
La bolsa de Wall Street cotiza con relativa tranquilidad para existir dos guerras en marcha y con economías como la alemana en la cuerda floja de la recesión. Y más aún si se tiene en cuenta que detrás de cada ajuste de tipos de interés al alza llega un periodo de mayor inestabilidad en los mercados. Con la llegada de los primeros recortes, que coinciden históricamente con periodos de nulo o escaso crecimiento, el índice del miedo estadounidense llegó a cuadruplicar su valor hasta tocar máximos nunca antes vistos que recuerdan lo rápido que puede pasar la bolsa de la calma a la mayor de las agitaciones.
El índice VIX, que refleja cambios pronunciados en el S&P 500 y la volatilidad esperada a treinta días, se sitúa en la actualidad en los 16 puntos. Esto implica que el indicador conocido como el índice del miedo de Wall Street está por debajo de la media de los últimos treinta años, que se encuentra en los 19,9 puntos. En estos niveles, los inversores no estarían mostrando preocupación en que las expectativas de tipos de interés en Estados Unidos puedan estar más altos por más tiempo que lo previsto a primeros del año y que pueden tornar una economía que muestra resiliencia a una que se desgasta por los altos costes de financiación.
Las estimaciones que recoge Bloomberg han pasado de barajar seis recortes de tipos de interés por parte de la Reserva Federal en 2024 a dudar de que puedan darse dos (se espera por la mínima pero como más probable que sean tres los movimientos en el año a partir de junio). Y todo ello mientras los principales índices de Wall Street marcan máximos históricos, y subidas en el año del 10% en el caso del S&P 500, a la par que los últimos datos macroeconómicos en Estados Unidos refuerzan una economía que no se deprime por la estricta política monetaria en el país. "Apreciamos una descorrelación de las bolsas respecto a la expectativa de bajadas de tipos pero alineándose con la mejora de las expectativas económicas del ciclo", recordaron desde Renta 4.
En la actualidad, el riesgo de recesión de la economía estadounidense es del 35%, según el consenso de expertos, frente al 50% de la eurozona y del 65% de Alemania. Pero estas expectativas pueden cambiar si el presidente de la Reserva Federal enfatiza su discurso de una inflación que todavía no ha sido derrotada. Como ejemplo, los últimos casos en los que la Fed se vio obligada a bajar los tipos de interés fueron periodos que coincidieron con caídas dentro de la bolsa estadounidense y repuntes de la volatilidad. Casualidad no implica causalidad, pero tanto a finales del 2007, con la crisis financiera, como a partir de 2019, con la pandemia del coronavirus, la volatilidad llevó al índice VIX de la zona de los 20 puntos a superar los 80 puntualmente.
En esos dos casos el VIX reaccionó con mayor virulencia que en 1998 o tras el cambio de milenio. Y, obviamente, también hubo momentos en los que el índice del miedo de Wall Street reaccionó sin que estuviera justificado por un ajuste de la política monetaria del país como, por ejemplo, en 2011. Del mismo modo, el momento de mayor tranquilidad respecto a lo esperado en el S&P 500 fue en 2017, en pleno ajuste de tipos de la Fed al alza, aunque es cierto que fue más gradual del visto en 2004 o el que empezó en 2022.
Esta puede ser una de las claves del porqué de esta baja volatilidad. Como los datos macroeconómicos no indican que la economía estadounidense de signos de descarrilar que justifiquen un rápido ajuste, el mercado no espera cambios bruscos de la política monetaria del país. A pesar de efectos fuera de Estados Unidos, como la guerra de Ucrania, o el reciente repunte de los precios del petróleo, que pueden hacer crecer la inflación de nuevo. "El ciclo de flexibilización esperado no está impulsado por un shock de crecimiento, por lo que los recortes podrían ser más graduales y no generar volatilidad", explica el experto en activos derivados de Bloomberg, Tanvir Snadhu, en relación a un ajuste de la política monetaria de la Fed menos brusco en las bajadas que en las subidas.
No obstante, su compañero estratega en materias primas, Mike McGlone, recuerda que en 2007 también se produjo un repunte del precio del oro, con el S&P 500 en sus máximos históricos del momento y unas tasas de interés que cayeron repentinamente. "Veo cierto paralelismo. El VIX está en su nivel más bajo respecto al interés de la deuda de Estados Unidos a un año desde 2007", mencionó McGlone.
Del mismo modo que existe un índice del miedo para la bolsa estadounidense existe otra referencia igual en la bolsa europea. El indicador VDax, creado por el grupo Deutsche Böerse, también refleja la incertidumbre de los inversores respecto al Dax alemán. En el ejemplo de la bolsa europea también coincide los mayores repuntes de miedo en el mercado a los periodos inmediatamente posteriores a los recortes de tipos del Banco Central Europeo.
La única excepción en lo que va de milenio es el máximo alcanzado en 2020, también por la pandemia, pero en esta ocasión la responsable de la política monetaria europea no movió los tipos de interés (se mantuvieron en el 0%). E igual que ocurre en el caso estadounidense la volatilidad en la bolsa alemana muestra niveles inferiores a la media de los últimos 25 años.