A la banca española se le ha abierto un nuevo frente cuando todavía está pendiente de encajar el golpe proveniente de Latinoamérica, aunque, en su caso, este haya ido destinado casi exclusivamente al gigante del sector, como es Banco Santander. La Comisión Europea publicaba a comienzos de semana un informe en el que solicitaba a las entidades la anulación íntegra de las denominadas cláusulas suelo que afectan a hipotecas concedidas desde su origen, en el año 2010. Es ir un paso más allá de la sentencia emitida por el Tribunal Supremo de nuestro país cuando condenó a BBVA (que se hizo con la gestión de Cajamar y Novagalicia) a dar por finalizado el coste adicional sobre sus hipotecas que los afectados asumieron por este concepto desde mayo de 2013, momento en el que se pronunció el máximo órgano del Poder Judicial.
Fuentes del mercado coinciden en que, si bien no se trata de "un riesgo sistémico" para el sector, sí representa una piedra más en un camino ya de por sí embarrado para los bancos españoles que han debido lidiar con la ampliación de capital de Santander (valorada en 7.500 millones de euros) en el mes de enero; unos tipos de interés que presionan a la baja, según reconocen desde la gestora francesa DNCA; la desconfianza que aún existe sobre la recuperación de nuestra economía y, en último término, cotizando dentro de una bolsa claramente expuesta a la crisis de América Latina.
670 millones menos
Distintas casas de análisis han estimado en 670 millones de euros el impacto que tendrá sobre el beneficio neto de los bancos de los dos próximos ejercicios el dejar de ingresar intereses por este concepto. De cara al año 2016, y en caso de que el Tribunal Supremo amplíe la sentencia al resto de entidades afectadas (a saber Liberbank, Banco Popular, Banco Sabadell y Caixabank), el impacto sobre sus cuentas ascenderá hasta los 325 millones de euros y un año más tarde, la cifra será ligeramente superior, hasta los 344 millones para el conjunto de las cuatro entidades.
"Santander y Bankinter nunca han incluido intereses suelo en sus hipotecas, mientras que, en el caso de BBVA, estas fueron anuladas a raíz de la sentencia del año 2013", aclaran desde Berenberg, con lo que la entidad presidida por Francisco González debería asumir la devolución de los tres años previos (lo que repercutiría en la ratio de capital del banco), un periodo que los expertos de JP Morgan califican de "laguna jurídica".
Liberbank -la única entidad que no está presente en el Ibex 35-es la más afectada puesto que, de llevarse acabo esta decisión, se comería un 19,5% de su beneficio neto estimado en 2016 (cuando el consenso de mercado espera que alcance los 166 millones de euros) pese a tener una de las menores cifras de hipotecas concedidas por este concepto, que asciende a un total de 2.900 millones de euros.
Junto a Popular y Sabadell son las únicas entidades que mantienen esta medida en vigor, después de que Caixabank decidiera renunciar a ella este mes; siendo, además, las que "resultarán más afectadas" en el futuro, según apuntan fuentes del mercado.
JP Morgan rebaja un 9% sus estimaciones de beneficio por acción para la banca mediana en 2016 y 2017. Según esta firma de análisis, Popular deberá encajar el mayor golpe, en base a los 15.500 millones de euros que concediera en hipotecas bajo esta cláusula ligada a la cotización del Euríbor (tipo de interés variable para las hipotecas), puesto que recortará un 15 y un 13% su beneficio los dos próximos años, lo que supone un impacto de 186 millones en los dos años, para un beneficio estimado de 597 y 774 millones en sendos ejercicios.
Es más, los analistas sitúan a las cláusulas suelo como el principal riesgo tanto para Popular como para Sabadell, cuyas ganancias se resentirán un 11,3% en 2016 (98,7 millones de euros menos) y otro 9,6 en 2017 (que supone restar 100,9 millones a un beneficio estimado de 1.051 millones).
En el caso de Bankia, cuarta en discordia, los expertos de Mirabaud hablan de "poco impacto" pues cuenta con la cifra más baja de hipotecas vinculadas al suelo del sector: un total de 2.700 de millones. Su beneficio se resentirá entre un 2,3 y un 2,4% los dos próximos años, para un beneficio que se situará por encima de los 1.100 millones de euros.
"Esta cuestión supone una clara amenaza para los bancos domésticos, aunque si el impacto sobre sus cuentas es más favorable de lo esperado, creemos que podría derivar en un rally bursátil", aseguran desde JP Morgan. Tan sólo BBVA cotiza en positivo en el año, con ganancias del 3%.
Un euríbor en mínimos quita credibilidad
Cuando surgieron las conocidas como cláusulas suelo en 2010, el tipo de interés que se aplica -por término general- a las hipotecas en Europa, el euríbor, se situaba por encima del 1,2%, aunque venía de mucho más alto (tocó máximos en 2008, por encima del 5,4%) y fue la excusa perfecta para que los bancos aplicaran esta medida aprovechando la necesidad de los hipotecados de cubrirse ante futuras subidas.
Sin embargo, el tiempo ha demostrado una realidad muy distinta a raíz de que el Euríbor perforase el 1% en agosto de 2012, comenzando a marcar mínimo tras mínimo histórico, hasta el actual 0,137%, mientras que los afectados se comprometieron a pagar tasas que oscilan entre el 2 y 2,75%, de media. En cualquier caso, esto es también beneficioso para los bancos, dice JP Morgan, porque "el impacto en sus cuentas con motivo de la devolución en 2013 y 2014 será muy inferior, ante un Euríbor cotizando en niveles más elevados. El ajuste verdadero será 2015".

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