
El comienzo del segundo semestre va a ser uno de los que concentre más incertidumbre para los inversores: el final de la pausa arancelaria entre Estados Unidos y la Unión Europea, el trámite de los presupuestos en Estados Unidos y un conflicto en Oriente Medio que se ha vuelto impredecible. Pero las firmas de inversión tienen claro cuál debe ser la combinación adecuada para las carteras en esta segunda mitad del año: seguir apostando por la bolsa europea, activos de renta fija de calidad, con grado de inversión, y entre los mercados emergentes estar atentos a la India, uno de los países con mejores proyecciones de crecimiento.
El saldo que deja tanto la bolsa como la renta fija ha sido especialmente bueno en el primer semestre del año, pese a todo. Y ese pese a todo es importante porque riesgos no han faltado: en abril se produjo uno de los mayores sustos de mercado que se recuerdan en los últimos años, cuando Donald Trump declaró la guerra al resto del mundo con su agresiva política arancelaria el 2 de abril. Por no hablar del tensionamiento que se ha producido en el mercado de renta fija, sobre todo estadounidense, sobre el que se ha llegado a cuestionar su excepcionalidad, o de la escalada de tensión en Oriente Medio y su impacto en el precio del petróleo. Y pese a todo, una vez más, el precio de la mayoría de activos ha subido (ver gráfico).
Podría decirse que aunque los riesgos son elevados, el mercado convive cordialmente con ellos. Y se debe a "que el soporte de una liquidez excesiva y parcialmente artificial ha normalizado la aceptación de los riesgos atípicos que cíclicamente afloran y consigue que, o bien las caídas de las bolsas no se materialicen en la medida en que el sentido común dicta que deberían materializarse (por ejemplo, caídas casi testimoniales al desatarse una guerra abierta entre Israel e Irán y la involucración directa de EEUU), o bien las caídas son profundas pero breves y se resuelven con una recuperación inexplicablemente rápida (como fue la caída del 20% de la bolsa americana entre el 19 de febrero y el 8 de abril de este año, prácticamente recuperada tan pronto como el 12 de junio)", explica el equipo de análisis de Bankinter.
De cara al segundo semestre del año, las gestoras y los bancos de inversión también anticipan curvas. "Esperamos más volatilidad en los mercados hasta finales de 2025", dicen en Fidelity, pero coinciden en que esa volatilidad dará lugar a atractivos puntos de entrada. "Parece que el brote más agudo de volatilidad ha pasado, y están surgiendo una serie de tendencias complementarias favorables a la renta variable mundial", señalan Lucas Klein, responsable de renta variable de EMEA y Asia-Pacífico, y Marc Pinto, responsable de renta variable de las Américas de Janus Henderson.
Renta variable: Europa, la favorita
Los expertos recomiendan diversificar las carteras más que nunca, como arma para luchar contra esa esperada volatilidad, y Europa se ha convertido en la apuesta más clara para lo que resta de año, junto a la renta variable asiática. La rotación hacia la bolsa europea arrancó en enero, y las principales plazas del Viejo Continente ya han ganado buena parte de lo que se esperaba para el conjunto del ejercicio. Pero aún con ello, la bolsa europea solamente ha recuperado este año un 13% del dinero que se había marchado previamente, según datos de Bank of America (antes de enero, este mercado encadenaba 14 trimestres consecutivos de salidas, en los que se marcharon 235.000 millones de dólares). Y esto implica, a efectos prácticos, que la rotación puede continuar.
"Es un momento apasionante para invertir en la bolsa europea", opinan en Jupiter AM. "Tenemos varias razones para pensar que estamos entrando en un periodo en el que esos ingentes flujos de capitales internacionales hacia EEUU podrían estar empezando a remitir y esa tendencia podría beneficiar a otros mercados, como Europa y Asia (…). Obviamente, las políticas del gobierno estadounidense son impredecibles, pero vemos posibilidades de que se produzca un cambio en el orden económico que podría beneficiar a la renta variable europea. La historia nos dice que esta clase de migraciones del capital no duran un año o dos, sino mucho más", añaden. "Europa podría posicionarse como una opción sólida para quienes buscan diversificar sus carteras y reducir su exposición a EE.?UU. Europa muestra un entorno económico en mejora, una inflación en descenso, políticas monetarias relativamente acomodaticias y medidas de estímulo. Además, los activos europeos se benefician de valoraciones atractivas y de un cambio favorable en la dinámica del mercado", señalan en M&G Investments.
