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El plan de Meloni deja a Italia en la 'cuerda floja de la deuda' ante una cascada de revisiones

  • Si Moody's decide emprender una rebaja dejaría sus títulos en 'bono basura'
  • También revisarán pronto Fitch, DBRS y posteriormente Scope Ratings
  • "Es probable una revisión a la baja de la perspectiva"
La presidenta de Italia, Georgia Meloni (Reuters)

La situación de Italia ha puesto al país en el foco de Europa. El Gobierno de Giorgia Meloni ha presentado un polémico plan para 2024. En su anuncio durante la semana pasada, la presidenta explicó que lanzará un agresivo plan de rebajas fiscales de más de 24.000 millones de euros. Respecto a cómo pagará esta medida, Meloni defendió que el país se endeudaría en 15.700 millones de euros, lo que supondrá un incremento del déficit en más de un 5,3% del PIB (el objetivo anterior se fijó en el 4,5%).

El problema es que el país podría encontrarse en uno de los momentos más complicados para ampliar su deuda con este ambicioso plan. Con la deuda pública en el 144% y el bono italiano en niveles muy altos, Roma se enfrenta a una cascada de revisiones de deuda que, en algunos casos, podrían dejar sus títulos a en 'bono basura', un misil de flotación a su plan que podría afectar en último término a toda la UE.

Italia es la tercera economía más grande de toda la zona euro, con 2,108 billones de dólares. A pesar de ello, se trata de la segunda nación del 'club de los 27' más endeudada, solo por detrás de Grecia , cuyo pasivo escala hasta un 171,2% de su economía. Por lo tanto, los expertos coinciden que una rebaja en bloque en la revisión de otoño puede afectar a la deuda de toda Europa y poner en problemas al Banco Central Europeo obligándole a proteger la deuda italiana contra su estrategia de reducir balance.

S&P Global inicia este viernes su ronda de nuevos informes, seguido por DBRS, Fitch y Moody's. Actualmente, la mayoría de estas agencias ofrecen un nivel de BBB. El problema es especialmente Moody's, pues esta firma es la que peor perspectivas ofrece para Roma, dándole una nota de Baa3, lo que lo deja a una sola rebaja más de convertirse en bono basura. Además, Fitch ya se ha pronunciado contra la propia medida, situándose en contra y hablando abiertamente de que supone una "flexibilización significativa de los planes fiscales". En ese sentido, la tensión es máxima entrenos analistas que siguen al país y no está nada claro lo que puede suceder.

"Es probable una revisión a la baja de la perspectiva (a negativa) por parte de S&P Global, Fitch o DBRS", defendía Alessandro Tentori, CIO para Italia de Axa Investment Managers en declaraciones a Reuters. Por otro lado, Royal London Asset defiende en su último informe que "el listón para una rebaja todavía sigue siendo alto, aunque creo que las agencias podrían apretar el gatillo para obligar a Italia a subir su disciplina fiscal (tras el plan presentado por Meloni)".

"Las proyecciones de déficit serán un factor clave para que logre mantener su calificación crediticia"

La propia Scope Ratings ha hablado abiertamente las últimas semanas de que "las proyecciones de déficits son importantes" y "será un factor clave a la hora de mantener su calificación crediticia (BBB+)". Scope revisará en diciembre su nota sobre Italia, pero no ha dudado en lanzar esta advertencia al poco de conocerse los planes de Meloni. En cualquier caso, también creen que todo depende de que el BCE mantenga su programa TPI, el escudo con el que el BCE protege el precio de los bonos periféricos.

En caso de no lograrse, "desde Roma tendrían que encontrar compradores para 50.000 millones de euros, un 10% de sus necesidades brutas de financiación". En ese sentido, señalan que, para mantenerse bajo el paraguas del TPI Italia debería "apegarse a una serie de reformas de consolidación fiscal los próximos años", a diferencia del camino que ha elegido para los presupuestos del 2024.

Una economía en ralentización

La propuesta de incrementar nuevamente la deuda a través del déficit presupuestario llega en un momento complicado para Italia y para el viejo continente, más allá del pasivo ya abultado del país. Las previsiones de Europa y del propio Gobierno sobre su economía no son las más halagüeñas. El último informe del Instituto de Estadística italiano (Itstat) muestra cómo el PIB del país retrocedió un 0,4% en el último trimestre. Por su parte, la Comisión Europea ha rebajado sus perspectivas hasta un crecimiento de 0,8% en 2023 (antes pensaba que crecería un 1,1%) y del 1,3% para 2024 (antes daba por hecho un incremento del 1,6% para ese año).

Uno de los motivos clave del frenazo de la economía italiana no es solo las subidas de tipos por parte del BCE, que buscan un enfriamiento de la economía para contener la inflación, sino su fuerte dependencia de Alemania. El país germano es su principal socio, con 77.500 millones de euros en exportaciones hacia este país, un 12% del total. Además, sectores clave como el automovilístico están totalmente entrelazados, con un 20% de los coches alemanes fabricados con componentes italianos. El problema, en este sentido, es que la 'locomotora de Europa' se ha parado y arrastrado a la economía transalpina. La Comisión Europea da por hecha una contracción de su PIB del 0,4%, mientras que su industria está en retroceso, tal y como muestran los datos PMI.

Problemas de deuda

Con este telón de fondo, Meloni ha lanzado su rebaja fiscal, lo que ha despertado las dudas de diversos expertos por el riesgo a reabrir una crisis sobre el bono italiano. La subida de tipos del BCE (hasta el 4,5%) ha situado a la deuda en el mercado en una situación complicada. Los rendimientos de la deuda a 10 años del país transalpino han crecido de manera imparable hasta situarse actualmente en el 4,93% y su prima de riesgo es la más alta de toda la UE, con 204 puntos frente al bund, el bono alemán a diez años.

Una rebaja en sus condiciones crediticias podría hacer subir aún más el diferencial, que tendrá un efecto importante en los intereses que Italia paga todos los años. Según los cálculos realizados a mediados de 2023 por Scope Ratings, Italia pagará 75.000 millones de euros solo en intereses de deuda este año, muy por encima de los 57.300 millones de 2020, un verdadero lastre que "reduce la capacidad fiscal del país para resistir ante 'shocks futuros'. Desde Saxobank van más allá e incluso alegan que un recorte de calificaciones "prácticamente obligaría al Banco Central Europeo a intervenir". Obligando a cambiar sus planes, que van orientados a reducir su balance, en línea con la lucha contra la inflación.

Cómo afectaría a Europa

El motivo detrás de esta intervención sería, no solo sería la salud económica de Italia, que podría quedar en entredicho ante un problema de deuda, sino por la relación histórica entre el bono italiano y el euro. Los expertos de ING advertían de que un diferencial superior a 200 "es un nivel que suele desencadenar un contagio en la divisa europea". Además, los expertos del banco creen que Italia se enfrenta a una ronda de tensiones con la UE a raíz de una vuelta a la regla fiscal en 2024.

Para ING estos conflictos derivados de las diferencias de criterios fiscales entre Italia y la UE "arrojan incertidumbre" sobre el TPI, el gran salvavida de los bonos periféricos. "La rápida reacción del BCE a la ampliación de los diferenciales italianos en 2022 puede, por ahora, disuadir la especulación bajista excesiva y limitar los efectos sobre el euro. Sin embargo, si el diferencial BTP-bund alcanza niveles estructuralmente más elevados y las relaciones entre Italia y la UE se deterioran a causa de la regla fiscal, podríamos ver cómo la condicionalidad del TPI se convierte en el centro del debate en un Consejo de Gobierno ya dividido".

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