
Este miércoles se reúne la Reserva Federal e, igual que en los últimos encuentros de política monetaria que ha llevado a cabo la institución, los mercados esperan que no haya ningún movimiento de tipos de interés. Aunque esta reunión tiene programada una revisión del cuadro de previsiones macroeconómicas, que en ocasiones coincide con movimientos en los tipos de interés, en esta ocasión parece muy complicado que pueda haber novedades. Como ya explicó Jerome Powell en el encuentro de mayo, la incertidumbre que genera la guerra comercial, de la que todavía no se pueden prever las consecuencias, impide a la Fed que se toquen los tipos en este momento, y más, teniendo en cuenta que la inflación corre aún muy por encima del objetivo del banco central, y que el desempleo y el crecimiento siguen siendo fuertes. A pesar de todo, Donald Trump insiste a Powell en que debe recortar los tipos, o que le forzará a hacerlo. El presidente de la Fed está esquivando el conflicto y se ciñe a los datos macro, y a su objetivo, para defender su postura.
Trump pretende que la Reserva Federal se pliegue a sus intereses y recorte los tipos de interés con mucha agresividad, digan lo que digan la inflación y el PIB. El presidente estadounidense está presionando a Jerome Powell, con descalificaciones y ataques constantes a su política, porque considera que la bajada de tipos de la Fed, mucho menos agresiva que la que ha llevado a cabo el Banco Central Europeo, debería ser más rápida.
El interés de fondo de Trump es ahorrar a las cuentas públicas de Estados Unidos una cuantiosa factura que se va a tener que pagar por la refinanciación de la deuda que está venciendo, pero olvida que la Fed es un organismo independiente del poder político, aunque sea el presidente del país quien nomina al gobernador del banco central norteamericano. La realidad es que Powell está ciñéndose a su mandato, y con un desempleo casi en mínimos, una inflación por encima del objetivo, y un crecimiento mucho más fuerte en Estados Unidos que en Europa, la Fed tiene motivos para hacer una pausa en los recortes de tipos.
"El último recorte de la Fed se produjo en diciembre y la continua fortaleza del mercado laboral sugiere que la Fed no tiene prisa por volver al modo relajación, especialmente en vista de la incertidumbre en materia de política comercial y fiscal", explica Benoit Anne, responsable de información de mercados de MFS Investment Management.
Y es que, el otro gran problema que tiene la Fed, y que ha impedido que puedan tomar la decisión de recortar tipos, es que todavía es muy incierto el impacto que van a tener las políticas del propio presidente Trump en la economía de Estados Unidos. Sin una conclusión clara sobre los aranceles que se van a imponer, los equipos de trabajo de la Fed tienen complicado poder hacer una revisión de las previsiones macroeconómicas con la convicción suficiente como para que esta determine su política monetaria.
Pelea por el control de tipos
"Estamos en una buena posición para esperar y ver qué ocurre. La economía está en un buen momento para ello y el coste de esperar ahora es bajo. El Gobierno está negociando con muchos países y sabremos más en próximas semanas y meses sobre dónde aterrizarán los aranceles", explicó Powell en la última reunión de política monetaria de la Fed, el pasado 7 de mayo. "Hay mucha incertidumbre y la percibimos después de hablar con empresas, analistas, participantes del mercado... todo el mundo quiere saber cómo acaba todo", insistió Powell.
Por su parte, a Donald Trump le parece inaceptable que Powell no se pliegue a los intereses del Gobierno, a pesar de que la previsión de inflación de la Fed apunta a un crecimiento del 2,7% este año, y del 2,2% el que viene, en ambos casos, por encima del objetivo. El bajo desempleo del país, la otra pata del mandato de la Fed, tampoco exige ahora un recorte en el precio del dinero, pero Trump quiere ahorrar a las arcas públicas del país el coste de los intereses que va a generar la refinanciación de la deuda que tiene que hacer el Gobierno en los próximos meses. "Vamos a perder 600.000 millones de dólares al año en intereses, por un cabezahueca que se sienta ahí y dice que no ve suficientes motivos para bajar los tipos", ha señalado ante la prensa, y avisa de que si la Fed no actúa como desea, "tendré que forzar algo".
La solución de Trump es bajar los tipos nada más y nada menos que dos puntos porcentuales, lo cual haría que la Fed, que ha recortado 100 puntos básicos los tipos en el último año, frente a los 200 puntos básicos del BCE, adelantase por la derecha a su homólogo europeo con un movimiento agresivo que corregiría la brecha de tipos que se ha formado en los últimos meses entre ambos bancos centrales.

Sin embargo, la política del BCE encaja mucho mejor con su cuadro de previsiones macroeconómicas, que reflejan una economía más débil que la estadounidense y una inflación mucho más débil. Es más, de cara a 2026, el BCE espera un IPC del 1,6% una cifra que el banco central tendrá que intentar impulsar con sus recortes de tipos.
Desde AXA IM, su economista jefe Gilles Möec, resume la postura de la Fed: "Necesita más tiempo, pese a la presión de la Casa Blanca para aplicar recortes preventivos. Será necesario un deterioro tangible en los datos para que el banco central reconsidere su postura, y aún no estamos ahí", señala.
El mercado no se cree a nadie
En medio del debate entre Trump y Powell, los inversores tienen su propia opinión sobre la hoja de ruta que seguirá la Fed en los próximos meses, empezando por la reunión que tiene lugar el próximo miércoles. Según los inversores, la Fed no tocará los tipos en esta ocasión y tampoco lo hará en julio, pero sí en septiembre, cuando recortará el precio del dinero en 25 puntos básicos. A partir de entonces, los mercados esperan que la Fed bajará tipos en una de cada dos reuniones: no lo hará en octubre, pero sí en diciembre, y en 2026 seguirá la misma tendencia, sin tocarlos en enero, pero volviendo a recortar en marzo, y haciendo una nueva pausa en abril, hasta donde llegan las previsiones.
En total, serán 75 puntos básicos de bajada en los próximos meses, que dejarán el recorte total del ciclo den 175 puntos básicos. Por su parte, los mercados esperan que el BCE esté ya terminando su ciclo, y que acabará con un recorte total de 225 puntos básicos.
Todo este escenario, sin embargo, estará condicionado por lo que ocurra con los aranceles. La última encuesta a economistas que ha llevado a cabo Bloomberg sobre los tipos dejan claro que los expertos creen que será imposible que la Fed pueda tomar decisiones, como mínimo, hasta septiembre, cuando habrá más información sobre la guerra comercial. Igual que los inversores, los analistas prevén dos recortes de la Fed antes de acabar el año, en septiembre y diciembre.
En la reunión de este miércoles miércoles será clave analizar cómo actualiza la Fed su gráfico de puntos, el famoso dot plot, que indica cómo esperan los propios miembros de la Fed que se muevan los tipos. En las últimas dos revisiones (marzo de 2025 y diciembre de 2024) la Fed ha reiterado su expectativa de que los tipos se bajen dos veces este año, algo menos de lo que esperan los mercados y los analistas.