
A hora mismo estamos ante la típica situación en la que el escenario geopolítico tienta al inversor a vender o a no invertir, mientras que, en paralelo, el escenario bursátil resulta atractivo. El de Ucrania es un conflicto que lleva tiempo encapsulado y está descontado en los precios. Y el efecto inflacionista que supuso sancionar al mayor productor de materias primas y gas del mundo ha desaparecido, ya que Rusia ha conseguido saltarse casi todas las sanciones. Por el contrario, el conflicto entre Israel e Irán es reciente y de evolución más incierta. No supone el mismo riesgo que hace cinco o diez años (luego explicamos por qué), pero no deja de ser peligroso. Alguien podría decir que por qué no retirarse hasta que amaine, pero hay un problema: quien venda ahora podría perderse una subida bursátil importante.
En Nextep llamamos a nuestra estrategia para el segundo semestre "teoría del dominó". Las fichas serían los acuerdos comerciales entre EEUU y el resto del mundo. Si ante la cercanía del final de la tregua empezaran a firmarse, irían cayendo como fichas de dominó. Y la bolsa subiría al mismo ritmo que caen las fichas. Si, por ejemplo, firman primero India y Canadá y luego Japón, Vietnam y Corea, meterían presión para firmar a China o la Unión Europea. Lo que a su vez llevaría a que cayera la ficha más importante, la de los tipos de interés norteamericanos. Si hay acuerdos no puede haber aranceles abusivos. Se supone que los acuerdos son amistosos. Si los aranceles medios que queden se movieran en el entorno del 5% al 7%, no tendrían un gran impacto inflacionista en EEUU. Y Trump podría presumir de que ha doblado o incluso triplicado lo que cobraba de media Biden (2,5%). En ese entorno, la Reserva Federal no tendría excusa para no bajar los tipos de interés. Porque, de hecho, la inflación sigue bajando. Y si caen las fichas del dominó, especialmente la de la Fed, la subida bursátil puede ser considerable.
En el otro lado de la balanza tenemos a los ayatolas, a Israel que quiere acabar con ellos -o por lo menos con su programa nuclear- y un EEUU que no tiene muchas ganas de meterse en una guerra, pero que podría verse obligado. La geopolítica nos pone una trampa que nos tienta a retirarnos del mercado, lo cual nos haría perder esa eventual subida bursátil. Porque si empezaran a caer la fichas del dominó, la bolsa reaccionaría rápidamente alza. Pero la trampa puede justo ser la contraria: atraídos por la posible caída de las fichas, podríamos estar metiéndonos en la trampa de un conflicto muy serio en Oriente Medio.
Históricamente ante un conflicto entre Irán e Israel la decisión adecuada sería apartarse del mercado hasta que escampe. Pero las cosas han cambiado. Irán está mucho más aislado que antes. Es el enemigo número uno de todos los países del golfo y de Turquía. Egipto está totalmente en manos norteamericanas. Irak también (además siempre ha sido un enemigo mortal de Irán). Y en Siria "casualmente" se acaba de producir un cambio de régimen que no beneficia a Irán. Y, por si todo esto fuera poco, Israel aprovechó dicho cambio para eliminar cualquier obstáculo al paso de sus fuerzas aéreas por Siria, que se ha convertido en una autopista para bombardear Irán.
En cuanto a suspender la exportación de petróleo, la situación tampoco es la que era. El mercado está muy bien abastecido, porque Rusia necesita vender muchísimo para pagar su invasión de Ucrania y Arabia Saudita está más que dispuesta a poner lo que no ponga Irán ("casualmente" acaba de incrementar significativamente su producción). Prueba de lo anterior es lo poco que se ha movido el precio del crudo, pese a la gravedad de la situación. Además, para Irán dejar de exportar petróleo es como dispararse en el pie, porque de ahí vienen sus ingresos. Y dispararía también en el pie de China, su principal comprador y uno de sus más importantes aliados. En cuanto a cerrar el estrecho de Ormuz, conviene recordar que Irán también lo utiliza para sus ventas. No es descartable, pero sería un acto desesperado.
Así que el inversor -o su asesor- tiene que hacer un buen cálculo de probabilidades, analizar el balance y ver dónde está la trampa más peligrosa: la que puede materializarse como coste de oportunidad (perderse la subida) o como coste por las buenas (estar dentro si cae el mercado). Y no se trata de tener una bola de cristal: se trata de hacer un buen cálculo de probabilidades.