Motor

Ford amplía la lista de coches 'made in Valencia': del mítico 'Fiesta' al 'Kuga'

  • La factoría valenciana llegó a producir un modelo de Mazda
  • De sus líneas de montaje han salido el Escort, el Ka o el Mondeo
El primer Ford Fiesta que salió de la línea de montaje de Almussafes.
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El anuncio de Ford de encargar un nuevo modelo para la factoría española de Almussafes supone ampliar la larga lista de vehículos que la marca estadounidense ha producido en Valencia durante los últimos 47 años. Unos coches fabricados muy cerca de La Albufera y para muchos ya casi tan valencianos como la propia paella o las naranjas.

Precisamente los terrenos sobre los que se asentó la factoría de Ford a poco más de 20 kilómetros de la capital valenciana eran en su mayoría campos de cítricos. La irrupción del gigante estadounidense supuso un antes y un después en la economía valenciana. Ford llegó a convertir a la automoción en el mayor sector exportador valenciano y el centro neurálgico de una industria que hoy sigue aportando más del 16% de las ventas al exterior de la región, pese a no estar en su mejor momento.

El desembarco de Ford en Valencia también coincidió con los cambios sociales y políticos de la España de la Transición. Y uno de los claros ejemplos de esa nueva sociedad fue auténtico emblema de este casi medio siglo de la planta de Almussafes, el Fiesta, un modelo con nombre español. Con él arrancó la producción en octubre de 1976 en la fábrica valenciana y fue el único coche que produjo durante los primeros años de su historia. A principios de la de década de 1980 se unirían otros dos clásicos de la marca del óvalo: el Escort y el Orion, que se irían renovando y compartiendo con las otras fábricas de Ford en Europa, fundamentalmente en Alemania.

Ya en 1996 la factoría valenciana fue elegida para producir el utilitario más pequeño de Ford, el Ka. En esa época la planta española estaba especializada fundamentalmente en los turismos más pequeños, de menos complejidad pero más volumen.

Un japonés con acento español

Sería a comienzos de este siglo cuando la planta valenciana fabricase el que se puede considerar su productos más exótico, un vehículo diseñado y hasta entonces montado exclusivamente en Japón, el Mazda2. En plena globalización, la alianza entre Ford y la empresa asiática y los efectos de las divisas hicieron que la marca nipona optase por buscar montar en Europa su coche más económico para poder competir. Valencia fue la elegida y Almussafes que ya había aprendido a aprobar los exámenes de los directivos y técnicos americanos tuvo que pasar también las duras pruebas de los japoneses. Una experiencia que duró poco más de 4 años.

Su adiós coincidió prácticamente con la llegada de uno de los superventas de Ford de este siglo, el Focus con el que la planta valenciana se situó en algunas de sus mayores cuotas de producción.

Con la moda de los monovolúmenes a Valencia llegaron en 2010 el C-Max y su versión C-Max Grand, aunque apenas permanecerían unos años. Tras la gran crisis económica de esa época Ford apostó por convertir a Valencia en su factoría comodín, de forma que mientras en otras de sus instalaciones europeas apenas fabricaba uno o dos modelos de grandes tiradas en Almussafes llegó a producir hasta 5 y 6 modelos a la vez, aprovechando además su mayor flexibilidad para adaptarse a los picos de la demanda.

Coches de más tamaño

En 2012 la multinacional americana anunció el cierre de su planta belga en Genk. Una decisión que conllevó el traslado de los modelos que producía a Valencia precisamente por esa capacidad de adaptación demostrada. Fue así como durante la última década la planta española ha asumido el montaje de coches de mayores dimensiones, mayor complejidad y más componentes.

Así llegaron el Mondeo, el S-Max y la Galaxy, además de la furgoneta Transit en sus versiones más pequeñas, Connect y Tourneo, unos vehículos que se han ido despidiendo de la planta valenciana en el último año y medio después de la decisión de Ford de recortar su estructura y su catálogo de coches en Europa. Ello, unido a la transición eléctrica llevó a la marca a anunciar el fin de modelos como el Fiesta y el Focus, que aunque ya no se fabrican en Valencia han sido montados aquí en muchas de sus versiones históricas.

A finales de 2012 llegaría el Kuga también impulsado por la nueva moda de los SUV que se ha impuesto en el mercado actual. Un vehículo que fabrica en exclusiva en Europa que se ha convertido en su emblema y que ahora mismo es el que mantiene la producción de la factoría valenciana. La marca estadounidense precisamente acaba de lanzar un rediseño de un modelo que está entre los más vendidos de su categoría en Europa.

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