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La eólica ya ve la luz tras las 'tormenta perfecta' con alzas del 100%... pero avisa de una "senda peligrosa"

  • Siemens Energy avanza un 116% solo en 2024 y olvida las pérdidas de Gamesa
  • El sector del viento en su conjunto rebota un 33% 
  • AEE: "Podemos decir que ha pasado lo peor, ya hay un camino"

La industria eólica (y en menor medida las renovables en su conjunto) se encuentran ante una situación extremadamente delicada. Todos los problemas parecían juntarse en una 'tormenta perfecta' que hizo emerger pérdidas de miles de millones en las firmas más importantes del sector. Una combinación de tipos de interés, inflación, competencia extrema (en particular con China), problemas logísticos y de suministro, volatilidad de precios de la energía y problemas técnicos pusieron patas arriba el sector. Esto provocó situaciones como que la danesa Oersted reconociese pérdidas masivas o que Siemens Energy tuviera que ser rescatada por Alemania.

Sin embargo, meses después de que estallara este problema las principales firmas del sector han repuntado de forma sostenida hasta recuperar lo perdido por la crisis. Aunque aún transitan por un camino de dolor e incertidumbre, expertos y empresas creen que ya han tocado suelo y vislumbran un camino hacia la recuperación, con buena parte de estos problemas ya resolviéndose, al menos por ahora. "Podemos decir que lo peor ya ha pasado y ya hay un camino hacia los números negros", explica Juan Virgilio, presidente de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), en declaraciones a elEconomista.es.

Este cambio de perspectiva ha tenido un rápido reflejo en el parqué. El ETF que reúne a todo el sector eólico europeo, el Wind Energy Ucits ETF se ha disparado un 33% desde noviembre, cuando tocó suelo en el punto máximo del pesimismo en el sector. Además, esta un 3,42% por encima de sus registros a comienzos de junio, el mes previo a que todo el sector comenzase a caer con contundencia a medida que los problemas comenzaban a acumularse y emerger en forma de pérdidas.

Además, el First Trust global Wind Energy ETF, con un mayor foco de EEUU, también ha marcado un potente rebote del 25% desde noviembre. En cualquier caso, este optimismo no viene detrás de una recuperación inmediata de la rentabilidad y de hecho, Virgilio remarca que "la situación de la industria sigue siendo de importante vulnerabilidad y hay muchos peligros que siguen estando ahí". Entre estas amenazas destaca un sector todavía atravesado por las pérdidas, la fuerte competencia de otros mercados como el Chino, investigado por las ayudas a su industria y riesgos geopolíticos que puedan volver a afectar a la logística, "generando situaciones de incumplimientos en los contratos". En ese sentido, aunque quede un camino de números rojos, la ilusión está en que la ruta parece ya trazada hacia las ganancias.

El ejemplo más claro es Siemens Energy que atraviesa una gran euforia bursátil, recuperando todo lo perdido pero aún esperan pérdidas de miles de millones en su sección eólica (Gamesa). Sin embargo, con los problemas ya desvaneciéndose en muchos frentes, creen que Gamesa alcanzará la rentabilidad en 2026, aunque acumulará pérdidas de 2.000 millones de euros este 2024. La empresa sube un 116% este 2024 a medida que los inversores se acomodan a la nueva realidad y ven con mayor optimismo este camino hacia los beneficios. Este avance ha permitido que esté un 10% por encima de su cotización en junio, el mes en el que comenzó su sangría bursátil al anunciar el agujero de la eólica en sus cuentas.

Orsted, el mayor promotor de parques eólicos del mundo aún está muy lejos de sus máximos veraniegos en 2023, de hecho, desde julio, desde que empezaron a revelarse los problemas ya cae un 33%. Sin embargo, la firma se revaloriza un 16% este 2024 y un 70% desde noviembre. Otra danesa clave en el sector, como es Vestas, se ha mantenido estable incluso con la crisis y cotiza en línea con sus cifras veraniegas.

La crisis del viento

Para entender la crisis que atraviesa el sector y que podría estar relajándose, hay que entender cómo funciona en el negocio de la industria eólica. Estas empresas aceptan contratos para desarrollar enormes parques eólicos que requieren una potente inversión a cambio de una rentabilidad a través de contratos de compraventa de energía a largo plazo (PPA, por sus siglas en inglés).

El problema viene de que proyectos con una rentabilidad ya fijada se han encontrado con un aumento de los salarios de los trabajadores, materiales, falta de suministro de componentes clave y mayores costes por la subida de los tipos de interés. Desde Fitch señalan que estos factores han provocado que "numerosos proyectos hayan dejado de golpe de ser rentables pues, ante precios fijos, las demoras y estos problemas han desmoronado la rentabilidad".

De hecho, uno de los principales problemas es que muchas empresas directamente no incorporaron en sus contratos mecanismos de protección contra la inflación y, además, vendieron sus productos en acuerdos energéticos con precios muy baratos. Esto tiene un especial gravedad en la eólica marina, que "tiene planes más complejos y más largos" por lo que es más probable que estén expuestas a estos problemas. Este tipo de estructuras son la gran apuesta de los países para incrementar su capacidad renovable.

