
La historia se repite y Ford vuelve a dar la espantada tras haber sido elegida para recibir parte de los fondos del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del Vehículo Eléctrico y Conectado (Perte VEC). Los continuos cambios de planes de la marca del óvalo, que hace unos días anunció que su planta española de Almussafes asumiría a partir de 2027 la fabricación de un nuevo modelo híbrido y el nuevo aplazamiento de los coches eléctricos han provocado esta segunda renuncia.
Tras este volantazo en su estrategia, Ford desiste de sus solicitudes a las ayudas de la segunda convocatoria del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del Vehículo Eléctrico y Conectado (Perte VEC), tanto en la línea de cadena de valor como en la de baterías.
"Los gobiernos nacional y regional han sido socios fundamentales para asegurar las nuevas inversiones de Ford en Valencia. Si bien hemos informado al Gobierno del desistimiento de nuestras solicitudes de ayudas al Perte, en coherencia con el nuevo plan de producto para Europa, esperamos continuar nuestra colaboración con ambos Gobiernos", ha señalado la compañía, según recoge Europa Press.
La firma ha anunciado que la planta de Almussafes fabricará 300.000 unidades al año de un nuevo vehículo "que no será 100% eléctrico" y que se lanzará a mediados del año 2027. Al no ser un vehículo eléctrico, este proyecto no se puede acoger al Perte.
Ford se había presentado a las dos líneas de la nueva convocatoria del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del Vehículo Eléctrico y Conectado (Perte VEC II). El Ministerio de Industria le había adjudicado 37,6 millones de euros de la línea de baterías para establecer una planta de ensamblaje de baterías en la fábrica de Almussafes, que ya había sido aceptada por la empresa. Además, el fabricante también había solicitado las ayudas destinadas a la cadena de valor del vehículo eléctrico.
Ford ya se retiró de la primera convocatoria del Perte VEC en 2022, en aquella ocasión tras alegar que no le era posible cumplir los plazos previstos para llevar a cabos sus inversiones en la nueva plataforma eléctrica anunciada para su factoría española. Una convocatoria en la que su propuesta junto a un grupo de proveedores de las instalaciones valencianas había logrado la asignación de 106 millones de euros del Perte.
Marcha atrás eléctrica
La fábrica valenciana fue elegida en 2022 para producir la nueva plataforma de vehículos eléctricos de Ford a partir de 2025. Esto se plasmó en un acuerdo de electrificación que debía asegurar la carga de trabajo en los próximos años en Almussafes y que implicaba en el convenio de la empresa medidas salariales y de flexibilidad condicionadas a la electrificación. La adjudicación no evitó que se tuviera que redimensionar la plantilla con un ERE que ha afectado a 1.124 trabajadores.
Sin embargo, el pasado noviembre la compañía indicó que estudiaba dar un "cambio de paso" y aplazaba las decisiones sobre las inversiones necesarias para adaptar la planta a esta producción y en marzo, el presidente global de Ford, Jim Farley, se comprometió a asignar a la fábrica valenciana la producción de un vehículo de pasajeros multinenergía, mientras se decide sobre el futuro de la electrificación de la fábrica. Ese compromiso se concretó la semana pasada con el anuncio de la fabricación de 300.000 unidades del nuevo modelo.
Según explicaron fuentes sindicales, ese nuevo modelo que se umará al Kuga que produce en estos momentos, paradójicamente, "en términos globales de carga de trabajo y empleo garantizará niveles superiores a lo que supondría a día de hoy una plataforma eléctrica".