
Que la bolsa española está viviendo un 2025 lleno de alegrías -a excepción de los tumultuosos días tras la liberación arancelaria de Donald Trump- no es ninguna sorpresa. El ecuador de la década está siendo uno de los mejores años para el mercado patrio en las últimas décadas con el Ibex 35 acumulando una revalorización cercana al 24% en los siete meses que van de ejercicio, muy por delante de otros grandes índices como el Ftse 100 británico o el Cac 40 francés e, incluso, el Dax alemán que, a pesar de 21,1% de ganancia que lleva en el año, poco a poco se aleja del selectivo nacional. La española es una de las bolsas más rentables del mundo desarrollado, especialmente, después de haber alcanzado máximos de los últimos 17 años en el entorno de los 14.340 puntos, lo que le lleva a estar a menos de un 10% de distancia del récord histórico del 8 de noviembre de 2007 cuando cerró en los 15.945,70 puntos.
Este camino hacia arriba del parqué madrileño se sustenta en una combinación de fortalezas económicas y sectoriales que han capturado a todo tipo de inversores. El gran protagonista de este rally ha sido el sector bancario -que representa casi el 30% del índice- con CaixaBank, Banco Santander o Banco Sabadell como protagonistas tras revalorizarse en el entorno del doble dígito en un contexto de tipos de interés favorables en la eurozona. Según Johann Scholtz, analista de Morningstar, los bancos españoles han capitalizado la menor sensibilidad a los precios en sus mercados de depósitos, lo que les ha permitido maximizar beneficios en un contexto de tipos elevados. "Los bancos españoles están cotizando a múltiplos bajos, lo que los hace muy atractivos frente a otros sectores europeos", señala Victoria Torre, responsable de oferta digital de Self Bank.
Pero a pesar de esta revalorización, el Ibex 35 es todavía uno de los selectivos más baratos de Europa con un PER (veces que el beneficio se recoge en el precio) de 12 veces, inferior al de pares como el EuroStoxx 50 o el S&P 500.
Múltiplos de mercado que se combinan con una macroeconomía robusta. España cerró el segundo trimestre del ejercicio con una mejora del PIB del 0,7%. Este dinamismo, impulsado por la recuperación del sector inmobiliario, el auge del turismo y un sector exterior competitivo, ha apuntalado los resultados empresariales. Las compañías del Ibex 35 han superado las expectativas, con un crecimiento de beneficios estimado en un 6,5% para 2025, muy por encima de la media europea del 0,5%.
Y luego el contexto global a jugado a favor de la bolsa íbera. La incertidumbre generada por las políticas proteccionistas de Donald Trump, especialmente tras su victoria en las elecciones estadounidenses, ha provocado una rotación histórica de flujos de capital desde Wall Street hacia Europa. Según la encuesta de Bank of America, un 39% de los gestores están sobreponderados en acciones europeas, con España destacando por su menor percepción de riesgo geoestratégico y un crecimiento económico superior al de otros países europeos, estimado en un 2,6% por la Comisión Europea para 2025.
Así, aunque el sector financiero lidera, el Ibex 35 no se limita a los bancos. Empresas como Inditex y utilities como Iberdrola, con un enfoque en energías renovables, han mostrado la resiliencia y el potencial que ha fomentado que los expertos pongan el ojo sobre el mercado español. Las renovables, en particular, esconden un potencial de revalorización del 19%. Además, sectores como el transporte, con empresas como Ferrovial, y la distribución, con Logista, están beneficiándose de su exposición internacional y estrategias de diversificación para consolidar la fortaleza del selectivo.
Quienes consiguen batir al Ibex
A cierre de julio, los fondos centrados en renta variable nacional han obtenido rentabilidades que en muchos casos superaron el 35% en el año. Y lo han hecho —en su mayoría— gracias a una filosofía que parecía en retirada: la gestión activa, el análisis fundamental, y una fuerte apuesta por valores industriales, financieros y de pequeña y mediana capitalización.
