
No cabe duda de que este 2018 ha sido un año complejo para los mercados. Las bolsas han sufrido fuertes correcciones, la renta fija sigue atascada dentro del entorno de bajos tipos de interés, las materias primas están sufriendo de gran volatilidad y los activos que en otros momentos actuaron como refugio hoy mantienen el tipo a duras penas. Muchos inversores y analistas esperan que esta tormenta amaine pronto, pero no deberían ilusionarse demasiado. El Banco de Pagos Internacionales (BPI) asegura que lo que se ha visto este trimestre en los mercados no es un "hecho aislado", es más, podría ser la nueva normalidad de los mercados para los próximos trimestres.
BPI: "Desde mediados de mayo hasta principios de diciembre, los bancos de la Eurozona han perdido casi un 30% de capitalización en el mercado"
La firma de inversión Ned Davis Research ha definido con nitidez la situación actual de los mercados: se está viviendo un momento único en la historia. Normalmente cuando un sector cae, otro sube. En medio de la catástrofe financiera de 2008, los bonos del Tesoro se recuperaron. En 1974, las materias primas eran un punto brillante. En 2002, fueron los REIT (firmas especializadas en la inversión inmobiliaria). En 2018, no hay ningún sector al que dirigirse.
"No es un evento aislado"
"Las tensiones del mercado que se han visto durante este trimestre no han sido un evento aislado", asegura Claudio Borio, jefe del departamento monetario y económico del BPI.
"La normalización de la política monetaria se convertirá en un reto, especialmente a la luz de las tensiones comerciales y la incertidumbre política", asegura Borio en el trabajo que realizan los economistas del BPI cada trimestre para analizar la situación de los mercados.
El informe del BPI destaca la debilidad de los bancos europeos, que "han sufrido pérdida de valoración durante este periodo. El elevado riesgo político ha sido un factor clave de la reciente caída".
La incertidumbre política
Este organismo señala que la incertidumbre política en Italia y otros países ha incrementado el diferencial entre el bono alemán a diez años (considerado activo libre de riesgo) y otros bonos del mismo vencimiento emitidos por diferentes países de la Eurozona.
"Ha habido señales de que los inversores han visto cómo se incrementaban las posibilidades de una eventual redenominación de la deuda soberana italiana: el coste de los credit default swap (seguros ante impagos de deuda) que incluían esta contingencia se ha incrementado", señala el informe.
Las acciones de los bancos europeos han caído con fuerza ante este sentimiento. "Desde mediados de mayo hasta principios de diciembre, los bancos de la Eurozona han perdido casi un 30% de capitalización en el mercado. La mitad de estas pérdidas se han producido después de que Italia desvelase su borrador presupuestario en septiembre", destaca el trabajo del BPI.
El documento también hace referencia al aplanamiento de la curva de rendimientos en EEUU. A principios de diciembre, mientras las bolsas volvían a caer, la curva se invirtió en el rango medio tras el descenso del rendimiento de los bonos a cinco años, que cayó por debajo de los rendimientos de dos y tres años.
"El continuo aplanamiento de la curva de rendimiento de EEUU ha reducido el atractivo de los bonos del Tesoro de los EEUU, especialmente para los inversores europeos y japoneses", comentan los economistas de esta organización internacional.
Todos estos movimientos corresponden a la normalización monetaria que se está poniendo en marcha en varios países. El fin del programa de estímulos en la Eurozona, la reducción del vasto balance de la Reserva Federal en EEUU junto con las subidas de tipos, más el tono más restrictivo de otros bancos centrales está suponiendo un endurecimiento de las condiciones financieras, que se ha visto reflejado en la caída de las bolsas.
"Estos baches son un aviso del estrecho camino que los bancos centrales están realizando en su búsqueda de la normalización monetaria, dentro de un contexto general desafiante", sentencia el informe.