
Philip R. Lane, el economista jefe del Banco Central Europeo (BCE) desde el 1 de junio, ha respondido este martes a los usuarios de Twitter a través de la cuenta oficial de la institución durante 45 minutos. "No vemos una recesión, pero el crecimiento y la inflación todavía requieren estímulos", ha asegurado durante el encuentro.
Utilizando el hashtag #AskECB, los tuiteros han interpelado al irlandés, que ha contestado a una selección de preguntas sobre las perspectivas de la eurozona, sobre la eficacia y las consecuencias de la política monetaria, sobre su impacto en los mercados y en la economía real o, incluso, sobre la elección de Christine Lagarde para suceder a Mario Draghi como presidenta del banco central, que ha valorado como "una excelente opción".
La idea en la que más ha incidido Lane es que aún es necesario que la institución mantenga una política acomodaticia porque "la inflación se mantiene por debajo del objetivo" del 2% y porque "la prolongación de las incertidumbres está afectando a nuestras perspectivas de crecimiento". Nada novedoso, ya que se ha encargado de descartar el riesgo de recesión.
"Las medidas serían más efectivas si otros actores hacen su parte"
Sí que ha admitido que el BCE tiene "las herramientas" y está preparado para seguir acompañando a las economías y, en línea con la postura típica de la institución en los últimos años, ha recordado que las políticas monetarias son "más efectivas si otros actores hacen su parte".

Impacto en la economía real
Muchos usuarios han recriminado al nuevo economista jefe del BCE -ocupa el cargo desde el 1 de junio- que las medidas de estímulo están enfocadas a beneficiar a los mercados financieros y a las empresas, pero Lane ha defendido que las compras de activos han sido exitosas para mejorar las condiciones de financiación de las compañías y también "de los hogares" y "han favorecido la creación de millones de nuevos empleos en los últimos años".
"Desde 2014, nuestras políticas han tenido éxito en eliminar el riesgo de deflación y en fomentar una fuerte recuperación del empleo en Europa", ha reiterado antes de retomar el discurso oficialista sobre que "el enfoque está ahora en devolver a la inflación a nuestro objetivo".

Lane ha intentado convencer a los usuarios más disconformes con la actuación del BCE explicando que el objetivo de la institución "no es hacer felices a los mercados, sino mejorar las condiciones de financiación para estimular la economía real y anclar las expectativas de inflación".
Lo cierto es que durante las últimas semanas la alta demanda de deuda europea parece estar marcando el paso al organismo que presidirá el italiano Mario Draghi hasta el 31 de octubre, del que, precisamente, se espera que detalle o, al menos avance, una nueva ronda de estímulos ya en la reunión sobre política monetaria del 25 de julio.
"El objetivo no es hacer felices a los mercados, sino mejorar las condiciones de financiación para estimular la economía real"
A cerca del futuro de la eurozona ha reflexionado en tono optimista: "Es muy útil", pero ha destacado que sería preciso avanzar hacia una unión bancaria y fiscal.