista de pago en el diario The Guardian, contenido cuyo coste fue escondido hasta que apareció el pago años después en el portal de transparencia de la Generalitat.
El jefe del Consell pareció pasar un mal rato ante la insistencia de PP, Cs y VOX con estas cuestiones, que el portavoz de Ciudadanos, Toni Cantó, tildó de "autobombo". Sobre la entrevista en The Guardian, recurrió de nuevo a la argucia de que el pago de 43.000 euros no fue por la entrevista, sino por el resto de contenidos contratados. Fueron un libro para promocionar la Comunitat y el suplemento que contenía la entrevista en cuestión. Pero el dirigente insiste en desvincularlos de la misma.
"Es absolutamente falso, punto y final", subrayó Puig en la sesión de control en Les Corts, ante la pregunta de Vox de si ve "necesario, vista la situación de la Comunitat Valenciana, el gasto de 43.000 euros para una publicación en un periódico inglés". En este sentido, el presidente insistió en que el dinero se destinó a publicidad institucional durante la World Travel Market de Londres y lo desligó de lo que también llamó "campañas de autobombo del pasado".
Puig afirmó que la oposición "puede repetir mil veces una falsedad" e hizo hincapié en que "la Generalitat no pagó ninguna entrevista, ni a ese ni a ningún otro medio". "El contrato que se hizo fue con una empresa con tal de posicionar la Comunitat en el mercado británico", con lo que, según él, no tuvo "nada que ver con una entrevista que se hizo". "Lo que se pagó fue un libro con información de la Comunitat, y después un encarte sobre la economía valenciana" con el objetivo de "posicionarla en ese mercado", recalcó.
Publicidad institucional
Ante la otra pregunta de Vox, sobre "cómo justifica el gasto de 20 millones en publicidad institucional en cuatro años", Puig aseguró que suponen "cinco millones al año, muchísimo menos de lo que gastaba el PP" -acusación que no apoyó con ninguna cifra-. Al respecto Puig preguntó a VOX si "piensan que no se debe invertir en publicidad institucional" y si no ven "importante que los ciudadanos accedan a las ayudas".
Por contra, defendió que la Comunitat es "de las que menos invierte en publicidad institucional", que recordó que "tiene como objetivo comunicar los servicios que presta la administración". "No hay campañas de autobombo como en el pasado, lo que estamos haciendo es lo que tiene que ver con el interés general", dijo, y apuntó que la Ley de Publicidad Institucional de 2018 "blinda este uso".
"Una mentira contada mil veces no es una verdad", insistió, y agregó que "lo intentó Goebbels pero finalmente no triunfó". "¿Están en contra de las campañas para prevenir incendios, vacunación contra la gripe, ayudas a la vivienda, El Nadal es valencià? ¿Están en contra de las campañas contra la violencia de género? A lo mejor eso sí", aseveró, defendiendo los "criterios objetivos" que sigue el Consell en estas acciones.
"Interés directo" en medios
También la síndica del PP, Isabel Bonig, coincidió en las críticas por la entrevista y la relacionó con "el medio millón en subvenciones a las empresas de su hermano o el cobro de intereses del IVF (Instituto Valenciano de Finanzas)", así como su "interés directo en estas empresas para su mayor gloria y para machacar a la oposición", por su condición de accionista de El Periódico Mediterráneo, diario en el que pone publicidad y del que cobra dividendos.
En la misma línea, la portavoz adjunta del grupo 'popular', Eva Ortiz, aseguró que "ya vamos por casi medio millón de euros concedidos a sus hermanos". "Las investiga Antifraude, la Comisión de Competencia y también dos juzgados de instrucción", denunció, y le exigió si "puede decir que sus hermanos no han presentado facturas falsas, duplicadas, y nóminas en dos administraciones diferentes para cobrar subvenciones".
"El Berlusconi de Morella"
De Cs, el síndico, Toni Cantó, tachó a Puig de "comisionista" y le reprochó tanto su "capacidad de influencia en el cuarto poder" por sus acciones en Pecsa -la sociedad editora de Mediterráneo en la que ahora Prensa Ibérica tiene la mayoría a través de Grupo Zeta- como su "sobresueldo de más de 500 euros al mes" por los dividendos que percibe de esta firma. "Los valencianos no merecen a un presidente que está empezando a comportarse como el Berlusconi de Morella", aseveró.
También volvió a denunciar que "la única quita del banco público valenciano fue a una empresa de la que es accionista", el Grupo Zeta, mientras el director del IVF, Manuel Illueca, "se lava las manos diciendo que no tenía ni idea". E instó además a la consellera de Transparencia, Rosa Pérez Garijo, preguntándole si "no va a hacer nada al respecto". Sobre publicidad institucional, enseñó un gráfico comparando el gasto del anterior gobierno del PP frente al Botànic: 4,5 y 20 millones según los datos oficiales, tal y como reveló elEconomista.
En su réplica, Puig lamentó que el líder de Cs y el respeto sean "dos cuestiones absolutamente incompatibles" y defendió que está "acostumbrado a otro tipo de actividad profesional y la práctica habitualmente". Negó, de nuevo sin aportar datos, que el Botànic gaste más en publicidad que el PP, que desembolsaba "más en un año que ahora en cuatro".