El sentimiento es generalizado. La encuesta que Bank of America realiza cada mes entre los gestores refleja que el 34% de los profesionales sobrepondera la renta variable europea en relación con su índice de referencia, cerca del máximo en cuatro años, siendo la banca, utilities y seguros sus sectores favoritos. Natixis IM también realiza otro sondeo entre sus estrategas, y este muestra también que un tercio considera que el europeo será el mercado con mejor comportamiento la segunda mitad del año. Se trata de un gran salto respecto al mismo sondeo del año anterior, cuando sólo el 3% de los estrategas eligió a Europa como el mercado más destacado.
Hay más argumentos a favor de esta región: "Observamos señales de optimismo y un posible entorno más favorable en términos de crecimiento e inflación, a pesar del impacto del shock comercial. La formación activa de nuevas alianzas comerciales, la relajación de tensiones comerciales, unos tipos de interés más bajos y un euro más fuerte deberían favorecer una recuperación gradual de la demanda interna y del crédito privado", señalan en Amundi. "En marzo, el canciller alemán, Friedrich Merz, se comprometió a hacer todo lo posible para garantizar la defensa de Europa, liberando el freno de la deuda alemana y permitiendo al país invertir más en infraestructura y defensa. Esta audaz medida debería impulsar el crecimiento europeo durante la próxima década", sostienen en Invesco.
Dentro de Asia, India ocupa un lugar destacado en las preferencias de algunas gestoras. No sólo se está comportando bien en 2025. En los últimos tres años, la India ha superado al resto de mercados emergentes, mientras que el MSCI Emerging Markets muestra un rendimiento negativo en el mismo periodo. "Esto se debe al crecimiento estructural, que se ha visto impulsado por el gasto público en infraestructuras, una creciente clase media en el país más densamente poblado y las inversiones extranjeras directas en el país, que han mejorado su capacidad manufacturera. El riesgo político también ha sido menos preocupante, en comparación con países de América Latina, por ejemplo, donde las elecciones pueden ejercer presión sobre las cotizaciones bursátiles (como hemos visto recientemente en México, con la reforma judicial del nuevo presidente)", explica Olivier D'Incan, gestor de renta variable global de Crédit Mutuel Asset Management.
Además de lo anterior, en Fidelity recuerdan que "sigue habiendo sitio para la bolsa estadounidense en una cartera diversificada. El S&P 500 está formado por muchas de las empresas más grandes e innovadoras del mundo, que son muy rentables y favorables a los accionistas. No sería sensato dar la espalda completamente a EEUU, pero tampoco es el único juego que existe".
Renta fija de calidad
El primer semestre del año también ha sido favorable para los bonos, con una rentabilidad superior al 6% para una cartera de renta fija global, según los índices de Bloomberg y Barclays. Pero este mercado tampoco ha escapado de la volatilidad. El paquete fiscal de Trump no sólo actúa como un estímulo económico, también genera preocupaciones a largo plazo para los inversores de renta fija por la propia sostenibilidad del déficit de Estados Unidos, ya de por sí elevado. Se calcula que el plan podría aumentarlo en 3,7 billones de dólares en la próxima década. Y ante ello, los inversores no han dudado en exigir más rentabilidad a los bonos americanos, sobre todo a largo plazo -la rentabilidad de la deuda a 30 años llegó a superar el 5%, tras la rebaja de la calificación de Moody's a Estados Unidos, en mayo-.
Después está el miedo a los aranceles frenen el crecimiento, dañen la confianza del consumidor y esto derive en una recesión. "Cuando la única certeza es la incertidumbre, creemos que es crucial adoptar un enfoque de inversión activo, que permita aprovechar dislocaciones temporales del mercado, y ajustar las carteras de forma dinámica ante un entorno en constante cambio", señalan en M&G Investments, donde recomiendan aumentar la calidad crediticia y mantener una actitud paciente.
