
Tras un 2022 nefasto que dejó a los activos de riesgo en negativo y un buen 2023, para este 2024 hay que ser aún más precavido y no dejarse engañar. Aunque no se alcance una crisis, el crecimiento económico global sufrirá una ralentización. Así lo explicam desde Tressis en sus estrategias para 2024.
Desde la firma de inversión, José Miguel Maté, consejero delegado y Daniel Lacalle, economista jefe, advierten de que aún hay que seguir siendo cautelosos con la inflación en un entorno en el que denominan "la última milla", el camino que le resta al IPC para llegar a ese objetivo del 2%.
Con los precios moderándose -aunque cada vez a un ritmo más lentos- y en un escenario que ven como un aterrizaje suave, señalan una política monetaria por parte de los bancos centrales más moderada de lo que descuentan las expectativas del mercado, sobre todo en un año electoral en Estados Unidos. Así, apuntan a dos bajadas de tipos en EEUU de un total de 50 puntos básicos y entre tres y cuatro para la eurozona. Por tanto, prevén una política acomiditicia en la que explican que seguirá habiendo inyecciones de liquidez con una reducción de balance moderada. Todo ello, siempre y cuando se siga conteniendo a la inflación y el contexto macroeconómico no derive en una recesión, caso que no contemplan como su escenario principal.
Se muestran también especialmente cautelosos con la deuda que continúa aumentándose y cuya reducción se complica en el año electoral de Estados Unidos. En este contexto de ralentización del crecimiento económico también apuntan a la India como el país que le dará el sorpaso a China y lidere el crecimiento mundial, siendo el motor de unos mercados emergentes que no terminan de emerger.
Así, desde Tressis se muestran positivos tanto en renta fija como en renta variable. Esgrimen que, pese a la última caída de rentabilidades de la renta fija en estos últimos meses, los inversores más conservadores van a seguir encontrando oportunidad en la deuda. En su caso, se muestran más partidarios por la deuda a más corto plazo y la deuda corporativa de empresas con alto valor añadido y márgenes sólidos.
Pese a que señalan a unas valoraciones elevadas, por encima de las medias históricas, continúan mostrandose optimistas con la renta variable estadounidense pues es donde auguran el verdadero crecimiento de los BPA (beneficio por acción) y, por ende, eligen al mercado americano como su primera opción de inversión. Para Europa estiman las valoraciones en línea con la media histórica, pero explican que, aunque la bolsa europea no esté cara, habrá que buscar el valor. Por último, explican que aunque los mercados emergentes tampoco presenten valoraciones elevadas, habrá que ser prudentes "especialmente ante la posibilidad de depreciaciones en sus monedas", ha señalado Lacalle. Aunque hace una excepción con Japón, país con el que muestran una visión positiva.
¿En qué sectores hay que estar?
En cuanto a inversión general, señalan a aquellos sectores directamente implicados con la transición energética como los que funcionarán mejor durante este ejercicio. Comtemplan oportunidades en ellos, pero advierten de que necesitan importantes inyecciones de dinero para hacer efectiva esa transición.
En Estados Unidos, siguen apuntando la inversión hacia la tecnología y todas aquellas industrias relacionadas con todo el universo de la Inteligencia Artificial. A este lado del charco, creen que el lujo, pese a los traspiés que pueda sufrir, seguirá haciéndolo bien.
¿Y España?
Con un índice muy bancarizado,la bolsa española no es su mercado favorito. No ven los motores de crecimiento en la banca y señalan al sector energético español como el que puede llevar a cabo el repunte del índice nacional.