Ya se ha tocado el suelo

Sin embargo, los problemas que estrangulaban estos contratos están desvaneciéndose. Por un lado, la inflación ya se está moderando. En primer lugar, la inflación está retrocediendo con los últimos datos de abril situándose en el 2,4% . A pesar de que lleve más o menos estancada desde 2024, ya se sitúa muy cerca del objetivo del BCE (2%) y queda muy lejos ya de las cifras del pasado verano, con un IPC del 5,3% en julio. Esta menor inflación, precisamente, ha abierto la puerta a otro factor fundamental como es la perspectiva de unos menores tipos de interés, que reduzcan los costes de financiación de estos proyectos y, por lo tanto, eleven de forma muy sensible la rentabilidad.

Javier Molina, analista de eToro, explica que "el cambio de ciclo de los tipos de interés y las expectativas de una economía europea mejor de lo esperado podrían aliviar gran parte de la presión sobre estas firmas (no solo las eólicas, sino las renovables)" pues "son empresas muy sensibles a las fluctuaciones de los tipos de interés". Es por ello que considera clave un ciclo de descensos en el 'precio del dinero' del BCE , que podrían empezar este mismo mes de junio, tal y como han telegrafiado sus principales miembros. Junto a otros factores esto "puede indicar que ya se ha tocado un suelo" y que estamos ante un cambio de tendencia.

La firma señala otro factor clave para entender la mejora del sector. Hace escasos meses hubo serios problemas de suministros en componentes claves para las turbinas. Molina señala que ya se está viendo "una reestructuración en la cadena de suministro de la energía limpia" un proceso que el experto cree que podría estar totalmente asentado a mediados del año. Desde la AEE coinciden en que "hemos notado que las cadenas de abastecimiento se han normalizado ya mucho". Esta realidad ha quedado plasmada en los resultados de Nordex, que logró reducir sus pérdidas un 94% principalmente por este motivo. "Hemos ejecutado proyectos con más rentabilidad gracias a un entorno de costes más estable", explicaba su consejero delegado, José Luis Blanco.

"La concesión ha mejorado mucho y, aunque haya que mejorar el proceso más para llegar al objetivo de 30GW para 2030, ha habido un importante avance"

Al margen de esto el sector recibió una serie de medidas urgentes para acelerar el retorno a la rentabilidad por parte de la Comisión Europea. Esta batería de medidas, que se lanzaron en octubre, a pesar de que no han cumplido todas las exigencias de las empresas, sí que ha mejorado varios de los problemas que más daño estaban haciendo a los proyectos. Por un lado, se ha cambiado el diseño de las subastas y dado un mayor acceso a financiación a través del del BEI y el Fondo de Innovación. Aunque la diferencia clave es que han dado directrices para que los proyectos se concedan de forma mucho más rápida, intentando evitar ese 'destiempo' que cambia las condiciones de los contratos y sacuda la rentabilidad.

"Los permisos son algo lentos y complejo y desde Europa se han dado directrices que han ayudado a acelerar proyectos" confirma Virgilio. Desde la patronal europea, Wind Europe, señalan que "a pesar de que los permisos siguen siendo un problema, las cosas están mejorando, con una aprobación mucho mayor en 2023 que en años anteriores". No en vano Alemania ha permitido 7,5 GW, un aumento del 70%. España también ha incrementado los permisos concedidos un 70% hasta los 43 GW. Hubo incrementos notables en Francia, Grecia, Bélgica y Reino Unido.

"La concesión ha mejorado mucho y, aunque haya que mejorar el proceso más para llegar al objetivo de 30GW para 2030, ha habido un importante avance", explicaba el director general de Wind Europe, Giles Dickson. "Alemania ha hecho un trabajo especialmente bueno al implementar rigurosamente estas nuevas reglas. La aplicación del concepto de "interés público superior" (OPI) ya ha demostrado ser eficaz para acelerar varios proyectos enredados en disputas legales". Francia, Portugal y Austria han seguido el ejemplo incorporando OPI en sus marcos legales. Dickson remarca también que "otras nuevas regulaciones han desempeñado un papel en toda Europa para acelerar la obtención de permisos" y ha destacado España como un ejemplo en esta tendencia.

Problemas en el horizonte

En cualquier caso aún quedan desafíos y problemas que hacen que esta 'tormenta perfecta' que arrinconó por completo al sector esté lejos de ser cosa del pasado. Al margen de las pérdidas y el hecho de que ni la desinflación ni los tipos de interés menores sean una realidad, un ejemplo de las dudas reposa en China. El país asiático ha sido uno de los grandes problemas para el sector por la gran competencia que están ejerciendo muchas de sus empresas. Desde la AEE explican que tras todos los problemas de la industria "muchas compañías se encontraron con firmas chinas ofreciendo descuentos del 30% y condiciones de carencia de pago", un factor clave para explicar los desequilibrios del mercado.

En ese sentido este fue uno de los problemas que detectó la UE en su programa para reforzar al sector. De hecho la Comisión Europea advertía de la necesidad de "un entorno justo y competitivo" pues "estamos siguiendo prácticas desleales por parte de fabricantes extranjeros". Este mes de abril se ha anunciado ya públicamente una investigación oficial sobre las turbinas chinas debido a las subvenciones que reciben sus empresas. "Ofrecen turbinas baratas y financiación generosa, lo que ha distorsionado por completo la integridad del mercado europeo", explicaba Wind Europe.

En ese sentido desde AEE lamentan que en Europa no se haya sido más agresivo con este asunto. "La legislación no es todo lo proteccionista que es en otras regiones, el enfoque ha mejorado ". La asociación explica que ahora se han puesto algunas barreras a china y se ha conseguido en parte "diversificar el suministro" pero creen que, "al igual que China o EEUU" falta "apoyar de forma clara a tu propia industria".

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