Bolsa, mercados y cotizaciones

Los bajistas claudican ante un Wall Street incansable, pero la gasolina podría estar acabándose

  • Pese a los escasos recortes esperados, los beneficios empresariales impulsan la bolsa
  • Deutsche Bank o Morgan Stanley acaban de elevar el potencial del S&P 500
  • Sin embargo, el recorrido de Wall Street es limitado para los siguientes seis meses
Foto: iStock.

Los analistas más bajistas de Wall Street se están rindiendo ante la fortaleza de la bolsa en este mes de mayo. Morgan Stanley y Deutsche Bank acaban de mejorar sus perspectivas sobre el S&P 500 debido a los positivos resultados empresariales. Pese a que las apuestas de recortes de tipos de la Reserva Federal (Fed) han ido mermando a lo largo de los meses, ahora parece que la confianza en el desempeño del sector privado es suficiente para motivar las alzas. Aunque este es el argumento que apoya el recorrido de la bolsa y que ha propiciado las últimas mejoras de los pronósticos, la reciente conquista de máximos históricos limita su potencial.

El cambio de tornas en el mercado se refleja en los números. Wall Street ha encadenado subidas mensuales a lo largo de todo el año, salvo en abril, el peor mes para los índices estadounidenses. Pero mayo ha sido todo lo contrario y se encamina a cerrar el mayor ascenso mensual del ejercicio, con alzas que oscilan entre el 5 y el 7%. En este tiempo, los inversores han pasado de plantearse la posibilidad de que la Fed tuviera que volver a subir los tipos a descartar esa opción y decantarse por dos recortes. Pese a que se conforman con una flexibilización de 50 puntos básicos frente a los cerca de siete descensos que se llegaron a contemplar en meses previos, ahora los analistas parecen ver en los resultados empresariales el verdadero motor de Wall Street.

Incluso, otros argumentos que podían lastrar las perspectivas de la bolsa no han llegado a materializarse. Por ejemplo, la fatiga en las Siete Magníficas y el sector tecnológico en general, unos índices cada vez más concentrados o unos tipos de interés que no terminan de bajar. Ni siquiera los modestos recortes esperados han tumbado a la bolsa.

Una de las últimas sorpresas ha venido desde Morgan Stanley. El jefe de inversión de la casa, Mike Wilson, es reconocido por ser uno de los mayores bajistas de Wall Street. Sin embargo, este 'pesimista' ha acabado rindiéndose ante el giro que ha dado la bolsa esta primavera. El estratega considera que los beneficios por acción van a seguir creciendo en Estados Unidos, lo que le ha llevado a cambiar su visión sobre el S&P 500, pasando de verlo en los 4.500 puntos a finales de año a fijar su meta en los 5.400 puntos.

Su anterior previsión implicaba una caída del 15,2% para la bolsa, según el último cierre del 'blue chip'. Y aunque su actual perspectiva solo implica un retorno del 1,7% para el S&P 500, el giro es pronunciado. Pese a que la bolsa estadounidense ha renovado máximos históricos en sucesivas ocasiones este año, Wilson no daba su brazo a torcer. Hasta ahora, que ha acabado reculando ante la solidez de los resultados.

En la temporada de resultados del primer trimestre, el aumento de los beneficios ha sido del 8% y el 80% de los valores ha superado las previsiones, según datos de eToro. "Ha sido el doble pilar del rebote de mayo y de este incipiente mercado alcista, junto con los próximos recortes de los tipos de interés", afirma Ben Laidler, estratega de mercados globales de la firma.

Más allá de Morgan Stanley, Deutsche Bank es otro de los grandes analistas que ha mejorado la nota del S&P 500. Los analistas encabezados por Bankim Chadha, jefe de renta variable en EEUU y responsable de la estrategia global, han subido el potencial del índice hasta los 5.500 puntos (desde los 5.100 previos), lo que supone un potencial del 3,6%. El banco alemán era otro de los bajistas más reconocibles y el motivo ha sido principalmente que el ciclo de beneficios ha cambiado por completo su punto de vista. "Vemos que las ganancias de las empresas ofrecen muchas posibilidades y, si bien vemos que es posible que no se materialice todo el crecimiento, vemos que la confianza en una recuperación aumentará hacia finales de año", explican.

