Opinión

El paro en los mundos de Yoli

  • El desempleo en España descendió esta Navidad, pero seguimos siendo los líderes de la UE
Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y Economía Social. Europa Press

No es la primera vez que decimos que las cifras oficiales del paro del SEPE tienen más trampas que las encuestas de Tezanos. Pero esta vez, con los datos de 2023 el maquillaje no sólo tapa las múltiples arrugas de nuestro mercado laboral, sino que oculta los evidentes síntomas de agotamiento y una ralentización del crecimiento económico que está afectando ya al empleo.

Así, siendo cierto que en diciembre el paro registrado descendió en 27.375 personas respecto a noviembre este descenso es prácticamente la mitad de las 43.727 en que lo hizo en el último mes de 2022, mientras que, como señalan desde el Gabinete de Estudios de USO, en términos desestacionalizados el paro registrado sólo baja en 6.562 personas, o lo que es lo mismo que el descenso está muy ligado a la campaña de Navidad. Y a pesar de ello seguimos liderando el desempleo de la UE con 3.215 970 trabajadores en situación de desempleo, sumando a los 2,7 millones admite el SEPE, otros 189.036 que están en cursos de formación, 319.478 con disposición limitada o demanda de empleo específico y los 11.385 que en diciembre estaban en un ERTE. Todos ellos excluidos de los datos oficiales. Y esto sin contar a los fijos discontinuos inactivos, de lo que el Ministerio de Trabajo lleva ya más de un año sin querernos informar, y que el informe de USO estima en torno a 650.000.

Más reveladores aún son los datos de contratación que muestran como los 1.116.513 contratos realizados en diciembre son 73.764 menos, el 6,20%, que en diciembre de 2022, mientras que en el conjunto 2023 los 15.444.205 contratos formalizados suponen una caída de 2.866.138 contratos, el 15,65% con respecto al año precedente. Es decir menos contratos y menor descenso del desempleo para confirmar que el mercado laboral se ha estancado, con un frenazo especialmente grave en el segundo semestre que se acentúa en la contratación indefinida que en diciembre refleja una caída del 26,30% respecto a noviembre y del 10,68% en variación interanual.

Claro que todavía hay más, porque resulta que de este total de contratos indefinidos, menos de la mitad, sólo el 40,5%, tienen una jornada completa de trabajo, mientras que 30.383 personas han sido objeto de más de un contrato indefinido, lo que indica que se trata de contratos que están implementando el pluriempleo y tienen que ver con el incremento del contrato a tiempo parcial, o bien, que se les ha rescindido el contrato y se les ha vuelto a contratar.

Toda una sarta de datos preocupantes y de distorsiones que llevan directamente a preguntarse ¿cómo con más de un millón de contratos realizados en diciembre el paro sólo baja en 27.375 personas y la afiliación media a la Seguridad Social suba únicamente en poco más de 29.000? Que nos lo expliquen.

Es por todo esto que rayan con el esperpento las exultantes declaraciones de la ministra responsable de empleo, Yolanda Díaz, calificando los datos del paro como "una muy buena noticia para España" y demostrativos de que las políticas del Gobierno "van en buena dirección". Como en Los mundos de Yupi, la serie de televisión infantil de finales de la década de los ochenta, que se convirtió en sinónimo de vivir ajenos a la realidad, la también vicepresidenta segunda del Gobierno vive en "los mundos de Yoli", es decir en la parra y sin los pies en el suelo.

Y con este panorama en el mercado laboral, ¿qué hacen los llamados sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT? Nada. Callados como Judas y poniendo la mano para recibir subvenciones a cargo del contribuyente mientras respaldan también, tácitamente o con el silencio, medidas como la prevalencia de los convenios autonómicos sobre los estatales o de empresa, regalo de Sánchez al PNV para seguir en La Moncloa, que en la práctica suponen un atentado contra la unidad de mercado y rompen la igualdad de los trabajadores acentuando las diferencias salariales y derechos laborales entre las comunidades. Como dice el refranero, el que paga manda, y ellos sumisos y en primer tiempo de saludo.

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