En la misma línea, Peter Branner, Chief Investment Officer y Paul Diggle, Chief Economist, de Aberdeen Investments, señala que les gustan los "bonos corporativos de alta calidad, el extremo más corto de las curvas de rendimiento de los bonos y la deuda soberana de países en los que es probable que los bancos centrales apliquen los mayores recortes de tipos, como los bonos británicos".
Petróleo, en el punto de mira
Si el petróleo siempre es un baremo de la volatilidad del mercado, este año no ha sido una excepción, en un momento de fuertes presiones inflacionistas, como se ha dejado notar con la escalada del conflicto entre Israel e Irán y el bombardeo de las instalaciones nucleares del régimen de los ayatolás por parte de Estados Unidos. El temor a un posible bloqueo del Estrecho de Ormuz, por donde circula el 20% del crudo mundial, especialmente dirigido a Asia, sigue estando latente, atemperado por el hecho de que China es el gran cliente de Irán y las medidas de represalias en este sentido son limitadas.
Pero el precio del barril de Brent ha notado esta incertidumbre, con una caída del 16% en el año desde los 82 dólares en que llegó a cotizar a principios del año, hasta situarse en los 68 dólares actuales, tras la intervención de EEUU, y con los analistas apostando por que pueda llegar hasta los 100 dólares.
Martin Wolburg, economista senior en Generali AM (parte de Generali Investments), considera que se deben tener en cuenta los riesgos de una subida de la inflación por esta incertidumbre entorno al crudo. "De cara al futuro, mucho dependerá de si los elevados riesgos geopolíticos se traducirán en una subida aún mayor de los precios del petróleo y, en caso afirmativo, durante cuánto tiempo", apunta el experto, quien considera que de momento indicadores clave como el crecimiento salarial en Europa "nos llevan a esperar que la inflación subyacente, actualmente del 2,3% interanual, se establezca en una senda coherente con el objetivo del 2% del BCE".
"Las incertidumbres en la región hacen que la volatilidad de los precios del crudo siga siendo elevada", subraya Dennis Shen, presidente del consejo macroeconómico de Scope, quien también señala el impacto en la inflación como una de las principales preocupaciones para la segunda parte del año. Sigue siendo otra fuente potencial de debilidad económica, incluso para Europa, y es probable que los tipos de interés se mantengan relativamente altos durante más tiempo, dadas las mayores presiones estructurales sobre los precios que antes de la pandemia", concluye.
¿Y el dólar?
Otro de los elementos de tensión en la primera parte del año ha sido la debilidad del dólar, que en su cruce con el euro se ha depreciado más de un 11%, en un momento en que las políticas fiscales de la administración de Donald Trump y las negociaciones sobre los aranceles se han convertido en otro punto de preocupación para los inversores, hasta el punto de que se ha empezado a hablar de cierta pérdida de consideración del billete verde como activo refugio, como la volatilidad en el bono norteamericano ha reflejado.
La fortaleza del dólar y su papel como principal divisa de reserva de la economía mundial no está en duda. Pero los expertos comienzan a señalar ciertas preocupaciones. "El dólar estadounidense sufre el riesgo más obvio, dado que su condición de moneda de reserva mundial ha alimentado el déficit doble que Trump está intentando reducir ahora. La eficacia del billete verde como cobertura frente al riesgo de la renta variable también está viéndose cuestionada, lo que aumenta la depreciación actual de esta moneda a medida que los inversores extranjeros elevan sus ratios de cobertura", explican en Fidelity.
Para la gestora norteamericana, esto podría hacer que el euro pueda convertirse en "un importante beneficiario de la repatriación de flujos", mientras que la nueva política presupuestaria de Alemania, más expansiva, sea el catalizador de "un posible renacer" de la región. "Las características de valoración y defensivas del yen japonés también hacen atractiva a esta moneda, mientras que el oro debería seguir respondiendo bien ante las posibles fracturas geopolíticas", aseguran en Fidelity.
Relacionados
- La receta ganadora de los gestores de fondos para invertir en bolsa europea: bancos, 'utilities' y aseguradoras
- Los fondos de bolsa europea captan tres veces más dinero que los de renta variable de EEUU
- Si quiere aprovechar el tirón de la bolsa europea, puede hacerlo mediante una selección de países
- Lucha de titanes: las gigantes europeas tienen cuatro puntos más de recorrido en bolsa que 'Las Siete Magníficas'