Da tanta vergüenza como asco comprobar como más de cuarenta años después del triunfo de la Transición, la recuperación de las libertades democráticas y la reconciliación, los populismos totalitarios de uno y otro signo se empeñan en enfangar la política, la sociedad y la convivencia para ocultar su falta de ideas, de proyecto, de soluciones y en disfrazar con demagogia, con efectismo y con mentiras que el único objetivo que persiguen es acabar con las instituciones y el Estado de Derecho para instaurar la tiranía del pensamiento único.
Lo que se juega el próximo 4-M en Madrid y con Madrid en toda España no es fascismo o democracia como reza la propaganda trasnochada de los demagogos, lo que se juegan los madrileños en estas elecciones autonómicas es la libertad de educación y de libre elección de centro educativo o de médico, el respeto a las instituciones y al Estado de Derecho y, sobre todo, la libertad de empresa y el apoyo a la iniciativa privada y a las políticas de emprendimiento. Es decir, todo aquello que ha llevado a Madrid a convertirse en la primera comunidad de España en crecimiento del PIB y del empleo, la que más aporta a la caja común del Estado con los impuestos más bajos y a ser premiada como la mejor Región de Europa 2021-2022 por el Comité Europeo de las Regiones o ensalzada en Italia como modelo de gestión sanitaria y económica.
Todo esto son realidades constatables frente a la demagogia de un Pablo Iglesias que conjura el peligro de quedarse fuera de la Asamblea madrileña con mascaradas como la del abandono del debate de la SER, con la colaboración inestimable de VOX y Rocío Monasterio, o con mentiras que han encontrado el seguidismo de un PSOE y Ángel Gabilondo a la desesperada.
Mentiras como cuando dice que la orden a la UME de intervenir en las residencias partió de su vicepresidencia de Asuntos Sociales cuando en realidad salió del Ministerio de Defensa como ha aclarado la ministra Margarita Robles. Mentira es también decir que Madrid es la comunidad española con mayor número de desahucios cuando las estadísticas oficiales certifican que es la doce. Y mienten también quienes recurren a Europa para recuperar el Impuesto de Patrimonio cuando España es el único país europeo que todavía lo mantiene.
Lo que se juega el 4-M en Madrid es la libre competencia y el apoyo a la iniciativa privada
Pero la mayor falsedad que se utiliza en esta campaña la de acusar a Madrid de dumping fiscal para defender una mal llamada armonización que como recuerda un reciente informe del Instituto de Estudios Económicos no es más que "un subterfugio para subidas obligadas de impuestos", cuya instrumentación no haría sino "incrementar las deficiencias de nuestro sistema tributario".
"Estamos hablando -explica el Instituto- de aumentar el coste de capital y de reducir el nivel de inversión empresarial, que conllevará una reducción de empleo y productividad que acabará generando una pérdida de bienestar tanto económico como social". Porque si se iguala la presión fiscal normativa a niveles altos, "van a aumentar las desigualdades de presión fiscal recaudatoria y en recaudación por habitante, injustificable desde una perspectiva de igualdad recaudatoria y de equidad personal". Así de claro y así de cierto.
Por cierto, que hablando de golpes de efecto y sin querer prejuzgar nada, si extraña cuando menos que los absolutamente condenables y democráticamente intolerables paquetes carta con balas y amenazas a Pablo Iglesias, al ministro Marlaska o a la directora de la Guardia Civil, no fueran detectados por Correos, pero tampoco por los servicios protección y vigilancia del Ministerio del Interior. Alguien miente o alguien no ha cumplido con sus competencias y con sus obligaciones en materia de seguridad. Y eso exige tanto explicaciones concluyentes como la asunción de responsabilidades con dimisiones o ceses incluidos.