
El fondo australiano IFM lleva ya tres años reforzando su posición en España y no es para menos ya que cuenta con una capacidad de inversión superior a los 100.000 millones de euros. La firma, que generalmente entra en las compañías con una visión a largo plazo, desembarcó en el capital de Aqualia, la filial de agua de FCC por 1.024 millones de euros en 2018. Desde entonces, la entidad abrió oficina en España para ir buscando oportunidades con las que reforzar sus negocios en la Península Ibérica y ahora con esta OPA da un salto a las grandes ligas empresariales.
Entre sus últimos negocios en nuestro país aparece la alianza con la compañía singapurense Trafigura, uno de los mayores comercializadores de materias primas del mundo. Ambas firmas han creado una empresa conjunta, participada al 50 por ciento, para que la australiana invierta en el crecimiento de algunos de los activos que la minera tiene en el mundo, entre los que se incluye el centro logístico que inauguró hace dos años en Huelva, así como en nuevos proyectos.
Reducción de emisiones
La inversión de IFM en Naturgy puede suponer un giro para la compañía. El fondo se ha comprometido a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en todas sus clases de activos con el objetivo de llegar a cero en 2050, tras una decisión histórica de la gestora.
El compromiso se alinea con los objetivos del Acuerdo de París para limitar el aumento de la temperatura global y es una extensión de las medidas que ya se están tomando en los activos de infraestructura de IFM para reducir las emisiones a través de la inversión en energía renovable y otras iniciativas de reducción de carbono.
IFM Investors ha creado un grupo de trabajo multidisciplinar para apoyar el compromiso, encabezado por su equipo de inversión. Establecerá marcos y políticas claras para guiar y apoyar los procesos de toma de decisiones sostenibles que están diseñados para mitigar la exposición al riesgo del cambio climático y ayudar a cumplir el objetivo de cero emisiones para 2050.
El grupo además trabaja en la identificación de oportunidades de inversión en activos de descarbonización y resistentes al clima, y la garantía de que IFM siga desarrollando capacidades para captar estas oportunidades así como la evolución de las tecnologías y la mejor comprensión de las probables vías de transición, especialmente en la combinación energética.