Economía

Las tensiones aumentan en el gobierno de Meloni tras el anuncio de la rebaja fiscal

La presidenta de Italia, Georgia Meloni / Foto: EP.
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El Gobierno de Giorgia Meloni acaba de presentar unos Presupuestos para 2024 que buscan financiar, a través de 15.700 millones de déficit adicional, la rebaja de impuestos prometida por la derecha italiana.

La ley presupuestaria transalpina busca recaudar un total de 24.000 millones de recursos adicionales con respecto al gasto de 2023: la gran parte, unos 14.000 millones, se emplearán para ayudar a los ciudadanos de ingresos bajos y medios a través de dos medidas. La primera es una reducción de tipos y tramos del IRPF, ahora gravados por un 23% hasta los 15.000 euros y por el 25% hasta los 28.000.

El Gobierno italiano prevé para 2024 un tipo único del 23% hasta los 28.000 euros. Además reducirá la carga fiscal y las cotizaciones sociales de un 7% para las rentas hasta los 25.000 euros y de un 6% hasta los 35.000 euros. "Queremos emplear los pocos recursos que tenemos en favor de los más necesitados" comentó la presidente de Gobierno. Las demás medidas buscan incentivar la natalidad - una de las propuestas estrellas de Meloni - con hasta 1.000 millones de euros para las familias numerosas, gracias también a una reducción del coste de las guarderías. 

Los Presupuestos, además de un aumento del déficit y de un recorte a los gastos, prevén también recaudar 2.000 millones a través de la lucha contra el fraude fiscal y 3.000 millones gracias al impuesto global mínimo para las multinacionales, aprobado por Europa.

La prima de riesgo vuelve a subir

Según defendieron Meloni y el titular de Economía Giancarlo Giorgetti, la escasez de recursos de Italia se debe sobre todo a la controvertida medida del "Superbonus", un subsidio para la renovación de viviendas que preveía un reembolso del 110% de los gastos. La medida aprobada tras la pandemia por el Gobierno de Giuseppe Conte (presidente del populista Movimiento 5 Estrellas) consiguió reavivar la recuperación de la economía transalpina pero tuvo graves consecuencias sobre la deuda y el déficit que se disparó hasta el 5,3% en 2023. 

Meloni suspendió la medida, así como redujo la "renta de ciudadanía", un cheque mensual para desempleados y familias sin recursos lanzado siempre por Conte. Sin embargo la líder derechista tuvo que mantener un nivel alto de déficit para cumplir con parte de sus promesas electorales: tal y como explica la reciente puesta al día del Documento de Economía y Finanzas - la hoja de ruta presupuestaria de Italia - el déficit transalpino llegará en 2024 hasta el 4,3%, con respecto a un déficit tendencial del 3,6, justo para conseguir los 15.700 millones fundamentales para cuadrar los Presupuestos del año que viene.

Mientras tanto la deuda pública se situará al 140,1%, el mismo nivel de 2023 (140,2%). Meloni, a pesar de la difícil coyuntura económica, no perdió muchos consensos en el año que lleva gobernando y su partido sigue liderando las encuestas. Sin embargo, el Ejecutivo italiano parece tener menos éxito entre los inversores: el diferencial de la prima de riesgo transalpina volvió a superar ayer los 200 puntos básicos. Sigue situándose a un nivel inferior respecto a los 236 puntos de la toma de posesión de Meloni, pero marcó un repunte en los últimos meses comparado con el mínimo de 170 puntos registrado en enero. 

Las tensiones políticas

Italia, a pesar de tener un Gobierno apoyado por una amplía mayoría parlamentaria, tiene una prima de riesgo que es el doble de la española. Meloni en la presentación de la ley presupuestaria volvió a subrayar la cohesión de la coalición de derecha transalpina: "Aprobamos los Presupuestos para 2024 y los hicimos en tiempo récord, poco más de una hora. Eso demuestra la identidad de puntos de vista en el Gobierno y en la mayoría que lo apoya" declaró la presidenta. Sin embargo, los analistas políticos transalpinos destacan el aumento de las tensiones en el Gobierno de cara a las elecciones europeas de 2024.

En particular, el vicepresidente y líder de la Liga, Matteo Salvini, quiere competir con Meloni para el liderazgo del área derechista, reforzando su alianza con Marine Le Pen y con los ultras de Alternativa para Alemania. De hecho, no es la primera vez que Salvini consigue debilitar desde dentro un Gobierno del que es vicepresidente: pasó lo mismo en 2019 con la caída del Ejecutivo de Giuseppe Conte apoyado por el Movimiento 5 Estrellas y la Liga. Otro factor crítico para la estabilidad de Italia es el futuro de Forza Italia, el partido fundado por Silvio Berlusconi que busca sobrevivir a su líder, fallecido el pasado junio. La fuerza ahora liderada por el expresidente de la Eurocámara, Antonio Tajani, logró un éxito con la modificación de la ley que afectaba las ganancias extraordinarias de los bancos.

Anunciada en solitario por Meloni durante el verano, la medida fue luego reducida en su alcance por las protestas del mundo económico y del área más moderada de la coalición. Sin embargo mucho dependerá de los resultados de las elecciones europeas de 2024: un fracaso de Forza Italia, fuerza que representa en Roma el Partido Popular europeo, podría suponer nuevos problemas para Meloni y la estabilidad de su gabinete.

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