
¿Qué pasaría si Pablo Iglesias abandonara el Gobierno? Esto se lo debe preguntar todos los días y a todas horas Pedro Sánchez. Lo cierto es que resta más que lo que aporta. Sin embargo, no se le puede echar sin crear una grave desestabilización tanto política como económica. Le guste o no, lo cierto es que le ha tocado arar con estos bueyes.
Iglesias da estabilidad al ejecutivo socialista y eso es un valor que no se puede despreciar. Después de que Albert Ribera rechazase por activa y por pasiva un gobierno de centro izquierda no quedaba más remedio que configurar un gobierno social comunista. Por tanto, no le queda mas remedio al PSOE hacer de necesidad virtud.
Podemos es el nexo de unión del constitucionalismo con el independentismo catalán
Otra de las grandes aportaciones que hace Unidas Podemos al ejecutivo es su capacidad para moderar las protestas sociales. En una recesión como la que se dibuja en el horizonte y con una tasa de paro que se situará en el 20% a final de año, los podemitas pueden suavizar la protesta social. En esta coyuntura mas vale tener a los antisistema dentro que fuera. La creación de un escudo social, el impulso para reducir la brecha social y los esfuerzos para no dejar a nadie tirado tras la pandemia se debe en buena medida a las exigencias de Podemos. Probablemente también se hubiese hecho con otro gobierno, pero la presencia de Podemos y su necesidad de no despegarse de esos cinco millones que les han votado hace que la justicia social se haya convertido en una prioridad para un gobierno de izquierda progresista. Es decir, es un garante frente a la desigualdad.
Con un paro al 20% es mejor tener a los antisistema dentro que fuera
Además, se está desarrollando una cultura del gobierno de coalición que no existía en la democracia española y que cada vez será más necesaria, tanto si gobierna la derecha como si gobierna la izquierda. En la medida en que la sociedad ha aceptado que se sientan en el Consejo de Ministros comunistas, tendrá que aceptar que el PP cuente con VOX y con Ciudadanos para gobernar sin que nadie se rasgue las vestiduras. Es decir, en nuestra democracia caben todos.
Por otra parte, de la mano de Pablo Iglesias se ha producido un cambio generacional, dando entrada en el sistema a los más jóvenes que no se sentían representados por los viejos partidos. En este sentido se han reforzado las instituciones en un momento en el que el llamado Régimen de 1977 presenta síntomas de agotamiento. Las nuevas generaciones tienen derecho a adaptar la Constitución a los nuevos tiempos y corregir aquello que no estaba funcionando.
Sánchez se tiene que tragar a Iglesias para poder llevar adelante su proyecto político
Y no podemos olvidar que Unidas Podemos es un nexo de unión entre los partidos constitucionalistas y los independentistas catalanes. Es el partido que con más tesón está apostado por el diálogo y el acuerdo para encauzar el encaje de Cataluña en España.
Por tanto, Sanchez se tiene que tragar a Iglesias para poder llevar adelante su proyecto político, ya que las tres derechas lo combaten durísimamente sin ninguna posibilidad de transición o acuerdo.
Pero no hay nada gratis. El precio es que los socialistas se tienen que tragar a un dirigente pagado de sí mismo que solo crea problemas. El ego de Iglesias es de tal magnitud que cada vez el ejecutivo trata de "vender" alguno de sus logros, el podemita se interpone y desvía la atención hacia su persona. Así paso con los Ertes, con la comisión de Reconstrucción y ahora vuelve a repetirse cuando se trata de implementar el escudo social. Como en la película Dennis Dugan, Unidas Podemos parece "Niños grandes" (2010), que si no suelta una machada o un insulto revienta.