
El mercado lleva días telegrafiando la crónica de un terremoto bursátil que tiene en su epicentro a Wall Street y que ya se está dejando notar en las principales bolsas. Europa cerró ayer a un 1,8% del soporte donde se juega una caída adicional de un 10-15%.
A la acumulación de frentes abiertos -las tensiones comerciales entre China y EEUU, Italia, el Brexit, la inestabilidad de los emergentes, y el repunte de la rentabilidad de los bonos- que abocaron el lunes a las principales plazas del Viejo Continente a sus mínimos del año, se sumaron nuevos focos de inestabilidad por varios factores: el repunte de la inflación subyacente (al hilo de la subida de tipos), la escalada de la rentabilidad del bono, un FMI asustado, Morgan Stanley pronosticando una corrección para 2019 y cierta debilidad de la tecnología norteamericana.
En este contexto el Dax, el índice director en el Viejo Continente, cerró ayer con una caída del 2,2%, y acumula un descenso anual del 9,3%. La bolsa de Fráncfort fue la más bajista de la sesión, ya que acusó, además de las causas ya enumeradas, una rebaja drástica de las previsiones de crecimiento de Alemania para este año y el siguiente según la filtración de un documento oficial. El selectivo se encuentra a un 1,8% del soporte que presenta en los 11.500 puntos, "el gran soporte europeo de cuyo mantenimiento depende que no se abra la puerta a una tendencia bajista que podría provocar caídas del 10-15% en los índices del Viejo Continente según la violencia con la que caiga Wall Street en las próximas semanas", explica Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader.
El tono pesimista del mercado americano se contagió al cierre de sesión en Europa, en el que el Cac retrocedió un 2,1%, el Ftse Mib y el EuroStoxx se anotaron pérdidas de un 1,7% y un 1,6% cada uno. El Ibex 35 fue el que menos cedió, al quedarse la caída en un 1%. En esta ocasión, la banca española se situó entre los mejores valores del día, aunque las alzas las lideró Telefónica, con un rebote del 1,10%.
Por su parte, en Wall Street se percibió pánico al cierre tras caer el Dow Jones y el S&P 500 más de un 3% y dejarse el tecnológico Nasdaq 4%.
A pie de parqué los operadores destacaron cómo el Dow Jones ha borrado ya 700 puntos en los últimos cinco días y mencionaron las subidas de tipos de interés o el comportamiento de la rentabilidad del bono americano como factores que fomentaron que el S&P 500 encadenase también su quinta jornada consecutiva en rojo, algo que no ocurría desde finales de 2016.
Por otra parte, comienza a notarse cierta aversión por el riesgo y tomar posiciones defensivas que ha provocado que muchos inversores comiencen a plantearse deshacer posiciones en grandes titanes tecnológicos, donde la rentabilidad comienza a frenarse a un precio que puede considerarse caro según los estándares históricos.
También pesó la advertencia del FMI en su Informe Global de Estabilidad Financiera (GFSR, por sus siglas en inglés). Tobias Adrian, director del Departamento Monetario de la institución, reiteró que los participantes del mercado "parecen complacientes sobre los riesgos de un abrupto ajuste en las condiciones financieras". Habrá que esperar a las próximas semanas para ver cómo el mercado digiere la temporada de resultados que arranca este viernes con JP Morgan, Wells Fargo y Citi.
'Pinchan' las automovilísticas
De vuelta a Europa, las automovilísticas han cogido el testigo de la banca y ya caen en 2018 un 18% -en mínimos no vistos desde diciembre de 2016-, frente al 17% que se deja el sector financiero. La PPG advirtió sobre la debilidad del sector, acusando la debilidad de la demanda procedente de China, EEUU y Europa, "algo que afectará a la mayoría de los proveedores", explicaban desde Buckingham Research. Esto ha sido interpretado por el mercado como un nuevo profit warning -rebaja en las estimaciones- y todos los valores de esta industria sufrieron ayer importantes caídas .