
La ausencia de la mayoría de los grandes empresarios y directivos del Ibex 35 en el show de futurología de Pedro Sánchez para su ficción de la España de 2050 es algo más que un desplante o una descortesía. Es la confirmación de que el Presidente ha perdido la confianza de los poderes económicos que ya empiezan a verle en decadencia.
El dinero no es cobarde, es prudente y se arrima siempre al árbol que ve más sólido y si la capacidad de convocatoria de los líderes políticos ha sido siempre un indicador de confianza en el poder, las numerosas "razones de agenda" que se utilizaron para justificar el vacío al Presidente son la particular encuesta que refleja una pérdida de credibilidad y confianza de los poderes económicos nacionales y de los organismos internacionales en Sánchez y en su factoría de Moncloa.
Presidentes de los principales bancos como Ana Patricia Botín (Santander) y José Ignacio Goirigolzarri (CaixaBank), y de nuestras principales multinacionales como Antonio Brufau (Repsol), José Bogás (Endesa), Marta Álvarez (El Corte Inglés), Florentino Pérez (ACS) e, incluso, el gran jefe de la CEOE, Antonio Garamendi, hicieron una cobra a Pedro Sánchez. Y sólo los jerarcas Telefónica, Álvarez Pallete, y de Iberdrola, Sánchez Galán, se personaron. Tal vez porque son los que aspiran a llevarse la parte del león de los fondos europeos de Reconstrucción que Sánchez repartirá a su antojo y en función de sus particulares intereses, que no de los intereses de España y de los españoles.
Todas las encuestas sobre intención de voto publicadas después del 4-M coinciden en apuntar que, entre la sociedad española, y también entre los empresarios grandes y pequeños, que son quienes crean riqueza y puestos de trabajo, empieza a generalizarse la sensación de que el cambio es posible y necesario y que la era Sánchez parece estar entrando en el principio de su fin.
En la cúpula empresarial española, en sintonía con la Comisión Europea, ni gustan ni comparten el atraco fiscal con que el gobierno sanchista amenaza a las empresas y a los trabajadores españoles, rechazan también el empecinamiento de la ministra de Trabajo en derogar la reforma laboral ante la estupefacción de la titular de Economía, el despilfarro de recursos públicos para pagar una administración elefantiásica, la decisión despótica de Sánchez de no crear una comisión independiente de expertos para elegir los proyectos y asignar los dineros europeos como han hecho todos los grandes de la UE y ahora también consideran una afrenta el madrinazgo gubernamental a la nueva patronal Compymes, a la que la presidenta consorte quiere incluir por su "sancha voluntad" en el reparto del pastel del Fondo de Reconstrucción
Son muchos los miembros de la Junta Directiva de la patronal española que interpretan la presencia de la consorte Gómez y la ministra Díaz en la puesta de largo Conpymes como un intento de "doblegar a la CEOE en la negociación sobre los ERE y la reforma laboral y una respuesta a la espantada de los grandes del Ibex en los fastos de Plan 2050". Además de una cesión a los separatistas recordando que el germen de Compymes está en PIMEC, la asociación de pequeñas y medianas empresas catalanas vinculada al independentismo.
La factoría Sánchez & Redondo Producciones sabe que el apoyo de ERC y de los nacionalistas es fundamental para conseguir mantenerse en el gobierno de España al menos hasta el final de la legislatura y, como les advirtió Rufián certeramente eso no depende de su voluntad, sino de su necesidad. "La cesión de las competencias en prisiones al País Vasco ha sido el primer pago y el segundo serán los indultos a los golpistas catalanes del 1-O", afirman voces críticas y autorizadas del PSOE.
Recordar, una vez más, las palabras que un diputado y expresidente autonómico del PSOE, hoy purgado, nos comentaba en los pasillos del Congreso a un compañero periodista y a mí, tras el triunfo de Sánchez en las primarias socialistas: "No tiene proyecto, no tiene programa, sólo tiene ambición; y es capaz de vender el partido y de vender España con tal de conseguir sus ambiciones".