El juez ha dado un paso decisivo en la investigación sobre la presunta financiación ilegal de Podemos. Por sí solo resulta un hecho preocupante que tres miembros de la cúpula del partido, el secretario de Comunicación, el tesorero y la gerente, estén ya formalmente imputados por delitos tan graves como malversación y administración desleal
Sin embargo, más importante resulta la circunstancia de que el partido como persona jurídica, también es objeto de imputación.
El magistrado, tras un escrutinio exhaustivo de los documentos y escuchar las declaraciones del excoordinador jurídico de la formación, José Manuel Calvente, ve indicios de una caja B de la que se nutría la financiación de Podemos.
Ante unas sospechas de esta magnitud, está fuera de lugar la estrategia de defensa habitual del partido, a la que vuelve a recurrir, basada en refugiarse en el victimismo e invocar una nunca demostrada campaña mediática contra él. Entre los ya imputados por el juez se hallan personas de la máxima confianza de Pablo Iglesias, como su actual director de Comunicación en el Gobierno, Juan Manuel del Olmo.
Pero, sobre todo, resulta inaudito que quien ha sido el máximo líder y fundador de Podemos fuera ignorante del modo en que se financiaba. En el apogeo del caso Bárcenas, el propio Iglesias atacó a Mariano Rajoy asegurando que "solo un incompetente desconocería lo que ocurre en su propio partido". No hay excusa para que el vicepresidente siga escondiéndose como hace ante los crecientes problemas judiciales que lo acosan, como el caso Dina o la no aclarada financiación recibida de Irán y Venezuela. Debe asumir responsabilidades y dar las explicaciones que ya reclama la oposición.