De nuevo, aunque implica una mejora sustancial, el recorrido de la bolsa parece ya escaso. Los beneficios empresariales son los que han motivado esta revisión al alza y Deutsche Bank considera que han mejorado las perspectivas sobre el desempeño corporativo. Otro de los últimos analistas en subirse a este carro, la mejora de las perspectivas de la bolsa, ha sido BMO Capital Grupo, que cambió su pronóstico la semana pasada. Ha renovado su objetivo hasta los 5.600 puntos y es el más alcista junto a otra firma, DZ Bank, que otorgan un potencial al indicador del 5,5%.

En ese sentido, una de las mayores pruebas de que el recorrido al alza, aunque cada vez más compartido, es limitado, viene precisamente en unos de los mayores valedores del S&P 500. Oppenheimer es alcista respecto al índice con una proyección de 5.500 puntos. Es decir, uno de sus mayores defensores solo le otorga un recorrido del 3,6%. En su última revisión, John Stolzfus, analista jefe, explicaba a sus clientes que "un cambio en la mentalidad (de los inversores) impulsado no tanto por el miedo y sino por la necesidad de invertir para objetivos de mediano y largo plazo nos sugiere una oportunidad de ajustar nuestro objetivo más alto".

Los 'últimos mohicanos bajistas'

El último rebelde entre los grandes analistas de Wall Street que se niega a oír hablar de una renta variable en ascenso es JP Morgan. El equipo de Dubravko Lakos-Buja, responsable de estrategia en renta variable estadounidense, no ha revisado su previsión y todavía es el único que apuesta por una caída del 20% para finales de año. En su último informe, el analista insistía en que el S&P 500 vivirá una contracción que lo dejará en los 4.200 puntos. "A menos que la Fed realice una rápida flexibilización esperamos un entorno desafiante para las empresas en 2024, con un debilitamiento", decía.

Sin embargo, a pesar de que su economista en jefe sí que se mantiene escéptico, dentro de la propia firma reconocen en análisis más recientes que algo ha cambiado. Craig Cohen y Madison Faller explicaban en un reciente informe que "2024 ha cambiado el guion". A pesar de que "2023 terminó con enormes subidas por la idea de unos recortes dramáticos de la Reserva Federal y las Siete Magníficas ahora cuentan con uno de sus miembros como uno de los que más bajan". Ambos factores solo podría entenderse con "una fuerte caída en el S&P 500, pero ha sucedido exactamente lo contrario", matizan.

Los analistas de la firma señalan que el motivo detrás de esta situación se puede resumir en una sola palabra: beneficios. Para la empresa norteamericana, las ganancias del S&P 500 han sido la tabla de salvación de Wall Street. "Los resultados llevaban tres trimestres en caída y esa 'recesión' ya ha terminado", matizan. Es con esta premisa con la que justifican que el S&P 500 haya subido un 11,3% en el curso y un 29% desde los mínimos de octubre.

Se acerca el techo de Wall Street

Según lo que piensan los analistas actualmente, el techo de Wall Street está realmente cerca. Mientras que esa revalorización es superior al 11% en lo que va de curso, el potencial máximo para el S&P 500 es del 5,5%, en el mejor de los casos. Pero solo hay dos analistas así de optimistas. Los siguientes más benévolos lo sitúan entre los 5.400 y los 5.500 enteros, lo que reduce bastante las posibilidades de la bolsa. Una cuestión fundamental en su destino es si los resultados positivos empresariales se extenderán a cada vez más empresas y si el auge de la inteligencia artificial (IA) abarcará a un mayor número de protagonistas y sectores.

El pasado miércoles, el S&P 500 renovó máximos históricos y, en esta jornada, parece que busca replicar la jugada. El viernes, el Dow Jones cerró sobre las 40.000 unidades por primera vez en su historia y ahora cotiza cerca de esa marca. Aunque muestra más dudas, el Nasdaq 100 cerró ayer en su mejor nivel nunca antes visto. Los principales índices se mueven en cotas récord, lo que permite entender que su potencial pueda estar limitado, pero a que aún quede más de la mitad del ejercicio.

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