El caso paradigmático es el del fondo Caixabank Bolsa España Estándar, que acumula una rentabilidad del 38,02% en lo que va de año. Lo hace a través de una cartera dominada por las grandes cotizadas del Ibex 35, con nombres como Iberdrola, Santander, Inditex, BBVA y CaixaBank en posiciones preferentes. No hay extravagancias ni apuestas excéntricas en su enfoque, sino una convicción decidida por compañías con modelos de negocio robustos, dividendos atractivos y liderazgo sectorial. La apuesta clásica por lo que ya funciona.

Pero si Caixabank representa la ortodoxia rentable para el inversor, el Santander Small Caps España A es su contraria complementaria. El fondo de Lola Solana, con una subida del 37,02% en 2025, ha centrado su estrategia en valores de pequeña y mediana capitalización como Indra, Sabadell, Sacyr, Clínica Baviera o Elecnor. También incluye posiciones técnicas como futuros sobre el Ibex. Su éxito no solo es el reflejo del renacer de las pequeñas cotizadas, sino la evidencia de una lectura muy afinada del ciclo económico español, que ha favorecido a las compañías cíclicas e industriales.
En una línea similar se mueve Cobas Iberia, que con un rendimiento del 36,27% refuerza la narrativa del value puro. El fondo gestionado por Francisco García Paramés ha concentrado su cartera en valores industriales y compañías con precios deprimidos frente a su valor contable. Atalaya Mining y Técnicas Reunidas lideran sus apuestas, junto a nombres como Almirall, Grifols, Elecnor y Miquel y Costas. En su universo de inversión destacan sectores como salud, minería y energía, todos con potencial de rebote tras años de castigo bursátil.
La historia se repite, con matices, en otros fondos sobresalientes como Okavango Delta A y Abante GF Spanish Opportunities, ambos con rentabilidades superiores al 33%. En estos casos, la presencia de entidades financieras como CaixaBank, Sabadell, BBVA o Bankinter es constante, reflejando el buen tono del sector bancario, beneficiado por la normalización monetaria y la expansión del crédito. Junto a ellos, aparecen también Merlin Properties, Neinor o Aedas, lo que confirma el retorno del interés inversor por el sector inmobiliario.
En las capas más profundas de la gestión activa, nombres como Bestinver Bolsa, Horos Value Iberia, Iberian Value o Magallanes Iberian Equity han cosechado también rentabilidades destacadas, entre el 28% y el 31%. En sus carteras abundan valores como Gestamp, Técnicas Reunidas, Catalana Occidente, Iberpapel o Semapa. En muchos casos, compañías con escasa cobertura por parte de los analistas, lo que permite a estos gestores encontrar ineficiencias de valoración donde otros no miran. En definitiva, el foco del valor en la bolsa española es claro: empresas infravaloradas con balances sólidos, márgenes mejorando y modelos de negocio sostenibles, y hacerlo con una visión a medio plazo.
Las apuestas que más se repiten
En este ecosistema, nombres como Elecnor, Santander, CaixaBank, Acerinox, Inditex, Iberdrola, Grifols o Amadeus aparecen en múltiples carteras, pero lo verdaderamente revelador es la recurrencia de valores menos seguidos. Miquel y Costas, una papelera catalana con apenas medio millón de euros de capitalización bursátil, está presente en varios fondos top. Lo mismo ocurre con DIA, aún envuelta en una transformación incierta, o con CAF y Alantra, que han resurgido como opciones atractivas dentro del entorno industrial y financiero.

En cuanto a los sectores, destacan tres pilares: la banca doméstica, que se ha beneficiado de la estabilización macro y de unos tipos de interés más razonables; la ingeniería y la construcción, en pleno auge por la inversión pública y fondos europeos; y el sector inmobiliario, que recupera brillo ante la escasez de oferta y la mejora de márgenes en promoción y alquiler.
El caso es que mientras muchos buscaban el próximo unicornio digital o apostaban por titanes como Nvidia o Apple, los mejores gestores nacionales han encontrado valor en lo cercano, en lo tangible y en lo que el mercado había olvidado. Solo hacía falta saber dónde mirar.