
La pandemia vuelve a golpear con fuerza a EE.UU. Los demócratas ganan las elecciones a los republicanos. Las bolsas se disparan como nunca antes lo habían hecho en una jornada postelectoral. El Nasdaq acumula ganancias de más del 10%. Como en la película de Oliver Stone, "el dinero nunca duerme" (1987).
¿Qué es lo que está pasando para que los señores del dinero celebren el triunfo de Joe Biden? La respuesta es que las élites norteamericanas apuestan por un golpe de timón y para ello se tienen que librar de un tonto útil como Donald Trump, que empieza a resultar muy molesto.
El número de contagios en EEUU ha batido un nuevo récord superando los 108.000 en un día y los contagiados se acercan a los 10 millones, más de 1.600 muertos diarios que acumulan 234.000, la economía empieza languidecer y la tasa de paro apunta peligrosamente al 8%. Mientras tanto su gran adversario, China, ha controlado la pandemia y crece al 5%.
En esta coyuntura no rectificar y mantener una política negacionista es ir directamente al desastre. Europa, con Alemania, Francia y UK a la cabeza lo ha hecho y ha confinado a su población. Sin salud no hay economía ni futuro. Se necesitaba un golpe de timón y no lo podía dar Donald Trump.
Por este motivo Wall Street es una fiesta. Lo primero que va a hacer Joe Biden cuando llegue a la Casa Blanca el 20 de enero va a ser plantear una estrategia nacional contra el coronavirus basada en la tecnología. Apoyo al sector farmacéutico, médico, apps de rastreo, etc.; estímulos financieros a las empresas y a los sectores más afectados; y ayudas a los sectores más débiles para evitar que sigan muriendo como chinches. La inmunidad de manada ha fracasado rotundamente. No se podía seguir más tiempo por ese camino ni social, ni política, ni económicamente.
Las élites de EEU se quieren librar de un tonto útil como Trump, que ya les resulta molesto
No es una cuestión ideológica sino simplemente pragmática. Los americanos han apostado por la razón de Biden frente a la pasión de Trump. Por un nuevo relato de futuro. Los Estados Unidos, como el resto del mundo, van a pasar un invierno durísimo. Pero existen fundadas esperanzas para que el verano sea diferente. Todos los expertos hablan de una explosión de primavera. Para entonces la vacuna será un hecho y esto unido al control social de la pandemia permitirá aprovechar el fuerte incremento de productividad que se va a producir como consecuencia de la digitalización de la economía y de la sociedad.
Solo con este golpe de timón Estados Unidos puede aspirar a ser "el mejor país del mundo", puesto que abandonó con Donald Trump, que erosionó las instituciones y enfrentó a la sociedad. En unos años se le recordará poco más que como una caricatura.