
Tras dos meses de intensa caída, el barril de crudo Brent se paga en el mercado de materias primas a cerca de 58 dólares, un nivel no visto desde octubre de 2017. Ocho semanas consecutivas de descensos -entre ellas las más bajistas de los últimos dos años- que han hecho correr ríos de tinta en el mercado sobre esta commodity. Este movimiento no ha gustado a los inversores en esta materia prima, ni a aquellos que se fijan en las compañías que operan con ella como principal fuente de negocio (véase extractoras, refineras, exploradoras...). No en vano, su fluctuación en los parqués afecta de manera directa al estado de salud de su negocio.
Este retroceso del oro negro se ha visto reflejado en el comportamiento de las petroleras en bolsa. Las grandes firmas de la industria se dejan entre un 10 y un 14% desde que el Brent arrancó su caída a principios del mes de octubre. Este descenso del barril ya alcanza el 32%, lo que lo sitúa en zona de mínimos de hace más de un año. Al otro lado del Atlántico, los dos gigantes de la industria aguantan mejor el golpe, con Exxon dejándose un 8% y Chevron, un 5%.
Hasta este punto, nada se aleja de una reacción normal a la evolución de una materia prima con tanta penetración en el mercado. Sin embargo, los analistas aún no han sacado la tijera. De hecho, las estimaciones de ganancias para las grandes del sector en 2019 crecen un 3% y las de 2020 lo hacen un 4%.

Así las cosas, los analistas añaden 10.000 millones de euros más a las previsiones de 2018, 2019 y 2020 de las compañías con mayor capitalización de esta industria desde que empezó a caer el barril de crudo. Eso sí, habrá que ver si se deciden a comenzar a recortar sus perspectivas si el barril de petróleo se mantiene en estos niveles de forma sostenida.
"El barril de petróleo ha registrado un descenso tan pronunciado principalmente por la evolución de la oferta: algunos países de la OPEP como Arabia Saudí están produciendo en octubre más de lo que anunciaron y también EEUU está produciendo muchísimo", asegura Gero Jung, economista jefe en Mirabaud Asset Management y miembro del Comité de Inversiones de Mirabaud. "Si a eso se le suma que la demanda se ha mantenido más o menos estable en los últimos meses el resultado es el que hemos tenido: un descenso del precio del crudo", explica el mismo experto. "Sin embargo, para 2019 nuestra previsión es que la producción se estabilice y que la demanda se mantenga en los niveles actuales dado que no esperamos una ralentización del crecimiento de la economía a nivel mundial, lo que provocaría un vuelta a niveles de 55 o 60 dólares por barril [en el caso del West Texas]", concluye Jung.
De cara a la reunión de la OPEP del próximo 6 de diciembre se especula con un recorte de producción
Como Jung, son muchos los analistas que confían en una recuperación del precio del crudo a corto plazo, lo que podría explicar, en parte, que las previsiones de ganancias de estas compañías no se hayan visto actualizadas a la baja de cara a los próximos ejercicios.
Y es que se trata de una commodity "muy manipulable geopolíticamente" por los principales productores del mundo. En este sentido, de cara a la reunión de la OPEP del próximo 6 de diciembre "se especula con un recorte de producción", aseguran los analistas de A&G Banca Privada, algo que podría provocar un cambio en su actual tendencia bajista.
En este sentido, gigantes como Chevron, EOG Resources o Marathon Petroleum han visto cómo sus previsiones de ganancias se ven incrementadas para 2018, 2019 y 2020 en más de un 5% cada año, mientras que menos de un tercio de las firmas de esta industria han visto cómo los expertos recortaban sus estimaciones.
Las aerolíneas salen ganando
Si el consenso aún no ha recortado las estimaciones de las petroleras tras las caídas, tampoco se ha decidido a lanzar las campanas al vuelo con las empresas industriales, aerolíneas o las de transporte por carretera, todas ellas, en teoría, favorecidas por una factura energética más reducida. El petróleo es una parte esencial para estas empresas y el descenso de su precio debería ser bien recibido entre ellas. No en vano, en la industria aérea representa un elemento básico de competitividad.
"Para las aerolíneas, el coste del combustible supone cerca del 30% de sus costes fijos, por lo que deberían ahora disfrutar de descuentos", aseguran desde la Fundación para la Eficiencia Energética. Sin embargo, las estimaciones de ganancias de estas compañías son inferiores a las registradas antes de que se produjera el descenso del precio del crudo. En concreto, las previsiones para 2019 han cedido un 4% y las de 2020 lo han hecho un 1,4%.
Las primeras espadas del sector en Europa, independientemente de si son de bajo coste o no (IAG, Lufthansa, Air France, easyJet o Ryanair) se han visto afectadas en este sentido. Especialmente fuerte es el recorte en Ryanair e easyJet, que han visto cómo los expertos reducían para 2018 y 2019 sus proyecciones en más de un 10% en apenas dos meses. Sin embargo, el mercado sí que ha premiado en bolsa a estas compañías. Air France registra una subida en bolsa del 18% desde que empezó la caída del crudo, Deutsche Lufthansa avanza un 6% e IAG se mantiene plana, frente al descenso del 6% de la bolsa europea.