
Para muchos, el mes de julio es el más esperado de todo el año. Algunos porque pueden disfrutar de sus merecidas vacaciones. Otros, porque es el momento de celebrar San Fermín y algunos, como servidor, porque les encanta el clima veraniego, si bien es cierto que son pocas las veces que las bolsas se muestran plácidas y dejan a uno ir a la playa con tranquilidad.
Mientras que octubre, noviembre y diciembre las bolsas suelen registrar su mejor comportamiento, durante la época estival nos encontramos con los meses más bajistas para las bolsas de Europa y EEUU, sobre todo en agosto.
Las perspectivas de una tregua veraniega se están poniendo en jaque tras las caídas vistas la semana pasada, que llevaron al EuroStoxx 50 a poner a prueba el soporte clave que presenta en los 4.200 puntos, que es la base del lateral que acota la consolidación durante los últimos tres meses y que tiene como techo la resistencia horizontal de los 4.400/4.415 puntos, que es la que ya frenó las subidas en el 2021 y en el 2022.
La pérdida del soporte de los 4.200 puntos en el EuroStoxx 50 abriría la puerta a un contexto más correctivo que consolidativo en próximas semanas. En tal caso, me temo que las bolsas europeas podrían dirigirse a buscar los mínimos de marzo, que fueron lo que llamamos desde elEconomista.es como el suelo de Credit Suisse y que es la zona de seguridad o soporte que no debería de ser perdido si queremos seguir confiando en mayores alzas en próximos meses.

De hecho, como he venido insistiendo en numerosas ocasiones, si las bolsas del Viejo Continente buscan apoyo en los mínimos de marzo, como son los 3.980/4.000 puntos del EuroStoxx 50 o los 8.500 del Ibex 35, algo que supondría que habrían perdido dos terceras partes de la subida que llevaban acumulada durante el año, lo vería como una inmejorable oportunidad para volver a comprar bolsa con una orientación de medio / largo plazo.
Piensen que si volvemos a los mínimos de marzo eso supondría haber asistido a una corrección del 10% desde el último máximo, lo cual sería una ocasión magnífica para subirse a la tendencia principal de las bolsas, que continuaría siendo indiscutiblemente alcista.
Por otro lado, si finalmente asistimos a esa caída aumentarían las posibilidades de que tengamos una parte final de año alcista ya que dudo que en este 2023 las bolsas europeas y norteamericanas terminen con ascensos inferiores a los dos dígitos, de ahí que no vea como algo negativo que asistamos a una corrección, que permitirá volver a comprar bolsa sin sobrecompra y con mejor ecuación rentabilidad riesgo.