El miércoles, 13 de enero, la canadiense Couche-Tard puso sobre la mesa una opa sobre Carrefour. Dos días después, el ministro galo de Finanzas, Bruno Le Maire, dio al traste a la aventura de la multinacional canadiense en suelo francés con unas declaraciones a France 5, en las que alegaba razones de soberanía "alimentaria".
La Unión Europea acordó en marzo del año pasado una normativa que pone freno a la posibilidad de que inversores extracomunitarios aprovechen la volatilidad de los mercados, causada por el coronavirus, para tomar el control de compañías en sectores claves, entre los que citó la energía, las telecomunicaciones ó las infraestructuras. La alimentación no está entre los denominados sectores estratégicos.
Le Maire explicó que Carrefour es el principal empleador privado del país y el «eslabón esencial en la seguridad alimentaria de los franceses». Nadie protestó. La decisión del ministro galo fue aceptada sin controversia por los franceses.
El martes, el fondo de pensiones canadiense IFM Global Infrastructure lanzó una opa sobre Naturgy sin que hasta ahora haya signos claros de qué dirección tomará el Gobierno español. La ministra portavoz, María Jesús Montero, señaló en la rueda de prensa tras el consejo de ministros celebrado ese mismo día que "es muy prematuro hacer una valoración al respecto, (…) porque se desconocen sus pretensiones".
El presidente de La Caixa, Isidró Fainé, no fue informado con antelación por el fondo australiano
Más explícitos se mostraron en Podemos, donde se apuntó que la oferta "en poco o nada ayuda a asegurar la prevalencia del interés general". La vicepresidenta Nadia Calviño matizó el jueves que se analizará "en profundidad y con mucho cuidado".
El Gobierno tiene seis meses para pronunciarse porque la opa excede el diez por ciento de Naturgy. Pero la tímida reacción de la ministra portavoz contrasta con la contundencia del Ejecutivo galo, que en 48 horas puso fin a la operación
Y más, teniendo en cuenta que Naturgy, según reconocen en Moncloa, es "una empresa relevante del sector energético, que opera en régimen de monopolio en la actividad regulada del gas", con una cuota de alrededor del 60 por ciento del mercado.
¿Por qué el Gobierno no se pronuncia, entonces?, ¿vamos a dejar la distribución de gas en manos extranjeras? El fondo australiano fue muy cauteloso en la presentación de la opa. Asegura que antes consultó con los principales accionistas, los fondos de capital riesgo CVC y GIP, así como con Criteria, el conglomerado industrial perteneciente a La Fundación La Caixa.
Tanto CVC como GIP rehusaron aceptar la oferta y, sobre el papel, marcan distancias para evitar que la CNMV los obligue a presentar una opa por la totalidad de la compañía. Cada uno de estos fondos ostenta el 20 por ciento del capital, que unido a 22,69 por ciento que pretende adquirir IFM, rebasaría ampliamente el límite del 30 por ciento impuesto por la CNMV.
IFM se cuidó, además, de resaltar en su comunicado que apoyará al actual equipo directivo presidido por Reynés a propuesta de La Caixa y, a finales de esta semana, se apresuró a elogiar su gestión. La oferta de 23 euros por acción, garantizaría a la dirección de Naturgy el cobro de un bonus de hasta 200 millones en 2022, que está condicionado a que la acción alcance los 23,15 euros.
El sector cree que IMF se concentrará en cobrar dividendo del negocio del gas en lugar de invertir
El caramelo deja un sabor agridulce entre los directivos, que para alejar cualquier sospecha de connivencia, alegan que "el cobro está prácticamente asegurado antes de la oferta, ya que al precio fijado, hay que descontar los dividendos durante cinco años".
Ni el presidente de la Fundación La Caixa, Isidro Fainé, ni el de Naturgy, Francisco Reynés, fueron consultados con antelación, según fuentes cercanas a ambos. La gasista respondió con un comunicado en el que calificó la oferta de "no comunicada", que en lenguaje financiero es equiparable a "hostil". "Fainé es muy discreto y prefiere ser prudente antes de pronunciarse, pero su sorpresa es considerable", añaden estas fuentes.
Criteria, de momento, guarda silencio, mientras espera a conocer "los detalles", según Calviño. La distancia marcada a priori por IFM con La Caixa contrasta con la estrecha relación mantenida con el presidente de CVC, Javier de Jaime, con quien consta la celebración de varias reuniones previas, en las que éste festejó la presentación de la Opa. "CVC está desesperada por elevar la rentabilidad de su cartera de inversiones, que sufrió un duro golpe el año pasado, debido al impacto del coronavirus", aseveran expertos en su sector.
Crecen las sospechas de que puede tratarse de un asalto por la puerta de atrás en toda regla, pese a las buenas palabras de los últimos días. La complicidad de CVC no pueda demostrarse, pero IFM solicita dos puestos en el consejo de administración, lo que muestra su intención de tener voz y voto en el futuro de Naturgy.
La experiencia ya se vivió a finales de 2018 con la toma de control de Abertis por parte de una sociedad conjunta entre ACS y Atlantia, que dejó la gran empresa de autopistas española en manos de los italianos, aunque mantenga la sede en nuestro país.
La gasista goza de una salud financiera envidiable. Con una caja de unos 5.000 millones tras la salida de Chile y el acuerdo con la italiana ENI para arreglar el conflicto en Egipto. Tiene pendiente la presentación de un plan estratégico por hasta 8.000 millones que supondría un salto muy relevante en renovables, y que no se ha presentado todavía, precisamente, por las diferencias con los fondos, partidarios de reducir el montante.
"La tendencia de un fondo de pensiones como IFM va a ser a aliarse con los otros dos (CVC y GIP) para aferrarse al negocio regulado del gas, que asegura dividendos anuales superiores al 6 por ciento", razonan en medios del sector. "Estos fondos son contrarios a meterse en inversiones arriesgadas, que no tengan garantizado un retorno. Naturgy moderará el ritmo de diversificación de sus negocios y acelerará la venta otros", agregan.
Y con este panorama, ¿qué va a hacer Criteria, el brazo inversor de La Caixa? En la actualidad, el 60 por ciento de sus dividendos proceden de la participación Naturgy. La venta de su porcentaje del 24,5 por ciento haría un roto importante en sus ingresos, por lo que está descartada por completo.
Sin embargo, si el Gobierno da su visto bueno se analizará la posibilidad de deshacerse de una parte. La filosofía del nuevo consejero delegado de Criteria, Marcelino Armenter, es ir reduciendo en las grandes participaciones para tomar posiciones de control en empresas más pequeñas, como hicieron en los aparcamientos Saba, o con buenas perspectivas de crecimiento. Este último es el caso de Cellnex, donde al grupo le gustaría incrementar su participación.
Todos los operadores en el mercado de gas español son ya extranjeros con excepción de Naturgy. Además, es la única gran eléctrica de capital nacional. Endesa está en manos de la italiana Enel y el capital de Iberdrola está dominado por grandes fondos extranjeros. ¿A qué esperan para pronunciarse el Ejecutivo español, la CNMV ó la CNMC?
PD.-El frenazo en el reparto de las vacunas ha creado una situación bochornosa para los responsables de a Unión Europea, que pone en riesgo el calendario de vacunación y de la salida de la crisis. Las farmacéuticas redirigen sus vacunas hacia otros países que pagan mejores precios debido a la lentitud en la aprobación de los medicamentos, la opacidad de los contratos rubricados y la falta de obligatoriedad en cumplirlos. Un montón de negligencias que muestran la ineficacia y burocracia que, en ocasiones, entorpece la toma de decisiones en el seno de la Unión Europea.